Candelaria
Ya había pasado un mes desde que había encontrado a papá con Lucy, ella no había vuelto a aparecer por casa y respecto a papá no habíamos vuelto a hablar, en realidad yo había decidido no volver a hablar si no era solo para situaciones que lo ameritaban, el intentaba acercarse y yo no se lo permitía. En cuanto a mamá, su deterioro era cada vez peor, a tal punto que ya no podía estar en casa y debía estar en un hospital, para los doctores era extraño que su enfermedad avanzara tan rápido así que habían decidido hacerle estudios nuevos y estos habían dado a conocer que mamá no solo padecía de Alzheimer, sino que también a raíz de su depresión y su enfermedad, se le había formado un tumor cerebral, el cual era cada vez más grande y apretaba sus tejidos cerebrales.
En cuanto supe de esto mi vida comenzó a ser diferente, salía de la escuela e iba directo hacia el hospital, luego volvía a casa para bañarme y volver al hospital, mi alimentación había cambiado, mis hábitos también, pero nada importaba solo mamá. Papá en muchas situaciones había intentado ser él quien se quedara en el hospital y yo no se lo permitía y siempre terminábamos en discusiones. En cuanto a Stefano, el había sabido entenderme y me acompañaba en todo momento, el se encargaba de que no olvide mis comidas, ni que me olvide de nada referido a la escuela y claro que se lo agradecía, porque a pesar de que no hacía mucho nos conocíamos, el había sido uno de los pocos que no me había dejado sola.
Luego pasó otro mes y mamá seguía en el hospital, su condición era cada vez peor y por más que yo lo supiera dolía demasiado, Stefano seguía a mi lado, en ningún momento me había dejado sola y se lo agradecía porque gracias a él podía seguir cuerda y nuestra relación y confianza había crecido exponencialmente, se había convertido en la persona más importante de mi vida luego de mi mama y por mas que no se lo digiera yo se que él lo sabía, nos encontrábamos casi a fin de año, estábamos en octubre, plena primavera, la estación preferida de mama.
La tarde del 2 de octubre mama había tenido un momento de lucidez donde me reconoció, ese día me pidió que la sacara un rato al patio del hospital porque quería ver las flores y el cielo, y lo hice con ayuda de las enfermeras logramos que saliera un rato, estuvimos charlando como lo hacíamos antes, hasta que ella hablo
-te amo hija, nunca lo olvides
Sus palabras resonaron tan fuerte en mi cabeza, que sin darme cuenta mis manos comenzaron a sudar y mis ojos comenzaron a lagrimear, inmediatamente la abrace
-yo te amo aun mas-conteste
Luego de esa hermosa tarde la habíamos devuelto a su habitación, todo iba marchando bien o eso creía, por que alrededor de las 3 de la madrugada mama había muerto y con ella se había llevado una parte de mi corazón, yo había presenciado su último suspiro. Su velorio fue al día siguiente, el 3 de octubre a las 10:00 am, toda mi familia estaba allí, y Stefano también había ido a acompañarme junto con mi mejor amiga, ambos estuvieron en todo momento y es algo que les agradecería toda la vida. En cuanto llego el momento de enterrar a mamá mi corazón se destruyo, la persona que mas amaba estaba siendo enterrada, cuando el velorio termino, toco volver a casa y en cuanto entremos, papá intento hablar conmigo
-hija
-no quiero oírte, no quiero tu hipocresía, y por favor deja de actuar como si esto te doliera-dije fríamente
-no digas eso, claro que la muerte de tu madre me dolió, fue mi esposa, la mujer que amaba, con quien construí una familia
-seguro, la amabas tanto que ni siquiera dudaste en acostarte con quien la cuidaba, mejor deja tu hipocresía para los de afuera, porque conmigo no sirve-conteste
Luego de eso, fui directo hacia la habitación de mamá y en cuanto me recosté en su cama, su aroma se impregno en mí y eso fue la gota que me rebalso y me fundí en la tristeza que atormentaba mi corazón.