Una mañana tranquila en la capital de Izbytok el sol pintando de naranja las casas de un pueblo pacifico, o bueno siempre con una pizca de travesuras de cierto chico de cabello dorado; corriendo a través de la aldea entre las personas y los vendedores ambulantes dos chicos con el ceño fruncido y pidiendo venganza corrían detras a toda velocidad que podían pero los habían noqueado antes y el primer chico tuvo ventaja, ademas dicen que si robas las monedas de un ladrón eres un héroe o algo asi recordaba el rubio, en la persecusión los dos pelinegros chocaría con una carreta que iba pasando frente a ellos, hubiese sido un desastre de no ser por una fuerza invisible que los detuvo dos metros de el hombre y la carreta, se quedaron en el suelo atónitos y adoloridos.
El chico rubio dejo de correr algunos metros delante y se perdio entre la multitud, despues de 30 minutos dio con el hombre que estaba buscando, tirado en la parte de atras de una taberna tomando una decision de si entrar o no, el chico se acercó a él y le toco el hombro con calma, el hombre era mas alto que el, tenia una piel morena, cabello castaño y ondulado, la barba en su rostro lo delataba que había estado tirado en algun lugar con barro y desalentado, su expresion decía que no tenia esperanzas; al ver al chico se sorprendió y se iba a arrodillar pero el chico lo detuvo
–Creo que esto es suyo o ¿me equivoco?–El chico rubio saco la bolsa de monedas y se las entregó en la mano que sostuvo para evitar que se arrodillara
–Alteza...- El hombre casi rompe en llanto de encontrar su dinero en su mano de nuevo –Pero... ¿Como es posible?–
–Al parecer los chicos se querian disculpar pero tuvieron un retraso, y yo le traje en persona el dinero– formo una sonrisa entre picara y cálida, le habia devuelto la esperanza al hombre
–Le agradezco Alteza, este dinero... Era para la comida de mis hijas cumplen años hoy... Y si podremos festejarlo–El alto sonrió enormemente
–Entonces no pierda tiempo, por favor, vaya a festejar es un excelente día aun no termina– El hombre le hizo una reverencia un tiempo largo
–Por favor, ya vallase–Con una sonrisa amable lo levanto y con la otra mano le indicó que saliera de ese callejón
El hombre dejo solo al chico y salio corriendo, el rubio volvio a ponerse su capucha y la tela delicada que cubria en parte su rostro. Hoy se celebra el dia de Il Duhuri, recordando las hazañas de los antepasados al derrotar a la Hechicera de Cristal y la union de todos los reinos en uno, todos se preparaban la capital siempre ofrece un gran banquete y el pueblo celebra igual ya que vienen habitantes de todo el mundo, todos menos el Gran Principe.
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–Alteza, ¿Donde esta?, ¡Su prueba de traje era hace una hora!– El duque Patrick gritaba al rededor del castillo buscando al gran principe, hoy era el dia en que vendra toda la realeza y no puede llegar tarde.
Mientras tanto el principe se asoma por un cuadro en el pasillo, los pasajes secretos son eso, secretos, pero el chico de cabellos brillantes ya los habia descubierto lo cual lo ayudo a escapar de su amigo alterado que siempre ha sido algo sensible al estrés; el principe corrió a la habitacion donde debía medirse los trajes para este momento especial.
–Principe Daniel–el chico palido sonrió muy divertido al ver entrar al duque por la puerta –ríase lo que quiera alteza, para mi no fue divertido buscarlo por este fastuoso y claramente colosal castillo–
El principe Daniel radiante de alegria voltea hacia su amigo y extiende los brazos con una expresion en su rostro pidiendo su opinión, Patrick lo analiza y se acerca mas para inspeccionar el traje, una gabana color blanco con las mangas y el cuello en azul, detalles tejidos con hilo de oro, el pantalon en un azul como el mar en la noche y botas negras bien lustradas
–Creo que el pantalon se necesita embeber un dedo y pongan una entretela que no sea de ceda solo queremos darle mas forma, aunque la gabana esta perfecta en la hebra pongan ceda para que no lastime la piel del principe, la bufanda es perfecta en blanco– Daniel se quedo pensando en que rayos habia dicho a los costureros pero el sabia que antes de que Patrick fuera el duque su padre era dueño de una gran sastrería en la ciudad, en veces se siente mal por separarlo de su familia, pero no tendría un amigo, se escucha egoísta pero ser principe es algo solitario
–Entonces , ¿me queda bien?– Daniel mostro una sonrisa pidiendo una opinion que si pueda entender
–El blanco le queda a la perfección alteza – Patrick era un chico de pocas palabras, cabello castaño siempre bien peinado hacia atras y con buena presencia, Daniel siempre ha pensado que es una persona estricta y honesta, incluso en su ropa ya que siempre lleva un saco largo negro de dos botones y una bufanda blanca y pantalon de vestir negro, botas negras que cuando pisa el principe de inmediato sabe que es él –Es hora de irse alteza, va retrasado 2 horas y su majestad me va a colgar si es que no hace sus tareas de hoy a tiempo–
Daniel habia regresado a su anterior chaleco en azul, una camisa blanca por debajo y un pantalon café que claramente tenia rastros de tierra, Patrick se dio cuenta pero lo dejo pasar ya que debía acortar las tareas del principe
–Entonces, ¿que sigue?, porque te aseguro que mi padre ya sabe que a el tiempo no es mi amigo– Se veia relajado el principe, estas fiestas lo unico de bueno para él era la excusa de ver a sus amigos de los otros reinos y lo emocionaba pensar en cuanto se divertían cuando se juntaban
–Bueno alteza necesita hablar con uno de los condes de la ciudad, debe ir a la prueba de pasteles, presentarse ante el emperador y resolver un pequeño problema cerca del bosque oscuro– el chico de 17 años detuvo su pequeña caminata al escuchar eso ultimo y volteo a mirar al castaño –No es malo alteza solo unas desapariciones de ovejas nada raro–