Hybrids

Escape

El sufrimiento no terminaría hasta llegar a algún lado que nos mantenga seguros, por lo que decidí volver a casa, tras el escape la niña y yo subimos a un autobús, me ardían los tobillos de tanto correr, tenía rasmillones en partes del cuerpo que jamás pensé tener ahí, mi estamina descendía a niveles críticos, morder mi labio hasta sangrar evito que quedara dormido como vagabundo.

 

Aun así, agradecía la suerte que no tenía una herida mortal, aunque la sangre manchando mi ropa aparentaba lo contrario.

 

- Oye chico, estas…. - El chofer muestra una mirada sorprendida.

 

-  Le doy 10$ si evitamos los interrogatorios….

 

- E-Está bien……..

 

Agradecí al entrar al colectivo, también agradecía que no hubiera gente y si la había se limitó a mirarme, supongo que también es por la hora, nadie en su sano juicio anda por ahí tan tarde en una “ciudad supuestamente peligrosa por los híbridos” supongo que también brindamos algo de miedo por nuestra apariencia, el chofer tampoco quiso decir más después de mi regalo, ni se esforzó por llamar a la policía o a alguien, solo acepto el pasaje y dejo que nos sentáramos tranquilos a descansar en el viaje.

 

Pero no todo es un campo de rosas, los signos de las pupilas dilatadas de esta niña gritaban a todo pulmón “Tengo miedo”, pero prefería acompañarme que volver, su espíritu moribundo,  la llama dentro de ella se le apagaba, si hubiera seguido un poco más con ellos habría sucumbido a ser manejada como herramienta.

 

Yo más que nadie en el mundo había estado en sus zapatos alguna vez.

 

- ¿Ah-A dónde vamos? No….. Yo no quiero… - Su preocupación me extrajo de mis pensamientos, buscando que responda lo que ella deseaba escuchar.

 

- Tranquila, no volverás allá, solo cálmate, no te pido que confíes en mí, sé que es difícil por ahora, pero primero iremos a un lugar seguro….

 

- ¿Enserio?.... ¿no estas mintiendo?

 

Cuando sus pequeños tímpanos escucharon “Lugar seguro” su cabecita comenzó a preguntarse si eso realmente existe, miraba en todas las direcciones temerosa, un no vidente cuando por primera vez en su vida ve algo se maravilla, este caso es distinto con esta niña, ella encogía los hombros y lanzaba insonoros gemidos si nos topábamos con algún bache.

 

Antes de mantener una conversación con ella debía asegurarme de que ganara confianza mí por lo que antes de responder como es debido primero me presente.

 

- Por cierto mi nombre es Jayce Gray….. Puedes llamarme solo Jayce. - Extendí mi mano en términos de paz.

 

- Yo….. Yo soy Sophie….

 

Por la forma entrecortada de hablar se hizo más que obvio al suponer que jamás había tratado con algún otro ser humano o desconocido, por lo que retire mi mano algo decepcionado.

 

El viento aullaba como si una manada de lobos estuviera cazando, el viento azotaba a los árboles que el piso se volvió zona de aterrizaje para las hojas.

 

Sophie se abrazó a sí misma, intentando conversar algo de calor, escondió su cabeza Sobre las rodillas y dejo que la delgada bata blanca que llevaba puesta seque sus lágrimas en silencio.

 

Puse encima mi canguro que estaba sucio llego de agujeros, era lo menos que podía hacer para disipar el frio.

 

No espere a continuar viendo por lo que le puse mi chaqueta encima, tras hacerlo levanto sus ojos unos grados, estaba tan cansada no tuvo tiempo de cuestionarse nada más, intento sonreír en agradecimiento la pizca de seguridad que quería mostrar le cayó tan pesado que tambaleo con los ojos entrecerrados terminando rendida sobre mi hombro susurrando “Gracias”



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En el texto hay: fantasia, aventura, personajes

Editado: 22.05.2019

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