Capítulo 9: Felicidad

Abro los ojos y miro hacia el lado derecho de la cama, Karol sigue dormida, le doy un beso en la frente y me pongo la ropa deportiva. Bajo las escaleras, saludo a la señora Linda y salgo a hacer mi trote matutino.

Una hora después, regreso con la camiseta empapada de sudor. Voy a la cocina y saco una botella de agua del refri, luego subo a mi habitación para darme una ducha, abro la puerta, Karol sigue durmiendo, aún es temprano. Me desvisto y me doy una ducha rápida, diez minutos después me visto de traje. Me siento a un lado de la cama y le acaricio el rostro. Abre los ojos y me sonríe.

-Me tengo que ir a trabajar, puedes quedarte el tiempo que quieras. Mi ama de llaves, la señora Linda está aquí por si se te ofrece algo.

-No te preocupes, me iré en un rato. También tengo que ir a trabajar. –Y me sonríe.

Le doy un beso y salgo de la habitación, bajo las escaleras y me encuentro con la señora Linda.

-Señora Linda, mi novia está durmiendo, por favor asístala en lo que se le ofrezca.

-No se preocupe. –Y sonríe

Saco el auto de garaje y acelero rumbo a la oficina. Hay algunas nubes en el cielo, pero no hay nada que pueda arruinar mi felicidad. Enciendo el reproductor de música y acelero un poco más.

Unos minutos después, estoy fuera del edificio. Estaciono el auto y entro, tomo el ascensor y presiono el botón, unos momentos después las puertas se abren, camino por el pasillo, los trabajadores me saludan. Llego a mi oficina, Lola me espera con el café que tanto me gusta.

-Buenos días señor Mateo.

-Buenos días Lola, ¿Hay algún mensaje para mí? –Agarro el vaso biodegradable y bebo un sorbo de café.

-Tiene dos llamadas de su tío George, y su hermano Ismael llamó para avisarle que estará en la ciudad.

-Gracias Lola, puedes retirarte.

Ismael está en la ciudad, mientras sea solo unos días está bien.

Tomo mi celular y marco el número de mi tío.

-Hola tío.

-Mateo, hoy cenaremos en la finca. Lleva tu novia, a Ismael le dará gusto conocerla.

-Ya veremos tío. Te veo luego. –y corto.

Isamel y yo compartimos padre, se graduó de doctor al igual que mi tío, es muy inteligente, audaz y un poco calculador. Él, al igual que yo decidimos alejarnos de los negocios de mi padre. André y él estudiaron juntos en la universidad. Pero cuando mi padre fue a la cárcel, se fue a vivir en México mientras que yo me quedé en Perú. Han pasado cinco años, me pregunto cuánto ha cambiado.

El teléfono suena. Lo agarro y contesto.

-Si?

-Gracias por el favor con Natalia. –Noto el sarcasmo en su voz.

-Un placer, pero ¿Qué pasó? –Sonrío.

-Se suponía que yo estaba molesto, pero al final yo terminé pidiéndole disculpas a ella.

-Hahaha. –Era de suponerse.

-En fin, ¿Lograste hablar con Karol?

-Dormimos juntos. –Respondo sonriendo.

-Mierda! Entonces están juntos. –Se escucha emocionado.

-Pues sí, hahaha.

-Tenemos que salir a cenar hoy mismo para celebrar.

-No, hoy no puedo. Mi hermano vino de visita y cenaremos con mi tío.

- ¿No crees que te hará mal, recordar?

-No, llevaré a Karol a conocerlo. La tendré de apoyo, aunque no sepa nada.

-Vale, saluda a Ismael de mi parte.

-Vale, se lo diré. –Y corto.

Pongo el teléfono en el escritorio y reviso los papeles que tengo en frente. Los firmo y llamo a Lola para que vaya a entregarlos. Me levanto de mi asiento, tomo el vaso con café y me dirijo a la ventana, el tráfico está terrible ahí abajo. Las nubes oscuras se desvanecen.

Me acomodo el relój, son las once con treinta. Tomo el celular y le envio un mensaje a Karol.

Hola amor, ¿interrumpo tu trabajo?

Para ti estoy libre.

Mi hermano llegó a la ciudad,

¿te gustaría ir a cenar con nosotros?

¿Tu hermano? ¿Al menos sabe de mi existencia?

¿Bromeas? Le dará gusto conocerte por fin.

Está bien.

Paso por ti a las 8:30. Te amo.

Te amo.

Pongo el celular en el bolsillo y reviso la agenda de mi escritorio. Tengo una reunión en cinco minutos. Saldo de mi oficina y tomo el ascensor para ir al tercer piso. Entro a la sala de juntas, dos hombres ya están ahí.