Anita una pequela niña de apenas diez años caminaba de ida de vuelta a su escuela que no quedaba muy lejos de su pequeña casa, que parecia apenas y constar de cuatro tablas para las paredes y un hermoso techo de cristal, a veces esto podria no se muy util pero en este caso si lo era, le llegaba mucha luz y a su abuela le hacia muy bien, pues podia trabajar en su antigua maquina de coser, los padres de Anita...
De ellos no se sabe mucho, cada diez de noviembre Ana, junto con su abuela, llevaban flores a un cementerio cercano, la lapida es de roca y los nombres apenas son visibles, al igual que las fechas.
Por otro lado estaba José, el niño rico del pequeño vecindario, vivía cerca de allí en una gran mansión con lujos de arriba hacia abajo, tenía empleados y todo tipo de atenciones, pero de algún forma esa vida no era para el, ordenaba su cuarto sin ayuda de nadie y a corta edad ya sabía cocinar, preparar fogatas, plantar el jardín... entre muchas otras cosas.
Sus padres no aceptaban que hiciera todo eso, pero respetaban su espacio además de eso siempre estaban en viaje de negocios ya sea en otra ciudad o en otro país. José ayudaba a Ana con comida y ropa, pero lo hacía a escondidas ha que los empleados de su mansión no dejaban que hiciera lo que quería.
Por ultimo Vane, una niña de vida de media sociedad, sus padres eran parte del proletariado de la ciudad, a ella no le importaba mucho de eso (bueno a que niño le importaria)
Ganaban lo suficiente para mantener una vida promedia, al igual que José, era una fiel amiga de Ana y la ayudaba de la mejor forma, con consejos y comprando lo que hacia la abuela de Ana.
Laos tres niños asistían a la misma escuela, iban en el mismo año y en el mismo salón, suelen jugar en parque los fines de semana y en las tardes después de clases y clubes extras.
Jamás imaginaron que su vida llegaría a cambiar de una manera brusca y sin previo aviso... un mundo extraño y nuevo para ellos los alcanzaría y con magia se los llevaría.