30.
Aún me preguntó porque sigo confiando ciegamente en él. ¿Será acaso porque nunca me decepcionó del resultado?
—Y ahora ¿Qué se supone que hacemos?—. Medite mucho antes de ser capaz de hacer esa pregunta.
—No sé, ser felices supongo—. Golpeé su hombro caminando a su lado.
A cada segundo desapareciendo el tonto impulso de tomar su mano, queriendo susurrarle "Haría todo por tí, incluso si eso amerita ir contra mis instintos, o todo lo que he creado". Porque justo ahora, siento que mi mundo no estaría completo sino estás en el.
—Estoy hablando enserio—. Miré alrededor algo confundida. —¿Donde estamos?
—¿Eso importa?—. Si pasan de las 11 de la noche, supongo que sí, importa. Al menos eso es lo que me estoy repitiendo en mi cabeza, lástima que mi corazón tiene sus propias respuestas.
—No realmente... Donde sea siempre y cuando sea contigo—. Creo que he visto sonrojado a Jayce Adams una vez más.
Es lindo...
—Basicamente vamos a ver las estrellas—. Me gusta, pero no me convence este tema de conversación.
—¿Y por qué vamos hacia la preparatoria Winter Light?—. Vaya, creí que no vería ese lugar sino hasta pasado mañana.
Y si soy sincera la idea de volver este año me agrada un poco más que los anteriores, tengo más amigos, tengo a alguien que seguro que seguirá a todos lados. Además aún tengo a mi papá.
—Yo siempre las veo desde allí, es la mejor vista de toda la cuidad ¿Tu no pequeña ladrona de libros?—. Por dios, lo golpeare.
—¡Te he dicho que nunca me he quedado con una solo!—. Me queje cuando llegamos a la entrada.
—Shhh baja la voz o nos atrapan—. Tape mi boca con ambas manos, Jayce solo soltó una risita.
La secundaria era grande. Constaba de 3 pisos, una entrada de por lo menos unos 4 metros de largos y unos 2,5 de alto, y una vez pasando esto te encontrabas con un pasillo extenso. Está también fue fundada luego de la biblioteca, creo que la mayoría de estudiantes de Ephymeral asisten a este lugar, ya que además de clases particulares, ser una institución pública, tenía también bastantes actividades extracurriculares, como el club de lectura, el de fotografía, artes visuales, también el de escritura, pintura, y demás.
Seguro este año me uniría a alguno.
—Esta cerrado señor inteligente—. Me burle, estos días ni los profesores asomaban su rostro.
—Umm eso ya lo sabía—. Rodeó por completo la entrada. —Tu solo sígueme.
—No es como que tenga otra opción.
Casi terminamos por dar una vuelta entera alrededor del lugar, caminado entre el pasto recién cortado, llegando así hasta el campo de fútbol, bueno, por fuera de este. Y si, exactamente en el que animamos a los chicos no hace mucho tiempo.
—¿Vas a volar?—. El tono irónico me salía mejor antes, lo admito.
—No creo que pueda hacer eso... —. Ese idiota subió sobre la cerca, diablos. —Pero esto si.
—Estas realmente loco—. Casi iba a la mitad cuando volteó a mi y extendió su mano.
—Talvez si, las mejores personas lo están—. Creo que supe que estaba arruinada cuando le mire de esa forma.
De la misma forma que sueles ver algo tan importante, algo tan jodidamente preciado que solo tú puedes saber del todo el valor de ello. La misma forma con la que entregas a la persona más importante para ti, todos tus sueños y esperanzas. De la misma forma en la que ves a alguien que no necesitas perder para saber cuando significa en tu vida.
—Si nos atrapan te culpare de todo—. Advertí sujetando su mano por fin y siendo ayudada para cruzar hasta el extenso campo a través de la cerca primero.
—La asumiré por completo come libros—. Soltó una risita. —Por ahora solo corre conmigo.
—Solo contigo—. Sujeté su mano, lo que dio como resultado que termináramos en los pasillos de la preparatoria, sin aliento pero felices.
Tan ausente, sometida a una oscuridad profunda, el único cambió de todo eso luego de nuestra llegada solo fue el sentimiento de vacío absoluto. Pasos, risas, conversaciones sin sentido invadieron los pasillos por completo.
No tenía idea de adónde iba, pero sí que estaba tan perdida por él que lo último que haría era soltar su mano. Querido Jayce Adams, he perdido nuestro acuerdo desde hace un tiempo.
Me he enamorado de ti.
Y la idea no me molesta, es mas, creo que no pude escoger una mejor persona.
—¡Vamos!
—Voy—. A donde sea.
¿Cuándo correr entre pasillo y casilleros vacíos fue tan divertido? ¿Por qué inconsciente sonrió cuando el está cerca? Andar por las escaleras, en mi casa, o las vías vacías de un tren, te aseguro que la mayoría de cosas que he hecho en estos dos meses ni siquiera se me pasaba por la mente lo divertidas que podían ser antes de conocerte.
Antes de que te cruzaras en mi camino mi vida parecía ir en línea recta. Sin vueltas, ni cambios, o rocas para tropezarse. Sin errores lo suficiente grandes, o sin instantes realmente intensos. Tomaste mi mano e hiciste que saliera del camino, dando la vida que no había estado viviendo, pero una que me enseñó lo que realmente significativa e increíble que puede ser la existente.
—Segundo piso—. Igual de solitario.
—Aquí| recibí algunas de mis clases el año pasado—. Mencioné avanzando con en dirección al pasillo.
—Lo sé... Teníamos algunas juntas señorita Miller—. Jayce es algo borroso en mis recuerdos, eso es una lástima.
—Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo... Contigo las cosas se tornan más intensas... Me haces sentir que puedo subirle el volumen a la vida y que voy a estar bien—. Acomodé mi cabello, ya que un poco de este cubría mi rostro por la brisa nocturna.
Desde mitad del pasillo miré atrás. Hacía él, Talvez a 2 o 3 metros de distancia. Su cabello que ya necesitaba un corte volaba también, cubriendo por partes su rostro, tenía la postura de alguien que en cualquier momento empezaría a ir en mi dirección, y sus ojos, sus malditos ojos azules me miraban a mi.
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Editado: 13.03.2024