Habia dado millones de vueltas en la cama, la sabana con que dormía estaba enredada y parte caía al suelo, la almohada estaba en la parte baja de la cama y yo tenía mis piernas sobre la pared. No tuve pesadillas pero me atormentaron las imágenes que vi y lo raro del asunto.
De solo recordar todo lo que Danna habia pensado en lo que haría con Hank cuando regrese me daba un escalofrío. No era nada del otro mundo, no niego que una de esas cosas la habia hecho con Amelia pero... sí que habia ferocidad en cada movimiento que imagino Danna en hacer.
Me levante apenas sentí como todos los demás lo hacían, debía asistir a mi encuentro obligatorio con Filis. Me bañe y seguí a todos los chicos que dormían allí, iban rumbo al comedor. No me sorprendió que las mesas y sillas fueran de metal, eran muy parecidas a las de las cárceles, todo el ambiente era así.
Me forme en la larga fila y espere a que fuera mi turno. Habia muchos jóvenes y varios adultos, aun no entendía porque la distinción de cada color entre ellos. Sentí un leve escalofrió, pero no era malo, era... agradable, y fue cuando la vi acercarse y tomar un plato, sin necesidad de formarse en la fila para esperar su turno, su rígida pose, como se hacían a un lado para dejarle pasar, esa gruesa cicatriz que le acompaña. Danna tomo su comida y se fue a sentar a una mesa en el rincón, sola, los chicos que pasaban por ahí solo la miraban, sus ojos llenos de admiración. La idolatraban, querían ser como ella, lo entendí aún más cuando recordé las palabras de Luca, diciendo que todo cazador quería volverse un Destripador.
—Es tu turno.
La voz del chico que estaba detrás de mí me saco de mis pensamientos. Lo mire, era más bajo que yo y me miraba con aburrimiento y exasperación, no dije nada y tome mi plato y escogí mi desayuno.
Mire el lugar, la mayoría de las mesas estaban repletas, excepto la que ocupaba Danna, una donde habia una chica de piel pálida y su amigo, y una llena de platos sucios.
Camine entre todos y algunos golpearon mi hombro con los suyos, me daban miradas de pies a cabeza y hablaban de mí. No quería escuchar tanto, tantas voces susurrando casi lo mismo me desesperaba y controlar mis ganas de gritarles que dejaran de decir aquellas cosas me desgastaba. Después de todo, si necesitaba la ayuda de Filis, quería poder controlar esto, poder escuchar solo cuando yo quisiera.
"Espero que este no se vaya a sentar en la mesa de los platos".
Mire a Danna que tenía su vista fija en su plato. Mire las tres posibles mesas en las que me sentaría, ya empezaba a escuchar como los jóvenes decían entre ellos con risa "Se va a sentar con los novios o con los platos", otros apostaban a que me sentaría con Danna y otros rogaban que no lo hiciera si no quería que ella me insultara por invadir su espacio.
Y sentí como todos se sorprendían al verme sentar frente a Danna, quien me miro sin levantar la cabeza y con esa expresión fría. La mirada de todos sobre nosotros, a la espera de que ella me dijera algo hiriente y humillante.
—Vaya— dijo mirando de nuevo su plato—. Alguien por fin tiene hambre.
No dije nada y me quede mirando sus movimientos, eran espontáneos.
Varias imágenes de ella y Hank, de lo que debía ser de anoche, llegaron a su cabeza. Ella y él, desnudos sobre el tejado, los gemidos de ella siendo reprimidos al morderse el labio, Hank le besaba el cuello, se separaron y ambos se miraron a los ojos, Hank tenía los ojos grises y sus colmillos afuera, ella sonrió y toco sus labios con el pulgar y lo beso...
"¿Sera que estos muchachos dejaran de vernos así?" se preguntó ella interrumpiendo las imágenes que veía y tenía que admitir que también sentía, veía sus recuerdos como si fuera ella... "¿Y Christian no pensara en comer? Se le enfrían los huevos"
Sus pensamientos me confundían, era como si estuviera frente a otra Danna, una más preocupada, más sociable y entregada. Comencé a comer en silencio.
— ¿Iras con Filis después de desayunar?
La mire y ella me miraba con una expresión cansina.
—Sí— dije después de tragar—. ¿Por qué?
"No creo que sea necesario que vaya"
—Por nada— se encogió de hombros—. Solo veo el alcance que tiene ella para molestarme.
— ¿Y por qué tendría que molestarte?
Me miro con severidad y giro sus ojos. Seguí comiendo, con la necesidad de saciar el hambre que sentía.
—Porque sabe que odio a los licántropos.
Asentí y seguí con mi desayuno, quise tantear el terreno y hacerle una pregunta, me la pensé muy bien antes de hacerla porque no quería que supiera que le estaba leyendo la mente.
Filis tendría mucho que enseñarme en esta mañana.
— ¿Buscaron a Hank para que fuera por mí?
Danna me miro y sentí como la mención del vampiro le hacía estremecer, no era un simple amorío de satisfacción momentánea, a Danna le interesaba Hank.
—Sí. — dijo con simpleza pero logre captar su pensamiento de que no habia sido en vano.
—No necesitaba que nadie fuera por mí— dije tomando de la avena—. Me tengo que ir, Filis me está esperando.
"Debería ir tras él para saber que hablaran"
—Danna— la mire ante ese pensamiento—. ¿Podrías entrenarme?
Ella junto sus cejas.
— ¿Qué te hace pensar que soy una profesora y quiero enseñarte?
—Porque Filis me estudiara para saber si me transformare en la próxima luna— mentí y debía hacerlo para que ella no me siguiera—. Y si no me vuelvo uno, podrías entrenarme como cazador y así reírte en la cara de Filis porque no obtuvo lo que quería.
Sentí como sonreía con malicia y como se decía que no era mala idea, pero su rostro era neutro.
—Cuando regreses te esperare en la azotea, puedes pasar por la galería.
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Editado: 12.12.2020