En una carretera que salía de la ciudad de Kawasaki salía un auto. En el vehículo estaba la familia Sato; la cual se componía por: Kenzo, el padre; Hana, la madre y Taiki, quien apenas tenía 6 años de edad. Ellos ya iban rumbo a su casa, que se ubica en Tokio.
Los padres sostenían una charla amena después de la visita hecha a Yunko, hermana mayor de Hana.
-Yunko-san siempre es muy amable con nosotros, se esmeró mucho con la comida de esta tarde.
-Sí, Yunko-onesan se pone contenta cuando venimos de visita.
El pequeño Taiki dormitaba en el asiento trasero del auto debido a que ya era un poco tarde.
-Kenzo, estoy muy preocupada por Taiki
-¿Por qué? Taiki es un buen niño.- Dijo Kenzo desconsertado mientras se mantenía atento al volante.
-Lo sé, cariño. Pero, me preocupa mucho que el niño...
-Ya lo discutimos, cuando entre a la primaria estará bien. Taiki es un niño apenas, ya verás que dentro de poco o nada va tener amigos que valgan la pena- Tranquilizó Kenzo a su mujer con una tenue y apacible sonrisa.
Todo transcurría de forma apacible y tranquila, ambos padres hacían planes para el niño y el pequeño, dormitaba pensando en ese primer día, uno que quedaría marcado por una tragedia que, lamentablemente, estaba a punto de ocurrir.