Hilos separados

Capítulo 21: Papá a los 30

-Mateo… Despierta… –Karol me despierta con su dulce voz.

Abro los ojos lentamente, aún sigo somnoliento.

            -Feliz cumpleaños, mi amor. –Sostiene a Spike en brazo. Su sonrisa es radiante.

¿Mi cumpleaños? ¿Qué carajo? Lo olvidé por completo.

            -Oh, gracias amor. –Me acerco a su rostro, le doy un beso–. Te amo. –Y le doy otro beso.

            -Espera aquí. –Sale corriendo de la habitación.

Luego de un momento, aparece en la puerta. Trae consigo una cajita de regalo. Me muestra la sonrisa más radiante que he visto en toda mi vida. Está demasiado feliz. Me entrega la cajita.

            -Sabes que soy muy exigente, ¿verdad? –Sonrío divertido.

            -Lo sé, señor Mateo. –Se queda de pie frente a mí.

Le desato el lazo, emocionado. Le quito la tapa y el papel arrugado.

Una gran conmoción surge en mí, al ver una prueba de embarazo dentro de la cajita. Dos rayitas aparecen en la pantallita. Incapaz de contener mi emoción, dejo caer las lágrimas de felicidad más intensas que sentí en mi vida.

-Dime que no es una broma.

Ella niega con la cabeza mientras sonríe más feliz que nunca y deja car algunas lágrimas.

Voy a ser padre. Carajo. ¡Sí! ¡Voy a ser padre!

            - ¡Sí! ¡Voy a ser papá! –Salgo de la cama de un salto–. Me vuelves el hombre más feliz del universo. –La abrazo y la cargo, girando por toda la habitación.

            -Vamos a ser padres, mi amor. –Su sonrisa es intensa.

            -No lo puedo creer. Vamos a ser padres…

            -Créelo, mi amor.  –Me abraza.

            -Voy a amarlo, tanto como a ti. Es más, ya lo amo. –No puedo contener mi emoción.

Voy de un lado a otro. Salgo de la habitación. Bajo las escaleras, gritándole a todo el mundo que voy a ser papá.

- ¡Voy a ser padre! ¡Voy a ser padre! ¡Voy a ser padre!

Karol va detrás de mí. Los miembros del personal que cuidan la casa salen a ver lo que ocurre. Marco junto a María son los primeros en aparecer. André y Natalia salen de su habitación y miran desde los escalones. Mi madre y mi padrastro llegan desde la sala de estar, luego mi hermana y por último mi tío George. Todos sonríen conmovidos al escuchar la noticia, festejan conmigo. Aplauden y gritan.

Soy la persona más feliz de todo el universo.

Abrazo a Karol con todo el amor del mundo, le doy cientos de besos sin cansarme. Veo crecer el rubor en su piel, está hermosa. La emoción se apodera de mi ser.

Toda la familia se acerca para felicitarnos. Mi madre es la primera.

            -Felicidades hijo. –Me abraza–. Oh por Dios, voy a ser abuela. ¡Qué emoción! –Se lleva una mano al pecho.

            -Felicidades, Mateo. –Dice Patrick, mi padrastro.

            -Gracias, Patrick. –Le estrecho la mano.

            -Hermano. Felicidades, serás el mejor padre estoy seguro. Y feliz cumpleaños, por cierto. –André me da un fuerte abrazo.

            -Gracias, amigo.

            - ¡Mateo! Espero que seas el mejor padre que he conocido. –Exclama mi tío George.

            -Te lo prometo. –Le respondo.

            -Oh por Dios. Voy a ser tía. –Exclama Natalia mientras abraza a Karol. Luego se acerca a mí y también me abraza.

            -Mateo Reátegui va a ser padre. Eso sí que es una gran noticia. –Se acerca mi hermanita Mónica–. Felicidades hermanito. –Me abraza. 

Me alegra que todos estén aquí para recibir la noticia. Excepto Paola, ya se lo contaré después. Por ahora es momento de festejar.

            -Vas a ser una hermosa madre. –Le digo suavemente a Karol.

            -Y tú vas a ser el padre más guapo de todos. –Responde con su dulce tono de voz.

Luego de muchos abrazos y felicitaciones. Nos encontramos todos desayunando en familia. María preparó los mejores manjares. Disfrutamos de cada cosa en la mesa mientras hablamos y reímos juntos, como la gran familia que somos.

            -Por cierto, Mateo. ¿Cuándo es la boda? –Pregunta Natalia.

Le hecho una mirada a Karol. Aún no hemos acordado ninguna fecha.

            -Dentro de una semana. –Responde rápidamente.

La miro con admiración. No objeto para nada, me parece una fecha perfecta. Mientras más pronto, mejor. Le sonrío aceptando.

Ella sabe que cualquier fecha está perfecta.

            -Por cierto, hoy festejaremos tu cumpleaños como nunca. –André llama mi atención.

            -No planeo tener una fiesta.

            - ¿Cómo qué no? Hay mucho que celebrar. –Exclama.

            -André tiene razón. Hoy cumples treinta años. ¡Treinta años, Mateo! –Habla mi madre.

No lo había pensado. Cumplo treinta años. Al final, me casaré y tendré un hijo luego de los treinta, como siempre dije. No rompí mi regla más preciada después de todo.

            -Tienen razón. Hoy se festeja como nunca. –Sonrío.

 

Llega la noche. Las estrellas brillan intensamente. Titilan como nunca. Todo parece celebrar junto a mí.

El jardín está iluminado por todos lados, Simona se lució de nuevo. Todo está perfecto, justo como me gusta. Todo está contrastado a la perfección, no hay nada que objetar.

            -Feliz cumpleaños, Mateo. –Dice Paola, mientras me da un abrazo.

            -Gracias, Paola.

Decidí no invitar a muchas personas. Son alrededor de veinte personas las que me acompañan en este día. Todos ellos cercanos a mí. Bebemos y bailamos, disfrutamos de la noche. Celebramos las buenas noticias. Celebramos el momento. El momento de paz.

Pero no puedo dejar de preguntarme, qué tanto podrá durar esta paz. Lo único que puedo hacer es desear con toda mi alma, para que no volvamos a correr peligro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.