Era otro día en la escuela. Las cosas se habían aclarado en el futuro, Andrea se encontró con Erick y lo abrazó en cuanto lo vio. Recordaba ese momento al estar en plena clase. Él no sabía nada de lo ocurrido, como si fuera otro Erick. Claro que conservaba la misma personalidad, solo que ya no hablaba sobre viajar al pasado para ver a su banda favorita. El profesor le llamó la atención al verla tan distraída.
—Pase a resolver este ejercicio.
Se levantó y caminó hacia el pizarrón. Sin problemas lo resolvió, las matemáticas se le daban muy bien. Sonó la campana y el descanso comenzó. Los alumnos salieron del salón cuando el profesor se despidió. Salió acompañada de Nora. Al verla, se le ocurrió preguntarle algo.
—¿Has visto a tu papá últimamente?
La chica la miró con incertidumbre.
—No lo veo desde que mamá lo corrió de la casa, creí que ya lo sabías.
—Eh… sí, es verdad.
—¿Por qué preguntas? Has estado muy rara desde esta mañana, ¿Sabes?
—Ayer fui a la oficina de mi papá y lo vi, me dijo que trabajaban juntos.
—No sabía eso, solo sé que son amigos.
—Entonces no sabes que hacen…
—No. Ni idea. Para empezar, no creo que mi papá trabaje, porque no es capaz de dar pensión. Al menos eso es lo que le hace creer a mi mamá.
—Ya veo.
—Si trabaja en algo, lo hace en secreto.
Andrea no siguió preguntando, las respuestas tenían sentido, Zack no era un hombre responsable que viera por su hija, eso sucedía incluso en el otro futuro. Lo más probable era que Andrei le ayudara trabajar en secreto para poder escaparse de las demandas de Amanda. Más tarde, llegó a casa y se sentó a comer, reunida con Erick y Ellie. Tom estaba dormido en su habitación. La comida era normal, hasta que…
—¿Has notado cambios en esta época? —preguntó su madre, sintiendo curiosidad.
Erick seguía comiendo, ahora estaba al corriente del tema del viaje en el tiempo.
—Bien… definitivamente tener otro hermano fue un cambio radical —respondió Andrea— ¿Por qué tengo otro hermano?
—Es lindo tener un bebé en casa —respondió Ellie con una sonrisa.
—Cuando dejé el futuro, ni siquiera estabas embarazada. ¿Es por qué se casaron?
Esta pregunta sorprendió a la mujer.
—No, no nos casamos.
—¿Qué? Pero ¿Qué pasó con la carta? Ahí lo decía. Entiendo que en mi futuro no se casaran porque no te la entregó, pero ahora…
—Teníamos que ocuparnos de construir nuestro hogar… había prioridades.
—¡No puedo creerlo! Hablas como él… Y… ¿qué pasó con la máquina del tiempo?
—Ahora pertenece a la colección de la científica Tania.
—Bien, al final pasó a ser de ella.
—Sigo sin creer que existe una máquina del tiempo —comentó Erick—, nunca la he visto. Creí que solo pasaba en las películas.
—Desearía que todo lo que pasó fuera ficción, pero no… es real.
—Andy, no hables de esa forma —pidió Ellie—. El futuro es perfecto. Somos una familia feliz y próspera. Te va muy bien a ti y a tus hermanos. Deberías dar gracias en lugar de quejarte.
La chica siguió comiendo, sin decir nada ante esto.
—Tu mayor temor era perderlo todo, ahora tienes un hermano más. ¿No es lindo encontrarte con este futuro? —agregó.
—Sí… lo es —respondió, después de un gran suspiro.
—Entonces, ¿Por qué estás preocupada? Actúas como si todo estuviera mal.
—Creo que es la impresión… pero viéndolo desde tu punto de vista, sí, el futuro es bonito y todo eso —respondió, mostrándose más optimista.
La verdad es que ya no quería preocupar a su madre, porque en el fondo sabía que debía haber una razón para ese cambio. Su padre no era tan sentimental ni romántico, aunque su amor por Ellie era sincero, el tener un bebé solo porque sí, le parecía extraño. No se dejaba de preguntar ¿Cuál fue la causa?
Andrea llegó a la escuela, siendo el comienzo de otro día. La rutina se sentía normal. De repente, vino algo a su mente: ¿Y Hansey? Ya se había encontrado con Erick, pero faltaba confirmar la existencia de ella. Caminó hacia el salón de su hermano, en lugar de ir al suyo. Se detuvo en la puerta y se asomó. Ahí estaba Erick, conversando con Mike y Johnny.
—¿Me dejas pasar? —preguntó una voz, detrás de ella.
Se giró y miró a Hansey. No había cambiado en nada su apariencia.
—¡Hansey! ¡Qué bueno que estás bien! —exclamó, inevitablemente.
A la chica le parecía muy raro. No la conocía, era la primera vez que la veía.
—¿Por qué sabes mi nombre? Es mi primer día aquí.
—Eh… —Andrea se quedó sin una respuesta, no podía decir que la conocía por Erick al escuchar que era su primer día.