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Era la hora de salida, JiMin había olvidado llevar un paraguas y el cielo parecía estarse cayendo. Caminaba con tranquilidad por los andadores exteriores ya que tenían techo. Podía ver cómo muchos corrían al estacionamiento de la universidad para refugiarse en sus autos.

El solo pensar en que tenía que caminar a la parada de autobuses y que posiblemente llegaría a casa calado hasta los huesos, le hacía estremecer. No solo por la baja temperatura sino por el hecho de que sus padres iban a matarlo por ser tan descuidado.

—¡JiMin!— SeokJin llegó a donde el pelinegro estaba y lo jalo del brazo sacándolo a la lluvia.—Ven conmigo, tienes que ver esto.

—¿Qué? ¡Hey! Nos estamos mojando.—Se quejaba mientras SeokJin corría quien sabe a dónde, JiMin se concentraba en correr pues con lo torpe que era podía caerse y llenarse de barro; y eso era lo que menos quería en ese momento. 

 —¡Eso no importa tienes que ver esto!—La voz de SeokJin sonaba angustiada.

JiMin se dio cuenta que se dirigían al patio trasero de la universidad y pudo ver que había un gran tumulto de personas ahí a pesar de la lluvia. Entonces su vista se posó en la azotea de aquel edificio de cuatro niveles y sus ojos se abrieron enormemente.

—JiMin, hemos estado tratando de parar a YoonGi pero no nos escucha.—Hablo Lisa. YoonGi estaba en el borde de aquella azotea, cualquier paso en falso y el idiota podía caerse. Lisa se veía desesperada.

JiMin volvió su vista arriba y pudo ver que YoonGi tenía un cartel enorme colgado al cuello donde se leía. 

Park JiMin si no dices que sí, saltare.

—¡Señor Min, baje de ahí ahora mismo!—Vociferó la directora que estaba a nada de colapsar. 

—¡No le crean! ¡Está fingiendo!—Gritó JiMin indiferente. Porque aunque no conocía a YoonGi sabía que él no era tan idiota. ¿Cierto? 

—JiMin, dile que si.—Le decía SeokJin jalando su brazo.

—¡Oye YoonGi! ¡Baja de ahí!—Gritó el pelinegro lo más fuerte que pudo.—No morirás desde esa altura ¡Solo te romperás una pierna!—Dijo más para convencerse a él mismo que al pálido de aquello.

—¡¿JiMin acaso no tienes corazón?!—Escuchó decir a JiYoung, entonces el menor se percató de que toda la pandilla estaba ahí entre el tumulto de personas.

El pelinegro vio hacia arriba y perdió el color, toda la pandilla estaba allí abajo. Eso quería decir que YoonGi estaba solo allá arriba. ¿De verdad pensaba saltar?

"JiMin" "JiMin por favor" "él de verdad lo va a hacer" "detenlo de una vez" "¿tu conciencia podrá con ese peso?" "¿realmente necesitas pensar tanto?" "solo acepta ya" 

Escuchaba los murmullos de algunas personas entre el grupo.

—¡JiMin!—SeokJin jalo su brazo nuevamente, el menor volteo a verlo y se estaba comiendo las uñas sin despegar su mirada del empapado pálido al borde en la azotea.

Cuando el menor volteo a ver al grupo de personas, un paraguas amarillo entró en su campo de visión y cuando la chica se giró a verlo, los ojos de la chica JiMin y los del pelinegro se conectaron por un instante. 

 —¡YoonGi! ¿Estás loco?—Gritó de nuevo Lisa.

A pesar de que YoonGi se encontraba a unos metros arriba, JiMin podía sentir su mirada en él. Su cerebro iba a toda marcha, su corazón empezaba a latir un poco más rápido. No quería estar en una relación aunque fuese falsa con alguien que él no había elegido.

—¡¿No quieres todavía?!—Grito el pálido desde arriba. JiMin sabia que iba dirigido a él.—¡Va en serio!—YoonGi levantó una de sus manos.—¡Uno! —Dio un paso pequeño al frente, quedando mas al borde. Todos gritaron y la respiración del pelinegro se atascó en su garganta, ya todos los ojos estaban sobre el pelinegro.—¡Dos!—YoonGi dio otro paso y podían ver parte de sus tenis que no estaban apoyados en nada. El agua desciende por el oscuro cabello de JiMin siguiendo su camino por su cara hasta perderse en su ropa completamente empapada. Y aun así, JiMin podia jurar que en ese momento estaba sudando. mordió su labio inferior nervioso. YoonGi prácticamente tenia medio pie de fuera, cualquier movimiento podía hacerlo caer y se veía realmente decidido.—¡última oportunidad Park JiMin! ¡Tres!—Él realmente iba a hacerlo.

—¡No lo hagas! —Gritó JiMin a todo pulmón.

Cerró fuertemente los ojos temiendo que no lo escuchara o que fuese tarde. Se escucharon algunos sollozos. Temeroso de abrir los ojos por lo que se encontraría, JiMin empezó a contar algunos segundos mentalmente en los cuales escuchó suspiros y pudo jurar que alguien se desmayó.

Lentamente abrió uno de sus ojos teniendo el cuerpo tenso aun y lentamente alzó la mirada hasta donde YoonGi estaba de pie con una estúpida sonrisa pegada en sus labios. JiMin destenso el cuerpo y deje caer sus hombros. 

YoonGi lo había derrotado.

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Después de secarse un poco en el interior del edificio. JiMin no le dirigí la palabra al idiota de YoonGi quien no dejaba de verlo con esa tonta sonrisa de triunfo. El pálido lo llevaría a casa.

El pelinegro mentiría si dijera que no estaba bastante nervioso, solo esperaba que en casa se lo tomaran bastante bien o al menos no hicieran nada precipitado. suspiró derrotado pegando su frente al cristal de la ventana sabiendo que aquello no pasaría, sobre todo con su padre.

Cuando estuvieron fuera de la casa del pelinegro la lluvia tenía rato que se había detenido. JiMin miró la puerta de entrada y dio un largo suspiro de derrota abriendo la puerta lentamente.

Se encontró con su familia en la sala, cuando YoonGi y él estuvieron dentro fueron el centro de atención por la hora y por estar mojados. El pelinegro se detuvo y YoonGi se quedo a su lado.

JiMin tomó una gran bocanada de aire y dio su mejor sonrisa. 

 —Papá, mamá, ChaeRin, tía Sándara, HoSeok.—Todos lo veían expectantes.—Una vez más. Este es YoonGi...—Volteo a ver al pálido y después volteo a ver a su familia frente a ellos.—Mi novio.—Soltó finalmente.