Mi Cabeza Rodara

Tarde más en el espionaje, buscar la heladería y el regreso a casa, que ayudar a la niña, con exactitud eran las 10:13 de la noche, no sabía que explicación le daría Max en cuanto llegue del trabajo “si es que aún no lo hizo”.

Eso aumentaba el suspenso más que película de terror, me preguntaba si estaría esperando adentro esperando sentado sobre el sofá con una copa de vino, o si tardaría más en el trabajo atendiendo esas tediosas mesas, el mejor de los casos seria que el restaurante se haya llenado y no lo hayan dejado salir hasta terminar con sus pedidos, eso me daría el chance de preparar una mejor excusa y ordenar bien mis ideas para explicarle toda la historia con calma, ambientar las cosas como sobornarlo con algún postre, Max ama lo dulce jamás se resiste ante el encanto de un Smooth, o llegar a algún trato de sacar la basura todo el mes o realizar sus funciones como mantener la casa limpia.

Pero temía decirle la verdad, me era más fácil inventarle una historia menos dolorosa, si Max supiera de los secuestradores abriría una vieja herida, muy aparte de eso lo alertaría más y me confinaría quizás en esta casa…..

Aunque no suena nada mal una vida de televisión, videojuegos y comida chatarra….

Pero que estupideces digo, no volvería a ver a Danna…. Creo que es lo que más me dolería de estar encerrado, pero es un sacrificio justo por una vida de lujos….

Que egoísta sonó eso….

Mi corazón palpitaba a mil por hora y no era por la emocionante noche, era el miedo de saber qué pensaría Max, lo peor sería que piense que soy un lolicon (que gustan de menores) y secuestre a esta niña en contra su voluntad.

A Sophie le temblaban los pies, quería salir corriendo, pero el hambre y el cansancio no se lo permitían, no quería estar conmigo porque quisiese, estaba conmigo porque no tenía a donde más ir.

Mi mano sobre la manija hizo que Sophie se exaltara un poco ocultándose detrás mí.

- No te preocupes, me encargare de que todo salga como esperamos. - Intente calmarla.

Sophie cerró sus ojos estrujando mi sudadera, esperando que un león no brinque contra nosotros.

Llene de aire mis pulmones antes de entrar por la puerta, esta niña era mi prioridad al menos darle un refugio hasta saber que haría con ella.

- ¿Ho-hola?.... ¿Max? ….. - Los 2 primeros segundos fueron sin respuesta parecía que la casa estaba sin un alma, suspire de tranquilidad unos segundos más…. - Supongo que por ahora esta to……

- Pero que hermosa eeees!!!!!!!……. - Sin darme cuenta de su presencia y de sus habilidades ninja Max se había balanceado sobre Sophie, la abrazo rozo su rostro con el de ella como un gato ronroneando reencontrándose de nuevo a su dueña.

- Oyeeee!!!!!....... - Grite molesto.

- No puedo Evitarlo, es muuuy, muuuuy Lindaaa!!!

- ¿Quién es él? - Pregunta Sophie confundida mientras es estrujada por los cachetes….

- Puueeees….. El……

Aunque intente explicárselo a esta niña de cuatro años no encontré palabras.

- Jayce, no sabes cuánto me alegro que hayas llegado, nunca más vuelvas a preocuparnos así - Una cálida voz más femenina vino a recibirme con un gesto maternal.

- Liz… estoy bien…. Ya no tienes por qué preocuparte…

- Ahhhh!!!! Pero mira que linda!!!! - Tan pronto vio a Sophie también salió corriendo a unirse a la fiesta de aquellos dos… No pasaron ni cinco segundos y ambos ya se habían encariñado de ella….

Supongo que Max es el Lolicon después de todo…