Hidden World: Secretos entre las sombras.

Capítulo 5: El Jefe de los vampiros

—No, no puede ser que me quieran a mí.

— ¿Siempre es así de negado?— expreso Hank buscando una respuesta de Luca y de Danna.

Habían pasado alrededor de veinte minutos en los que me estaban explicando que era yo a quienes los pulgosos, como les llamo Hank, querían llevarme con ellos, porque buscaban tener a su manada unida.

Venga, podía empezar a creer que los vampiros y hombres lobos existían, pero de ahí a que yo fuera un licántropo, era otro nivel.

Todo era raro, mis emociones estaba a flor de piel... ¿Y quién no cuando es atacado y pierde ese día a su novia? Trataba de no pensar en ella, no porque quisiera olvidarla, y nunca lo haría, era y siempre será lo mejor en mi vida, no había alguien que pudiera hacerme sentir lo que ella me hizo sentir y lo que sigue provocando en mi después de ya no estar.

Amelia... baja en estatura pero grande de corazón, de pensamientos libres, aquella que se levantaba a mi lado en la cama con una risa en sus labios al ver que había un sol resplandeciente, aunque yo sintiera que hacia demasiado calor y me quejara por ello.

—Christian— Luca me saco de mis pensamientos—, no podemos negar nada...

— ¡QUE YO NO TENGO NADA QUE VER CON ELLOS! — grite al tiempo que pateaba una silla.

La silla salió volando en la dirección que estaba Danna y Luca, ambos se agacharon y miraron la silla estrellarse contra una vitrina, rompiendo el vidrio y la silla rompiéndose en dos.

Abrí mis ojos con exageración, mi pecho estaba subiendo y bajando con rapidez, sentía mi corazón latir en mi cabeza, sintiendo como la vena de mi sien palpitaba. Alce mis mano y vi lo temblorosas que estaban. Cerré los dedos en un puño y luego los abrí, para hacer que el temblor se alejara.

—Esto se está volviendo interesante. — la diversión en Hank era palpable.

Vi la cara sorprendida de Luca y como en Danna una leve sorpresa paso por ella, respire hondo tratando de calmarme por más que quería controlar la diversión de Hank a golpes.

Danna se acercó a mí, pude sentir como estaba enojada. Caminaba a grandes zancadas, su mandíbula estaba tensa, cuando estuvo frente a mí, me empujo con fuerza. Sabía que iba a hacerlo pero no me moví del lugar.

Ella era fuerte porque aunque me esperaba esa reacción, al empujarme hizo que diera un paso atrás. Volvió a empujarme.

— ¡¿Qué crees que haces, pedazo de idiota?!— grito enojada mientras me empujaba—. ¡Pudiste darle alguno de nosotros!

—Danna...

— ¡No, Luca!— se giró para mirarlo—. ¡Estoy cansada de que él se niegue a creer lo que está sucediendo, lo que está viendo!

—Es un imple humano, Danna— la voz del castaño era prudente, Luca la miraba para que entendiera y se calmara—. Es normal que ellos se nieguen a creerlo.

— ¡Lo entiendo, Luca!— dijo posando sus manos en su cabeza y luego girarse frente a mí—. ¡Pero este humano es muy idiota!— me miro con frialdad—. ¡¿No le basta creer al ver que los malditos peludos se hayan merendado a su, igual de idiota, novia?!

Le hubiera dejado decir cualquier cosa sin meterme, pero mientras fuera conmigo. La mención de Amelia y la forma en que lo había dicho hizo que mi sangre hirviera. No le iba a permitir que hablara así de ella.

— ¡No tienes derecho de hablar de esa forma de Amelia!

Me acerque más a ella. Danna levanto el mentón y yo igual. Ambos nos estábamos retando.

— ¿Oh qué?— alzo sus brazos—. ¿Qué me harás?

— ¿Acaso eres tan insensible?— dije entre dientes por la actitud que tenía—. ¿No hay nada que te importe?— le mire a los ojos pero no vi nada más que rabia y las ganas que tenia de explotar contra mí.

Nos quedamos por un rato mirándonos fijamente, esperando que alguno hiciera el primer movimiento. Cuanto tiempo duramos retándonos, no lo sé, solo hasta que la divertida voz de Hank resonó en el lugar.

— ¿Y se van a quedar ahí?

Ninguno de los dos hizo algún movimiento más que el necesario para respirar.

—La destripadora perdiendo el control con un simple humano— volvió a hablar Hank acompañando lo dicho por una risita divertida—. ¿Generalmente no son muy amigables, Luca?

Danna se alejó de mí y le dio una mirada furiosa a Hank a quien solo hizo que riera más.

—Lo son, Hank— dijo Luca mirando de forma desaprobatoria a Danna—. Los destripadores son modelos a seguir.

— ¿Qué son los destripadores?— pregunte.

Luca le dio una corta mirada a Danna e hizo un gesto para que lo siguiéramos, Danna y Hank quedaron detrás de mí. Caminamos por donde estaba la vitrina rota y alcance a ver una puerta detrás de una estantería.

— ¿Hace cuánto fue el ataque?— pregunto Hank y Luca mostro dos de sus dedos mientras cruzábamos por la puerta y bajábamos unas escaleras y al parecer Hank lo entendió—. ¿Y qué es lo que sabe entonces?

Había poca luz en el lugar pero podía moverme sin problema. Al final de las escaleras había otra puerta pero esta se veía más vieja pero estaba en buen estado.

—Nada— dijo Danna pasando por mi lado y chocando su hombro con el mío al abrirse paso para entrar por la puerta y antes de hacerlo, se detuvo en el marco, al igual que Hank y ambos me miraron de pies a cabeza—. No le doy mucho tiempo de vida entre las sombras.

Y entro seguida por un divertido Hank con las manos en sus bolsillos.

—Esperemos que eso no sea cierto— dijo Luca poniendo una de sus manos en mi hombro, cerro un poco la puerta y suspiro—. Necesito que pongas de tu parte, Christian. Danna es una chica de poca paciencia pero muy fuerte, ha luchado por el lugar en el que esta, muchos quieren alcanzarlo.

— ¿Qué es ella?— dije refiriéndome a cuando le habían dado el título.

—Un destripador, es el rol más importante entre nosotros los cazadores, incluso su palabra puede ser más valiosa que la de los dirigentes— dijo cordialmente—. Y lo que los diferencia, es que los dirigentes no están en la zona de combate, solo administran el lugar.




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