I'm Better Than You

Capítulo 5

— ¿Quieres dejar de inventarte cosas, socorrista de mentira? — chillé señalándolo con el dedo, este sonrió — Deja de ponerte de niño bueno, cuando tú te pusiste contento al verme
— ¿Qué? — escupió este de repente, quitando esa sonrisa que minutos antes me había restregado — ¿Qué estas diciendo?
— ¡Pues lo que quiero decir es que...! — grité sin dejarle de señalar con el dedo —
— Que te empalmaste, amigo — soltó interrumpiéndome, el hombre de mi vida. El padre de mis hijos. Al que nunca le daría el divorcio. Jaden me sonrió y negó con la cabeza, intentando creyerselo — ¿Eso fue así?
Y entonces los dos comenzamos a chillar echándonos la culpa el uno al otro. Era como un partido de tenis, todos miraban hacia un lado y hacia otro observando como gritábamos.
Tara me cogió de la camiseta tirándome hacía atrás, ya que sin querer me había acercado demasiado al socorrista de pacotilla.
— ¡No me empalmé al ver este error del mundo! — bramó alejándose él también — ¡Tu me conoces, Jaden! ¡Aspiro a mucho más!
— ¿¡Pero que estas diciendo!? — chillé horrorizada — ¡Error del mundo serás tú, depravado!
— ¡Loca!
— ¡Pervertido!
— ¡Habló la que se metió desnuda en el mar!
No pude decir nada más. No porque el subnormal tuviera razón, si no porque la rabia me consumía por dentro. Me abalancé y lo empujé, pero el espécimen este se quedó en el mismo sitio, riéndose de mi penosa fuerza.
Maldito hijo de las remil mierdas.
— ¡Repítemelo si puedes, anormal! — grité elevando la cabeza para poder mirarlo a los ojos — ¡Repitemelo, que te voy a partir la cabeza!
Obviamente no estábamos a la misma altura y este se aprovechó de eso. Se agachó lo suficiente como para que nuestras miradas chocaran, dándonos una descarga eléctrica a los dos. 
— ¿A quién le vas a pegar tú, ratona? — preguntó con sarcasmo, sonriendo —
Maldito cabrón de mierda. Maldito su nacimiento y maldita su abuela.
Y la mía también.
— Sois los dos unos infantiles — exclamó mi mejor amiga, metiéndose en medio de nosotros para separarnos — Tessa, nos vamos.
— Sí, llevatela — el socorrista de mierda dio un paso atrás, sonriendo — Aquí sólo molesta.
Ese comentario me dolió. Me dolió porque me acababan de echar como a una perra de la casa donde habían vivido desde que nací. 
Sí, exacto. En mi propia casa era un estorbo.
Bajé la mirada y comencé a darme la vuelta para largarme a la habitación donde se convertiría en algún momento en mi nuevo hogar.
Ted y Tara me siguieron, negando con la cabeza por la rabieta que había hecho con ese cabrón.
— ¡Espera! — gritó alguien llamando nuestra atención — ¡Mofletitos! ¡Oye!
Y ese era Roy. El chico que había echo de nuestro guía por la mañana. Pero no me paré.
No quería pararme.
— ¡Mofletitos! — chilló de nuevo —
Sin que me diera cuenta me adelantó y se puso delante mía, obstaculizándome.
Era lindo. Ese flequillo que de le iba para la derecha y que ocultaban muchas veces su ojo derecho le quedaba genial. Le daba un toque rebelde, y quedaba increíble con sus ojos.
Pero no me gustó la idea de venir a un internado que realmente es como una universidad. Tenía más libertad, pero ¿y que?
¿Quién me abrazaría cuando tuviera la regla? Era inútil.
Estar aquí era inútil.
— Hey — volvió a insistir Roy una vez más — Perdónalo, muchas veces no sabe lo que dice y después se da cuenta del error que cometió
Agradecía su gesto de venir a intentar convencerme de que no me fuera de esta mierda de fiesta. Pero no pintaba nada aquí.
Este no era mi sitio. Este no era mi ambiente.
— ¿Tessa? — movió su cuerpo hacia delante, acercándose mas a mi — ¿Estas bien?
Pues no. No estaba bien. Porque si, me lo podía tomar a broma y reírme de mi misma por estar en esta situación.
Fingir que no me importaba que mis propios padres me rechazaran. Esconder que no me había dolido que mi padre se fuera y no me esperara para despedirse de mi.
Claro que dolía.
Pero era fuerte. Me negaba a ponerme a llorar por una tontería así.
Cada vez que me sentía de esta manera, pensaba en otras personas que tenían cosas mas graves que superar.
— Sí — asentí en el mismo momento que lo decía, intentando que la seguridad al hablar volviera a mi — ¿Que decías?
— Quédate — pidió con unos ojos de pena — No le hagas caso a Gabriel, puede ser un poco estúpido pero es buena gente.
— ¿Buena gente? — pregunté con sarcasmo — Un tremendo gilipollas, eso es lo que es.
Roy soltó una carcajada y pasó su brazo por mis hombros, obligándome a caminar donde minutos antes había estado.
Tara y mi mejor amigo nos siguieron por detrás, pendientes a mi reacción por estar tan cerca de un tío.
Era como los gatos (algunos) era bastante arisca. Las escenas de amor no me iban para nada.
Menos cuando estaba con la regla. 
El hijo de fruta se había sentado en uno de los sofás que estaban en el salón, con su grupito de amigos.
Te maldigo, viejo cabrón.
— Anda, si mi prometida volvió — sonrió haciéndome perder el norte — Siéntate a mi lado si quieres, Tessa.
Jaden se movió a la izquierda y dejó un pequeño hueco para que pusiera mi precioso culo ahí.
