Capítulo 5: "Hora de Modelar"

“Los encuentros nos esperan, pero la mayoría de las veces evitamos que sucedan”.    

                                    –Paulo Coelho

DOS DÍAS DESPUÉS…

—¿Has tenido alguna experiencia en modelaje antes? —preguntó una mujer viéndola fijamente mientras Camila jugaba con sus pulseras nerviosa.

La habitación le parecía claustrofóbica por los nervios que sentía.  Una hora atrás ella y Dinah habían llegado a la boutique del reconocido diseñador Narciso Rodríguez para un casting de modelos para su nueva colección. Y no había podido dejar de estar nerviosa ni un minuto.

—Nunca he trabajado de modelo—susurró Camila con timidez.

—¿Tienes algún “Book” con fotografías que podamos ver? —dijo anotando mientras Camila la veía sin entender.

—La verdad es que yo jamás había hecho nada como esto—Camila suspiró.

—Es entendible—la mujer le sonrió—. Eres muy bonita y creo que podrías funcionar. No eres muy alta, pero tu cuerpo está muy bien proporcionado.

—Gracias—murmuró Camila sin saber exactamente que más decir.

Dos días atrás Dinah la había convencido de acompañarla a ese casting y al llegar prácticamente la había dejado sola cuando la llamaron para una prueba. Ahora Camila estaba allí, sintiéndose incomoda con la falda negra que Dinah la había obligado a usar con su top color blanco. Camila no vestía muy femenino siempre. Le gustaban las cosas lindas pero prefería sus converse, sus jeans y sus snapbacks. Se tocó su Cabello sabiendo que no tenía una en ese momento y suspiró. Sintiendo como una parte de ella que siempre la acompañaba hacía falta. Le gustaban los vestidos, las faldas pero prefería la comodidad de su ropa habitual.

—¿Te gustaría hacer algunas pruebas? —le preguntó a Camila que simplemente asintió. Ya estaba allí y se veía como una compañía seria. Dinah la había instruido en esos dos días sobre el mundo de la moda. Camila no conocía mucho, pero había hecho el esfuerzo por no decepcionar a su mejor amiga. Aunque sus ojos únicamente se habían dirigido a una revista en particular entre la cantidad “exagerada” de la colección de Dinah. Una revista donde estaba Lauren Johnson en todo su esplendor.

Lauren Johnson.

 De nuevo ese rostro y ese nombre cruzaban por su mente arrebatándole la paz y la tranquilidad que había logrado adquirir desde que su padre se había ido. Poco a poco estaba superando eso aunque no había podido conseguir un trabajo. Había tenido suerte de que el evento de Dinah se retrasara un día para dedicarse a buscar trabajo. Pero no había tenido mucha suerte.

Era un mundo difícil y el trabajo no era fácil de encontrar. Y si tenía una oportunidad en ese mundo de “moda y glamour” la tomaría. Aunque pensaba que no existiría una posibilidad para ella en algo de modas. Si llegaran a ofrecerle algo lo tomaría por Sofí y por ella. Por su pequeña familia. Haría lo que fuera por su hermana, incluso dejar que esa gente que no conocía la desnudara y la hiciera probarse infinidad de ropa antes de presentarse con Narciso Rodríguez. Haría lo que hiciera falta para darle a su hermana lo que merecía.

Haría cualquier cosa siempre y cuando no atentara contra su verdadera esencia. Eso solo era ropa. Suponía que en algún momento podría usar su snapback. Además, estaba segura que jamás la elegirían a ella.

—Odio que el día este de esta forma—dijo Normani acomodándose el Cabello mientras Lauren se colocaba sus características gafas—. Y venir tarde a un llamado por esperarlas a ustedes dos.

—¿Estas segura que Narciso de pidió venir? —dijo Ally bajándose del coche.

El cielo las saludo totalmente nublado con cierta amenaza de que en cualquier momento se desataría una enorme tormenta. Lauren había estado encerrada en su estudio dibujando bocetos como una maniática cuando Narciso había interrumpido su paz mental esperando que llegara a su tienda a elegir las últimas tres modelos para la campaña en Japón, y que viajarían con ellos.

—Son las tres modelos principales y no quería que lo estropeara.

—“Lauren la magnífica diosa de la moda” —dijo Normani sarcástica—. ¿Debes de estar en todo verdad?

—Por qué dejar a otros en algo que perfectamente puedes hacer tú—sonrió Lauren con suficiencia y Normani puso los ojos en blanco—. Quizás quiera ver quienes van a acompañarnos para supervisar todo a detalle—Lauren les dio un guiño sorprendiendo a sus amigas mientras entraba Ally y Normani se vieron sin entender.

Años atrás habían dejado de tratar de entender a Lauren y su humor cambiante. Lauren era una mujer con un carácter muy difícil pero si Normani y Ally lo admitían, las dos la querían mucho. Tenía ese toque de cinismo que le daba cierto humor a sus días. Las dos sabían que dentro de esa mujer tan cínica y desamorada existía alguien vulnerable y de gran corazón. Lauren jamás había compartido algo con ellas, por lo menos no de su vida personal. Era una mujer muy reservada pero que en algún punto de su vida tendría que haber sufrido mucho por esa mirada triste que se instalaba en sus ojos de vez en cuando.