Hija del poder [nueva Era I]

Capítulo VIII

Días después.

Pamela

─Por suerte para todos los Trolls no lograron hacer tanto daño. ─Informa Donna a todos los presentes en la sala de conferencias principal de la manada y yo suspiro aliviada, a mi alrededor se encuentra el jefe de los cazadores, Sanders Dragons, acompañado de su mano derecha, Steven Dragons, el alfa de la manada Yellowstone, Matteo Rickson, el alfa de Garras de acero, Robb Warblood y el alfa de Luna Nueva, Luis Vullinton con sus respectivos Betas.

Luego de que Megan asesinara al segundo Troll me enteré del caos que los Trolls estaban causando en las manadas vecinas y que además estaban por cruzar a las distintas ciudades si no se hacía algo pronto, fue así como Megan y yo nos teletransportamos a cada una de las manadas y sugerimos la idea de una alianza entre manadas para evitar el caos y más destrucción, a esto sumamos a los cazadores y gracias a la luna pudimos detenerlos a tiempo.

─Sigue existiendo el problema con los desterrados. ─Habla Robb con su típico semblante sombrío, las cicatrices de garras que marcan todo su lado izquierdo no hacen más que intensificar esa apariencia de matón que a muchos le asusta. ─Tengo a muchos de mis soldados heridos y los que están a pleno funcionamiento están tan cansados que si los forzó más caerán de agotamiento, eso me deja con puntos ciegos en las patrullas de vigilancia y muchos problemas. ─Todos asentimos de acuerdo y es que él no era el único con ese problema, la única razón por la que Reyes de Kyar se mantenía sin menos ataques es que gran parte de nuestro territorio era compartido con la ciudad de Kyar y por lo tanto custodiado por cazadores.

─Si me permiten señores, ─Habla Sanders y todos dirigen su atención a él. ─ Tengo hombres alrededor de todo el mundo fácilmente podrían ayudarlos con sus puntos ciegos y cazar a los desterrados. ─Los alfas en la mesa discuten en voz baja con sus betas, o mentalmente y escucho varios gruñidos en desacuerdo. Ruedo mis ojos, el problema con los alfas es que somos tan orgullosos que aceptar cualquier tipo de ayuda ofrecida puede ser tomada como un insulto a la capacidad para cuidar de los nuestros, si a esto le sumamos el orgullo intrínseco que está en todo lobo hombre dominante, sí Sanders bien podría estarles diciendo vergas cortas a todos.

─No necesitamos ayuda de los cazadores. ─Gruñe Matteo y los demás alfas asienten conforme, Sanders bufa a mi lado.

─ ¿Ah no? Pensé que habían sido mis hombres quienes ayudaron a contener a los Trolls, debí estar alucinando cuando llegaron hasta mí para solicitar mi ayuda. ─Un coro de gruñidos se escucha por toda la sala y sé que tengo que parar esto antes de que se convierta en un concurso de "haber quién la tiene más grande"

─Por favor caballeros seamos realistas por una vez. ─Digo y ellos me observan sin entender. ─Está claro que Sanders y sus hombres fueron de gran ayuda con el ataque troll y serán de ayuda ahora, mi propia manada ha tenido menos ataques gracias a ellos y no por aceptar esto he perdido más dominio sobre mis tierras. ─Todo vuelve a sumirse en un silencio pero me alegro cuando a duras penas todos terminan asintiendo.

─Al fin piensan más allá de la testosterona. ─Susurra Sanders a mi lado y le doy una pequeña mirada divertida, tiene razón pero agradezco que este comentario haya sido solo para mis oídos o entraríamos en otra discusión absurda. Después de afinar los detalles y planificar planes de contingencia en caso de que un ataque Troll o de alta magnitud volviera a formarse todos abandonaron sus la sala dejándonos solo a Donna y a mí, mi hermana dio un suspiro de alivio coloco los pies sobre la mesa.

─Los has manejado bien hoy. ─Me dice y yo sonrío. ─Pensé que iban a tardar mucho más tiempo para ponerse de acuerdo.

─Gracias a la diosa hemos terminado a tiempo, quiero tomarme un pequeño respiro para correr. ─Le digo y ella asiente. ─ ¿Me necesitan para algo importante? ─Ella niega y yo suspiro aliviada, enserio necesito correr.

─Oye por cierto, ─Dice justo cuando estoy por salir y volteo a verla con la mano en el pomo de la puerta. ─Fiesta de universidad el viernes por la noche, alcohol, música ruidosa, jóvenes hormonales y probablemente mucho sexo ocasional y problemas, Ian y yo iremos ¿te nos unes? ─Pregunta y yo niego horrorizada.

─Joder no, prefiero quedarme en casa. ─Ella ríe divertida y me acusa de aburrida.

─Lo supuse, ¿Nos prestarás tu hermoso jeep al menos? ─Lo pienso y al final termino asintiendo. 

─Si le pasa algo a mi bebé van a pagarlo caro. ─Amenazo y ella asiente sonriente, fue un regalo de mi madre y la verdad es que adoro ese jeep.

─Entendido jefa, ahora ve a divertirte. ─Me ordena y yo toma la oportunidad para escabullirme lejos de la vista de todos he irme a correr.

Rossie

¡Al fin es viernes! Lo que no solo significa que hemos terminado nuestra semana de clases sino que también significa ¡Mi primera fiesta universitaria! Va a ser mi primer evento social en esta ciudad y decir que estoy emocionada por esto es decir poco. En la universidad no sé habla de otra cosa y mis amigos y yo no somos la excepción, Ian pasará por todos en el auto de su hermana mayor ─de la cuál ni siquiera tenía idea─, y mi hermano Ethan prometió unirse a nosotros para garantizar que mi mellizo y yo tuviéramos la experiencia de "fiesta universitaria" completa ─según sus palabras─.




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