Era una noche oscura y fría, estaba solo con mi querido perro Choco, ya llevaba 2 años conmigo acompañándome en este cementerio vigilando que no hagan brujería y se roben partes de los muertos, recuerdo que esa noche solo comí una galleta con un café para estar despierto hasta las 5:30 que era mi hora de salida, todo estaba bien, mi perro dormía en la estrecha garita.
Mi pequeño reloj de mercado marcaba la medianoche cuando mi perro ladro y se acercó rápidamente a mí, pensé que alguien estaba abriendo tumbas y rebuscando si encontraba cosas de valor, mi perro quería que lo siguiera porque estaba muy inquieto.
¡Choco a donde me llevas!
Luego de 3 minutos de búsqueda mire que mi perro encontró un gato, el gato estaba trepado en uno de los muros del pabellón 2 del cementerio, no podía creer como subió si era bastante alto como de 2 pisos, mi perro seguía ladrando y podía despertar a los vecinos y terrible broma que pensé *Talvez levante a los muertos*. Comencé a reír sin hacer mucho ruido y llamé a mi perro.
Chocoooooooo! - CHOCOO! - VEN AMIGUITO!
Choco vino corriendo moviendo la cola y haciendo una cara como si tuviera hambre, cogí a Choco y lo lleve a la garita para darle comida y para mi sorpresa si quera comer, era increíble como es que siempre tenía hambre, recordé cuando lo encontré y le di de comer, después de todo siempre será un comelón mi querido Choco, con su pelo color marrón oscuro de una contextura de perro normal y sano, su nariz negra y sus ojos color miel.
Mi querido perro dejo de comer y se quedó mirando a un lugar donde no había absolutamente nada, yo lo mire y pensé que el gato estaba cerca, me levante de mi silla y cogí una linterna nueva que me habían dado para este tipo de noches, me empecé a acercar, pero mi perro no se movía de donde estaba, lo llame.
¡Choco, que pasa amigo, acompáñame a ver si encontramos a ese gato!
Mi perro empezó a ladrad pero como si algo estuviera por atacarme, prendí la linterna y vi al gato mirándome fijamente, yo lo deje como si fuera algo normal y comencé a mirar a los alrededores, no había nada más que el silencio de los muertos y el viento de la noche, volví a mi garita y encontrar a mi perro asustado.
¿¡Que paso amigo!?
Mi perro se hecho en el suelo, y le comencé a acariciar la cabeza pensando que quería cariño, me senté en mi silla y mire mi reloj, marcaba las 2:59, ya faltaban 3 horas y media para salir de este lugar e ir con Choco a casa, en lo que pensaba que era lo que le pasaba a mi perro escuche un canto de un niño, pero como triste, cantaba algo como *Esta noche ven a mi paisano, no te alejes que iré por ti* nunca había escuchado una canción así, me puse nervioso y asustado aunque no podía ser nada, levante mi linterna y fui en busca de ese niño.
Cada vez el canto se hacía más fuerte y profundo, Choco estaba a mi lado y también se le notaba asustado, en eso el canto paro al parecer y escuche como una voz susurro.
el paisano llego...o
¿¡HAY ALGUIEN AHI!?
¡POR FAVOR RESPONDA!
El susurro hizo que me sintiera de la mierda, puso mis pelos de punta porque sonaba medio extraño, mi cabeza pensaba *Sera una broma de alguien*, *Sera mi subconsciente*, no sabía que hacer así que comencé a buscar por todos los lados del pabellón 4, el pabellón 4 era el pabellón de gente de mal vivir, suicidios, asesinos, y tumbas también de los años 1800, algo que sorprendía bastante, no encontré nada, solo basura que dejaban y excremento de mi perro el cual servía como abono en muchas ocasiones.
Sentí que me observaban, pero talvez era mi subconsciente así que mire mi reloj, no podía creer que solo habían pasado 3 minutos si sentí como si hubiera pasado una hora, pensé que el reloj estaba fallando porque conté 60 segundos y seguía marcando 3:03, dije mentalmente *a la mierda, a veces hay que ser fuertes y no sentir miedo*, me dirigía a mi garita pero antes de eso decidí mirar el pabellón más antiguo, había apellidos medios extraños. También encontré símbolos raros como un pentagrama en una tumba, seguía mirando y me di cuenta que estaba en el pabellón 5, era el lugar menos visitado, en eso que miraba una tumba me percate de un ruido atrás mío, sentí como si me clavaran un cuchillo en la espalda y di vuelta de inmediato y para mi sorpresa no había nada, inspeccione mejor y me di cuenta que había sangre fresca en una tumba, me puse a leer los datos y decía que era un tumba de 1819, increíble la verdad no podía creer como estaba escondida en un pequeño rincón.
Señor buenas noches...
¡CARAJO!
Di un salto del susto, mire y era un niño *talvez el del canto*, pregunte.
¿¡Que pasa pequeño!?
me podría llevar con mis padres.
¿¡Donde vives niño, porque estas solo en un cementerio!?
solo pasaba y no sabía dónde estaba paisano...
¿¡Niño un poco más de respeto, donde están tus padres!?
¡¡¡¡¡¡EN LAS PUERTAS DEL INFIERNO ESPERANDOTE!!!!!!
Inmediatamente vi como la cara del niño se deformo y su voz se entonó muy grave y decía.
¡NO PUEDES ESCAPAR DE MI!
¡DEJA DE CORRER MARICA!
ERERS MI PERRA PAISANO!!!
Yo corrí lo más que pude junto a Choco hasta llegar a mi garita donde tenía un rosario y una cruz que siempre me acompañaban, abrasé a Choco, me puse le rosario y empezó a orar en voz alta.
O señor mío, perdona mis pecados, libérame de la maldad a mí y a mi perro, no nos dejes caer en manos del maligno o señor mío, ten piedad de mí y ayúdame, protégeme de esa cosa que está buscándome a mí y a mi perro. Amen.
En ese momento me sentía liberado y mi perro no temblaba, abrí los ojos y mire que ya era de día, mire mi reloj y marcaba 5:30, cogí mis cosas y apresurado fui a la salida para irme de este lugar, fui a mi casa y puse cruces por todos lados, le compre un collar a mi perro que parecía un rosario y pedí un permiso para poder llevarlo a misa, todo el día la pasábamos bien pero con el recuerdo de aquel día que el mal se quiso apoderar de nosotros, desde ahora en las noches dormimos con las luces encendidas y música para no recordar el silencio de los muertos y el sonido del viento de la noche.