Hija de dos mundos

"mentiras que duelen II"

(Esta partes es narrada por Nat)

Luego de que Ene desapareciera por las calles, una figura familiar se acercaba a mí.

— Fue, pensé que no te vería en mucho tiempo —dije cuando ya estaba lo suficientemente cerca de mí.

— Si, yo pensé lo mismo —dijo serio.

— Pasa —dije apartándome.

— No, no es necesario —dijo sombrío.

— Entonces, vienes a algo puntual.

— Si...vamos al grano, solo quería decirte que Ene…está ocultando cosas sobre ti, sobre tu pasado, sobre tu origen, sobre tu propósito, oculta mucho más de lo que muestra —dijo mirando a todos lados.

— Sé que oculta cosas y ustedes también me las ocultan, estoy enterada Fue —dije bajando la mirada— odio que me las oculten.

— ¡Sorprendente!, Ene nos había comentado que eras inteligente...en algo que tuviera razón —dijo sonriendo.

— Y, ¿Cómo está tu abuela? —pregunté recordando lo que me dijo Ene.

— ¿Mi abuela? —preguntó extrañado.

— Si Ene dijo…

— Es otra de sus mentiras...la verdad es que me sacó del grupo, de seguro te dijo eso para despistarte —dijo quejoso.

— Sabía que había algo raro en eso —dije concluyendo.

— ¡Que irónico!, vine a advertirte y pues ya lo tenías más que claro —dijo levantando los hombros.

— Bueno, confirmaste mis sospechas, no fue en vano —dije sonriendo.

— Entonces, adiós —dijo dándome un beso en su mejilla.

— Adiós Fue —dije cerrando la puerta.

Me quedo dando vuelta sus palabras...

¡cabo suelto!

Mis sospechas no eran obra de mi imaginación, ni de mi desconfianza, eran reales.

Fui a la casa de Agu, de mala gana por todo lo que me había confesado Fue, tal como Ene me había pedido. Golpeé la puerta.

—Hola —dijo ella abriendo la puerta- ¡pasa!

—Gracias, ¿comenzamos? —dije cortante, mirando a los demás, que se encontraban sentados en los sillones.

— Si, si claro —dijo extrañada y echando una rápida mirada de confusión a los demás presentes— bueno lo primero que debes saber sobre tus poderes es que estos se dejan llevar por tus sentimientos, por lo que en el momento en que los uses lo mejor es mantener la mente en blanco o con pensamientos positivos o sobre estos. Es decir que todo lo que Ene te traspaso se debería ir mostrando mientras tú los usas.

— Comprendo.

— Bueno ya teniendo claro eso, cierra los ojos y piensa en lo que quieres hacer, obviamente relacionado con la naturaleza.

Cerré los ojos y comencé a pensar en plantas. Una energía recorrió mi cuerpo concentrándose en mis manos, me agaché y las puse en el suelo, al abrir los ojos el piso estaba cubierto de flores de Oxul y pasto.

—Fantástico —dijo Air tocando las pequeñas flores.

— Bien, ahora intenta deshacerlo —dijo Agu asombrada por la alfombra verde y colorida que cubría el piso. Cerré los ojos y puse mis manos sobre las flores, sintiendo como volvían a mí, un cosquilleo cubría mi cuerpo y sentía como los poderes fluían por mis venas, una vez hecho pensé en oír a los animales, mis oídos se agudizaron logrando oír el revolotear de pequeños insectos hasta sus conversaciones extrañas y pensé en llamarlos haciendo un silbido, al momento la casa se rodeó de estos y de animales de todo tipo.

— Es increíble —dijo Ara pegada a la ventana.

— Ahora hay un poder que solo tú posees, puedes llamar a tu animal que va a ser tu mascota, tu protector y ayudante, solo debes decir: “ven aquí ractad" (guardián en el idioma de Oxul).

— Ven aquí ractad —dije en voz alta y un fénix entro rompiendo el techo, guardo sus llamas para luego posarse en mi hombro e hizo un gesto para pedir cariño.

— Es un fénix —dijo sorprendido Air— es el animal más poderoso de nuestro planeta y te escogió a ti, para protegerte…en años ningún fénix se presentó para cuidar a las Naturaleza anteriores, porque son muy selectivos, solo escogen a aquellas con cualidades excepcionales como: fortaleza, valentía, deducción, lógica e inteligencia. Eres especial.

— Tiene razón —dijo Agu— eres especial, tienes las cualidades de un fénix y por eso fuiste elegida por uno de ellos, cada una de las Naturaleza recibe un poder que les otorgan sus protectores, busca el tuyo.

Seguía acariciando al fénix que se encontraba en mi hombro y en un susurro le decía: “¿Cuál es tu regalo, pequeño?, al instante una extraña fuerza recorrió mi cuerpo concentrándose en mi espalda queriendo salir, me estremecí del dolor cayendo de rodillas, mientras unas dolorosas punzadas cubrían mi espalda y una vez que el dolor ceso unas grandes alas doradas se habían acomodado allí, solté un suspiro y me levanté con dificultad.

—Alas doradas como el sol —dijo Ara asombrada- es verdad.

— ¿Qué es verdad? —pregunté confundida. Air y Agu la miraron de manera sospechosa. Estaban ocultándome algo.

— No le hagas caso —dijo Air algo nervioso.

— Ahora veamos tus defensas —dijo Agu cambiando de tema— yo seré tu atacante, comencemos.

Tiro un montón de agua hacía mí y yo lo detuve haciendo una pared de tierra, poco a poco unas imágenes se iban reproduciendo en mi cabeza, métodos de protección, de ataque, de distracción, utilicé enredaderas para derrumbarla e insectos para distraerla, mis alas para esquivarla y paredes de tierra, enredaderas, rocas, palos, hasta hice crecer árboles para protegerme.

— Nada mal para ser la primera vez —dijo Agu sacudiéndose la ropa, mientras la ayudaba a levantarse- gracias, ahora solamente utilizaremos las enredaderas, que deben volverse tu fuerte —dijo en posición de combate.

Mientras esquivaba sus chorros de agua y buscaba sus puntos débiles, una imagen pasaba por mi mente. Estaba Ene con los chicos reunidos hablando con un señor que no reconocía, este les decía: “tienen que traerla, nuestro planeta está muriendo y nuestro enemigo cada vez está más cerca de su realización, la necesitamos”, “señor” interfirió Ene, “tengo que contarle algo en privado”, los chicos salían y solo quedo él con el señor, “te escucho” dijo este último. Ene tomó aire y dijo: “Nat es amigo de Muer que en la tierra se hace llamar John, eso nos jugará en contra, ella no querrá deshacerse de él”, “comprendo” respondió el señor “no puede enterarse de esto ni de lo otro” añadió. El recuerdo poco a poco se desvaneció quedando grabadas sus palabras, quieren que mate a mi amigo. La ira se apoderaba de mí, al igual que la tristeza y el dolor, lo peor es que aún me las siguen ocultando.



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En el texto hay: misterio, secretos, seres cosmicos

Editado: 13.07.2020

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