Historias Sobre Ex's. ©

Parte 6/8

Sophie Miller.

Subí las escaleras rápidamente. Quería una buena ducha para retirar todo el sudor de mi cuerpo. Quise entrar a la habitación para buscar mis cosas pero decidí entrar al baño que estaba junto a mi habitación, ya que dos de las cuatro no tenían baño interno.

—Sonnja.

Me detuve en seco, con mi mano sobre el pomo de la puerta del baño, me dio un leve escalofrió y se me hizo un vacío en el estómago y pecho.

Nadie me había vuelto a decir así después de tanto tiempo. Me gire para ver a Martin caminar a mí pero decidí abrir la puerta del baño para entrar.

— ¿En serio no vamos a hablar?

Apreté mis ojos y labios con fuerza. Sabia a lo que se refería, cuando había salido a correr escuche como me llamo pero le ignore, lo vi seguirme una cuadra mientras insistía en hablarme, así que use mis audífonos para no escucharlo, cuando volvía, estaba sentado en la misma cuadra que lo había dejado y seguí caminando sin prestar atención. Camino a mi lado hasta llegar a la casa pero cuando vio que no le hablaría, se adelantó y entro primero.

Después de entrar y de encontrar a Marcus con él y su esposa Claire, le di un beso apasionado, quería que viera que iba en serio con Marcus.

—No tenemos nada de qué hablar. — dije y me dispuse a entrar pero el agarre que hizo en mi mano me detuvo.

—Yo creo que sí.

—No, no lo hay.

Dicho eso, me solté de su agarre y entre al baño pero Martin no se quedó ahí y entro detrás de mí.

—Pero… ¿Qué crees que estás haciendo?

—Hablar contigo. — dijo pasándole seguro a la puerta.

— ¿Y de qué quieres hablar?

Me cruce de brazos y espere que hablara. Él me miro y sonrió.

—Esta igual de hermosa que la última vez que te vi.

—Martin…— quise decirle que parara que no dijera nada, pero a él nadie le decía que hacer.

—Tal vez no tienes nada que hablar conmigo, pero yo si tengo mucho que decirte— dio un paso frente a mí—. Te he buscado todos y cada uno de los días en que desapareciste, fui por ti a cumplir lo que te había dicho, pelee con muchos para buscarte, pero te habías ido.

—Martin… yo me fui para Londres e hice una nueva vida.

—Junto a mi hermano— dijo mirando a otro lado—. ¿Estuviste con él mientras estabas conmigo?

Me acerque a él y le di una cachetada.

—No te permito que insinúes tal cosa, Martin. A tu hermano lo conocí en Londres, no aquí y tampoco sabía que eran hermanos.

—Claro, en un lugar parecido al que me conociste.

Alce mi mano para propinarle otra cachetada pero él la detuvo. Dimos varios pasos y mi espalda choco contra la pared, sentí cada parte de su cuerpo contra el mío, su respiración mezclándose con la mía.

—Sonnja, te busque— dijo mirándome a los ojos—. Y lo seguía haciendo hasta que coincidimos ayer.

—Martin, ahora estoy con tu hermano, tenemos dieciséis años de conocernos…

—Dime, Sonnja— acerco sus labios a mi cuello y contuve el aliento—. ¿Te hace sentir como lo hacía yo?

Trague grueso, sintiendo como me estremecía al sentir sus húmedos labios rozar mi cuello, comenzaba a sentir calor, el agarre de Martin en mi mano no lo sentía, solo podía pensar en que él estaba jugando con mi cuello y sus labios.

—Dime que con él sientes más de lo que sentiste hace dieciocho años atrás conmigo. — su voz era ronca.

—No, siento mucho con él.

Lo dije y fue verdad. Con Marcus sentía muchas cosas pero no podía negar que la cercanía de Martin me hacía sentir como una joven chica que una vez encontró a alguien que se ganó su corazón y que no le importo que trabajara en un centro de compañía para hombres… pero no le diría, él estaba casado y tenía dos hijos, y yo estaba casada con su hermano.

Martin dio un leve mordisco en mi cuello y evite gemir.

—Tu cuerpo no dice lo mismo, Sonnja.

Y sentí como sonreía contra mi cuello. Ya, no le podía engañar, después de todo él alcanzo a conocer mucho de mí, incluso aquello que Marcus aún desconoce y sé que le dolerá saber que le mentí, pero era lo mejor.

—Sonnja…

Lo detuve antes que dijera algo más. Me gustaba como decía mi antiguo nombre, aquel que me dieron en el club nocturno en el que trabaje y era dirigido por un ruso, en el cual estuve desde joven y solo deje cuando me marche.

Las manos de Martin pasaron por mi cintura y subieron hasta el alcance de mi top deportivo, comenzaba a calentarme y debía detenerlo, pero a la vez no quería.

Sentí sus labios entreabrirse un poco. Si lo decía, no pararía. Pero a la vez, no quería que lo dijera, hasta que…

—Volviste a mí, Sonnja…

Y, con mis dos manos tome su rostro, lo mire a los ojos antes de besarlo, con rudeza y deseo, al momento que lo hice, él me siguió, sabia como me gustaba que me besara, que me tocara porque el agarre que tenía en mi cintura era fuerte.

Di un paso para alejarme de la pared y él paso sus dedos por el borde de mi top para luego sacarlo por mi cabeza. Pase mis manos por debajo de su camisa y luego la quite, comencé a desabrochar el botón de su pantalón pero tres toques en la puerta y aquella voz nos detuvieron.

—Cariño.

— ¿Si?— dije y Martin comenzó a besar mi cuello nuevamente.

Con una de sus manos sostenía una de mis piernas y la otra estaba en mi cuello, podía sentir el calor de su cuerpo y la de su parte intima a través de la ropa que nos cubría.

— ¿Te demoras? Es que quiero pasar un rato contigo, con Claire y los niños…— Martin rio al escuchar como Marcus no lo mencionaban a él—. ¿Qué dices?

—Salgamos de aquí un rato. — susurro Martin en mi oído y me estremecí.

—Pues…— mire a Martin que me veía curioso y entendí que esperaba una respuesta—. Pienso salir a visitar una amiga— vi como una sonrisa triunfal se formó en los labios de Martin—. ¿Podría ser a la hora del almuerzo?




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