Parte 3

Si le damos vuelta a la moneda, será más raro encontrar referencias a vampiros dentro de la literatura sobre hombres lobo. El mito del hombre lobo es diferente desde su propia esencia al mito de los vampiros y, cuando la literatura del siglo XIX lo retomó, la gran mayoría de autores trajo al lobo dentro de las ciudades de la revolución industrial: Un hombre, un fenómeno, retratado como una bestia totalmente distinta a su compañero, el humano maldito.

Aquello de lobos y vampiros peleando por territorio, carne y sangre humanas comenzó con la explotación literaria y el cine de los setenta, con los entretenidos resultados que todos conocemos. Sin embargo, fueron la saga Crepúsculo en 2008 y la cultura de los videojuegos las que crearon esta noción de vampiros contra hombres lobo en una perpetua y sangrienta batalla que, finalmente, entró en la cultura pop y conquistó para siempre a la audiencia moderna. Esta película y muchos videojuegos con sus secuelas son los verdaderos responsables de poner en el imaginario colectivo que los lobos y vampiros son enemigos y que, de alguna manera, también son rivales. Este concepto estaba definitivamente detrás de los argumentos de varias personas que se atrevieron a decir que Moonspell debe enclaustrarse en los asuntos de los hombres lobo y dejar ser a los vampiros.

En 2019 no tenemos más opción que comprender que las referencias de nuestro pasado no son necesariamente las referencias de hoy en día y que seguramente no estarán en el escenario del futuro. Nuestros recuerdos quizá sean compartidos por un gran número de personas, aunque estas no sean las que están construyendo la definición moderna de los temas y figuras clásicas. Aún si algunas veces te deja muy shockeado ver que alguien que escucha black metal se inició con bandas como Evanescence, esto solamente es una señal de los tiempos. Lo mismo aplica para quienes Crepúsculo fue su primera película de vampiros y que, de ahí, con el pasar del tiempo, se atrevieron a mirar las películas de Murnau, Herzog, Sheperd, Coppola o Abel Ferrara. O, ¿porqué demonios no?, se aventuraron a escuchar a Bathory, Cradle of Filth, Entombed (todas tienen canciones sobre vampiros y dos de ellas fueron incluidas en la lista).

Normalmente y sin ninguna otra razón más que administrar mi tiempo, tiendo a mantenerme lejos de grandes éxitos de taquilla y de sagas de fantasía. Me he perdido, a voluntad, de todas las películas y libros de El Señor de los Anillos, de toda la serie y los libros de Juego de Tronos e incluso de la anteriormente mencionada Crepúsculo. Pero aun así encontré tiempo para ver The Addiction, Nosferatu, la película de Drácula de 1931 con Bela Lugosi y para leer cosas como Magic Mountain, Paz y Guerra, Las Benévolas (que demanda una gran inversión de tu tiempo). En mi siguiente artículo hablaré sobre eso: Grandes libros y cómo enfrentarlos. Todavía tengo que aclarar que, a pesar de lo que dije, no me enfoco necesariamente en el valor que le damos al trabajo de unos sobre el de otros y viceversa. He aprendido a respetar y a vivir junto a personas que no gustan de las mismas cosas que yo.