Stefano
Al principio creía que me sería muy difícil el acostumbrarme a vivir en un pueblo, ya que mi vida en Italia era totalmente distinta, desde las costumbres, el idioma y las personas, y claro que lo seria pero no tanto como yo me imaginaba.
En mi nuevo colegio todos habían sido muy amables, mis compañeros estaban predispuestos a ayudarme y eso sin dudad me reconfortaba, pero había una compañera en especial que había logrado cautivar mi atención totalmente, Candelaria, era realmente muy bella sus ojos eran tan hermosos y su sonrisa realmente cautivadora, y ni hablar de su voz era tan dulce e hipnótica. No voy a negar que el pedirle las capetas fue una escusa para hablarle, aunque si debía completarlas pero me sirvió para poder hablar con ella.
Por la mañana me levante para desayunar y encontré a mi mama y mi tía hablando, en cuanto me senté mi madre comenzó a llenarme de preguntas
-hijo, ayer casi ni hablamos, necesito saber cómo te fue, como te recibieron, si tus compañeros son buenos o no
-mama tranquila, me fue excelente, me recibieron excelente y si mis compañeros son muy buenos, en especial una de ellas
-uy, y dime quien es ella-pregunto curiosa
-vive a unas dos calles de aquí, es la compañera que me prestó las carpetas-conteste
-deberías invitarla a tomar algo aquí en casa y la puedo conocer-sugirió
-no lo sé, es muy reciente todo, veré que hago, ahora si me disculpan debo irme al colegio o llegare tarde
Salí lo más rápido que pude de casa o mamá seguiría atacándome con preguntas, en cuanto comencé a caminar hacia la escuela comencé a pensar que podría esperar a Cande y tal vez así conocerla un poco más. La espere alrededor de cinco minutos y ella no salió así que supuse que ya estaría en la escuela, y en cuanto llegue la vi, estaba charlando con su amiga y otros compañeros, ella se veía tan genuina, tan sincera, tan hermosa y aunque la había conocido hace solo un día, ya me tenia completamente embobado.
En cuanto el timbre sonó, la profesora de historia ingreso al salón, tardo unos minutos en acomodarse y una vez que estuvo lista, dijo que podíamos arrancar el trabajo, en cuanto dijo eso todos comenzaron a acomodarse en grupos y yo no sabía qué hacer, hasta que sentí que alguien me tocaba el hombro, en cuanto me di vuelta la vi, me había quedado sin palabras, estaba totalmente embobado
-oye, quieres hacer el trabajo con nosotras-dijo sacándome de mi transe
-oh, claro si no es molestia-conteste
-claro que no, toma tus cosas y únete-respondió para luego regalarme una sonrisa
En cuanto comenzamos a trabajar pude notar cuanto le gustaba la historia, ya que la mayoría de las preguntas las contestaba sin necesidad de consultar la bibliografía y se notaba en su manera de hablar, lo hacía con cierto entusiasmo. La hora se paso demasiado rápido y en cuanto el timbre sonó, todos salieron rápidamente del salón, menos ella que primero se había puesto a guardar sus cosas para luego salir al recreo
-¿tú no bajas?- pregunto
-no se con quien estar-conteste
-ven conmigo, estaré con Cami y lo más probables es que también estén Julieta y Emiliano un chico del otro salón-respondió con una sonrisa
-estás segura que no molestare-pregunte
-claro que no, vamos
Ambos salimos juntos del salón, y en cuanto llegamos con los demás, Cande hizo que me sintiera parte y los demás también y eso me había hecho sentir realmente bien. El resto de la mañana se había pasado volando, y casi toda la mañana había estado con Cande y eso para mí era un gran avance y por la tarde me había tocado en el mismo grupo que ella, Cami y Julieta, por lo cual no me sentiría solo. En cuanto el timbre sonó para irnos, mis compañeros salieron lo más rápido posible del salón, menos Cande que esperaba que salgan todos para poder salir ella, y claro aproveché para peguntarle si podrías y juntos hasta nuestras casas y también a la tarde, a lo que ella me respondió que si, por lo cual en cuanto vimos que podíamos salir, nos fuimos.