I Am Brightest

Errores

La noche pasó y otro día comenzó. Andrei se había quedado en casa de Zack junto con Oliver. Hansey durmió en casa de Emilly. Andrea y Erick se quedaron dormidos en el sótano mientras trabajaban.

Todavía debían ir a la escuela a entregar trabajos finales, aunque las clases ya eran intermitentes. Estaban cerrando el ciclo escolar para tener todo listo antes del baile de graduación. Ellie se presentó en el salón, se veía preocupada, pero esperaba a que todo estuviera bien. Se encontró con Jeremy y Esteban.

—Buenos días, ¿todavía no llegan los demás?

—Buenos días, Ellie —saludó Jeremy—. No tardan en llegar.

La joven suspiró.

—¿Todo bien?

Antes de que pudiera contestar la pregunta, Emilly se acercó a ella.

—Ellie, tenemos que hablar.

Se la llevó, dejando a Jeremy con muchas dudas. Se fueron del salón y se sentaron en una de las bancas que estaban en el pasillo. Los alumnos seguían caminando de manera normal, nadie prestaba atención.

—Hay una niña de 13 años que dice que viene del futuro. Se presentó ante Johann también, estábamos en una cita.

—¿Qué? ¿Te encontraste con Hansey?

—Ya veo. Así que es cierto lo que dice —Emilly confirmó todas sus sospechas al ver la reacción de su amiga—. Ella viene del futuro, esto quiere decir que el invento de Andrei… ¡funcionó!

—Sí, pero… él dice que es peligroso saber mucho de nuestro futuro. Está muy preocupado, no, no solo preocupado. Está muy mal.

—¿Peligroso? Ella vino a decirnos que todo estará bien en nuestra relación. La verdad es que me siento tranquila ahora, comenzaba a pensar en que Joan tenía razón. A Johann tampoco le preocupa saberlo.

—Así que… ya sabes que es tu hija.

Este comentario dejó atónita a Emilly. Hansey no había dicho eso en ningún momento, solo decía que venía del futuro.

—¿Qué? ¿Mi… mi hija? —se levantó al saber esto.

—Eso te dijo… ¿no?

—Solo dijo que no tendríamos problemas. Espera… Hansey será mi futura hija… ¿con Johann? Sí, ¿verdad? Por eso está segura de que seguiremos juntos.

—¡Ay, no! ¡No debí hablar de más! Solo estoy empeorando las cosas.

—No te pongas así, no creo que pase nada.

—¿Dónde está Hansey? —Ellie también se puso de pie.

—En mi casa.

—Llámala y dile que vaya a casa de Andrei. No puede seguir paseándose en esta época, tiene que regresar.

—Sí, la llamaré. No te preocupes, no va a pasar nada.

Emilly estaba muy feliz al saber esto. Su destino era estar con Johann y tener una hermosa hija. Sin embargo, esto no le era suficiente, quería saber más. Una vez que se separó de Ellie, dejó los trabajos que debía entregar y se fue a su casa.

 

En casa de Zack. Andrei y Oliver estaban sentados en la mesa, con una gran resaca. Se lamentaban por la noche anterior y juraban que jamás volverían a beber. Zack estaba bien, comparado con ellos. Los comentarios de Andrei hicieron que se le bajara la borrachera de forma anticipada.

—Pueden asearse si quieren, en lo que llega el desayuno —habló el rubio.

—¿Sabes con qué se quita el dolor de cabeza? Es terrible —preguntó Andrei.

—Café, bebe una taza de café bien cargado —aconsejó Oliver.

Al parecer, ninguno de los dos recordaba nada de la noche anterior. Zack sonrió ante esto.

—No recuerdan nada, ¿cierto?

Los dos negaron moviendo la cabeza.

—Fuimos a casa de Ellie, enfrentamos a sus padres.

—¿Qué? —Andrei no lo podía creer— ¿Fui a su casa… ebrio? ¡No puede ser!

Se tapó la cara con ambas manos, levantándose los lentes. Esto era lo peor que podía haber hecho, la primera impresión que le dio a los padres de su novia era devastadora. Ahora Ellie debía odiarlo.

—Oye, diste a entender que Ellie está embarazada, ¿es eso lo que te hizo beber?

Oliver dejó la taza de café en la mesa y miró fijamente a su amigo. Fue increíble saber esto.

—Sí, es verdad.

Zack comenzó a reír.

—¡Ya no tienes salida! Tu vida está arruinada.

 

Andrea y Erick subieron a la cocina, el no cenar hacía que tuvieran hambre desde temprano. A esa hora no había nadie en la casa, Imelda estaba en la escuela y Elysia seguía de viaje con Chelsea.

—Al menos no hay nadie, podemos comer sin dar explicaciones —decía la chica al revisar el refrigerador.

—¿Cuánto falta para regresar a nuestra época? No quiero quedarme encerrado en el sótano mucho tiempo.

—Es difícil reparar ese control, voy a tardar —respondió mientras metía la comida al horno de microondas—, tengo que poder. Si no lo reparo, quedaré mal ante todos.




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