Manada Reyes de Kyar
Pamela
Ya que no pude retomar mi sueño después de ese extraño sueño y en vista que estaba por amanecer, decidí levantarme de la cama y adelantar mi rutinaria caminata matutina, se me había vuelto una costumbre, era una mejor manera de conectar con todos los miembros de la manada y asegurarme de que todo marchara en orden. Puesto que empecé temprano mi recorrido, a las siete de esa misma mañana ya estaba de regreso en la mansión y aprovechando mi tiempo extra me di una ducha relajante y luego de darme mi tiempo para escoger mi ropa y arreglarme, decidí bajar a desayunar.
—Vaya, creo que debería madrugar más a menudo. —Murmuré sonriendo, la verdad es que Lía y yo estamos bastante emocionadas y eso se refleja en nuestro ánimo. Apenas entró al comedor puedo ver en la mesa a mi padre y mi hermano, mi mamá y mi hermana venían con bandejas de comida y jugó, las ayudó rápidamente a colocarlas en la mesa y luego saludo a papá dejando un beso en su frente y a mi hermano solo le guiño un ojo sonriente, me siento en mi lugar de siempre que es a la cabecera de la mesa de frente a papá y espero pacientemente a que mamá se ubique al lado de mi padre.
—Hola ma', hola Don ¿Cómo amanecieron hoy? — Las saludo a ambas y suelto una carcajada al ver sus caras de asombro. Por lo general no me levantaba de buen humor en las mañanas.
—Muy bien cariño ¿y tú? —Responde mi madre con una sonrisa como siempre, está mujer jamás deja de sonreír por eso y por muchas cosas más es que la amo y admiro tanto.
Solo sonrío y articulo un "excelente" y mi hermano menor, Ian incapaz de contener su curiosidad me pregunta con una mirada de divertida: — ¿Qué te tiene tan contenta Pam? Por lo general eres insoportable en las mañanas, ¿A quién debo darle las gracias por este milagro?
—Es cierto, ¿A quién debemos agradecer tu buen humor, Pam? —Está vez es Donna mi otra hermana la que habla, simplemente río.
—No es nada del otro mundo hermanos —Les digo intentando quitarle importancia al tema. —Solo me levante con buen humor y ya está, no tienen que darle gracias a nadie —Hago una pequeña pausa mientras mastico y luego sonrío cómplice. —O tal vez, deberían darle las gracias a la diosa luna. —Finalizó mordiendo mi tostada.
—Pues... ¡gracias diosa luna! —Dicen al unísono causando que yo suelte otra carcajada que se fue apagando al recordar que también se venían tiempos difíciles para la manada.
—Ian, necesito que entrenes a los nuevos guerreros y aumentes el entrenamiento de los demás, los necesito listo para cualquier cosa y quiero que tengan un entrenamiento arduo. Esta tarde pasare para ver los entrenamientos y observar que tal ¿vale? —Le digo cambiando drásticamente de tema y puedo ver como deja de ser mi pequeño hermano risueño para ser el general del ejército de esta manada en solo fracción de segundos. Eso me hace sentir orgullosa, a pesar que es el menor de los tres nos ha demostrado con esmero que puede ser el mejor en todo lo que se proponga.
Me fijo en las reacciones de todos ante lo que acaba de decir y pude darme cuenta cómo hemos pasado de ambiente familiar a un ambiente de preocupación por la manada, esto es ser alfa, tu vida pasa a un segundo plano cuando los que están bajo tu cuidado podrían estar en peligro. Todos arrugan sus frentes y me observan con preocupación e intriga, en especial papá. Lo cual es bastante lógico porque no saben la razón de esta orden.
—¿Y eso por qué hermana? —Pregunta Donna preocupada ya que ella es mi beta, consejera y mejor amiga; nunca tomo una decisión sin hablar con ella antes, sé que por eso se preocupa ya que no habíamos hablado de nada de esto.
—Si Pamela ¿A qué se debe esa decisión? Sabes que nuestros guerreros son los mejores y no estamos en tiempos de guerra para que te preocupes tanto y aumentes el nivel de entrenamiento. —Mi padre habló casi al mismo tiempo que mi hermana. Decidida a aclararles las cosas y antes de que hablen nuevamente me aclaro la garganta y les explico.
—Verán, hago todo esto por prevención. —Les explico y sus ceños se fruncen más. —Anoche tuve un sueño muy extraño en donde la Diosa Luna me hablo, me advirtió que vendrían tiempos difíciles para nosotros y que debíamos estar preparados, me dijo algo sobre dejarme llevar por el poder y tomar buenas decisiones y es precisamente por eso que esto pidiéndole esto a Ian. —Todos se sumen en un silencio, asimilando lo que acabo de decir y yo espero pacientemente a la espera de que hablen, omití lo de mi mate porque contarles eso sería desviar la atención.
—Si es así como nos cuentas, entonces tienes toda la razón Pam.—La primera en hablar es mi madre. —La diosa luna te advirtió y tienen que estar listos para cualquier cosa. —Dice con determinación, demostrando porqué ha sido y es —hasta que llegue mi mate—, tan buena luna durante todo este tiempo.