Justo al otro lado del hueco estaba el hijo de remil vírgenes y por esa mini razón me pensé dos veces en sentarme ahí o no.
Pero no iba a cambiar mis decisiones por un cabrón de mierda.
Claro que no.
Me senté y no empuje, abriendo un poco más el hueco.
— Ey — se quejó este mirándome mal —
— Cállate — soltó Jaden, poniéndose serio de repente. Gabriel quiso replicar pero por alguna razón no lo hizo. Se separó un poco más de mi y comenzó a hablar con sus amigos, incluyendo a Tara y a Ted.
En cambio yo, comencé a hablar con Jaden de cosas sin importancia. Él me sonreía sin dejar que nadie mas interrumpiera nuestra conversación.
Y yo contenta como una perdiz, por supuesto.
••
— Este internado no es tan malo, de verdad — opinó Jaden, que no se había apartado de mi desde que volví con ellos — Es bastante divertido, y además estoy yo en él, ¿que más quieres?
Sonreí. Sonreí como jamás le había sonreído a nadie. 
Pues si, no solía sonreír mucho porque claramente había nacido con una mueca dibujada en la cara.
Satanás no me quería, pero Dios menos aún.
¡Es broma!
O no tan broma.
— Deberías estar agradecido — solté riéndome al igual que él — Yo soy una belleza ancestral.
— No dudo eso — respondió él, enseñándome sus brillantes y blancos dientes —
— Yo si que lo dudo — habló una voz que al principio no reconocí. Jaden se tensó, me miró y me costó unos cuantos segundos saber que no estaba mirándome a mi, si no a Gabriel — No me mires así, solo he dado mi opinión.
¿Sabes lo que me importa tu opinión? Me importa como le importa a mi abuela que la vean desnuda.
Me importa como le importa a mi padre que me haya ido de casa.
No me importa nada.
Dirigí mi cabeza a él, mirándolo mal.
— Tú tampoco es que seas una belleza griega — escupí mirándolo con asco — No eres ni una belleza china, buque ya es decir. Tu no eres 'Made in China' tú eres 'Made in mierda'
Jaden comenzó a reír sorprendido por mi respuesta. Gabriel era el típico tío que tenía a todas las chicas loquitas (aún que no lo entendía, porque feo era para rato) pero yo no era una chica más.
Yo era diferente. Yo era la chica VIP del mundo. Si señor.
— No sabía que supieras responder, la verdad — respondió este, intentando suavizar el golpe que le había dado — Buena chica, liberalista.
¿Eres gilipollas? ¿Te lo haces? ¿O como va esto? ¡No lo entiendo.
Me levante dispuesta a pegarle dos bofetadas para así irme tranquila a mi habitación a ver alguna que otra serie para enamorarme de los protagonistas.
Pero Jaden me cogió de la mano y me volvió a sentar.
Su mano tan cálida, que me hacia volar entre el mar y hasta en flores. Una explosión de colores que te transmitían placer.
Oh vamos Tessa, que esto no son cincuenta sombras de Grey.
— Te estas pasando, Gabriel — gritó Jaden tomándolo por sorpresa — Estaba hablando conmigo, no contigo.
— No pude evitar opinar de algo que sentía, lo siento — soltó con tono sarcástico —
Era mas que obvio que lo que había dicho no lo sentía de verdad. Pero no me quedaba de otra que soportar a este maldito cabrón.
— Si yo te dijera todo lo que opino de ti te quedarías a cuadros, niño — solté tomándolo por sorpresa — No te conozco de nada y ya te puedo decir con seguridad lo gilipollas que me pareces.
— Tu opinión nunca me importará — susurró con una sonrisa — Jamás.
— Ni tu a mi la tuya, rotundamente no.
— Se están comportando como unos críos — esta vez la que habló fue mi mejor amiga.
Aparte de Jaden y yo, los demás estaban hablando de otro tipo de cosas. Y cuando Gabriel comenzó a discutir conmigo, eso llamó la atención y comenzaron a prestar toda su atención en nosotros.
¡No era que fuera infantil! Es que estaba harta de este gilipollas de mierda.
— Tara — la llamé asustándola — Cállate
Mi mejor amiga me sacó la lengua y siguió hablando con Ted, que en ese mismo momento estaba hablando con un chico con el cabello castaño.
Si, se me había olvidado el nombre.
Jaden siguió mi mirada y llego hasta el chico sin nombre, pillándome.
— Es el hermano de Gabriel — dijo al momento — Es muy bueno — soltó un suspiro, derrotado — Demasiado, al decir la verdad.
— ¿Por qué lo dices? — cuestioné confundida, al ver su mirada llena de tristeza —
— Es el hermano mayor de Gabriel — comenzó a contar sin dejar de mirarlo — Lo pasó bastante mal por culpa de sus padres — susurró queriendo que nadie escuchara nuestra conversación — Él está en tercer año, mientras que los demás estamos en segundo — murmuró acercándose a mi — Sabemos con seguridad que se siente muy solo muchas veces — negó con la cabeza — Discúlpame, realmente es un tema que no debería haber sacado, lo siento.
— No te preocupes — le tranquilicé — Mejor hablemos de nosotros dos, ¿vale?
No.No.No.No.No
¿¡Qué cojones dijiste Tessa!?
Jaden sonrió divertido. Mientras que yo, notaba como mis mejillas se calentaban más y más.
Esto le hizo sonreír mucho más.
— Mijir hiblimis di nisitris dis — se burló Gabriel, que había dejado hablando a Roy sólo para prestar atención a nuestra conversación — Eso sonó tan comprometedor...
— No fue mi intención — le interrumpí. No por Gabriel, si no por Jaden. No quería que tuviera una mala visión de mi — No lo dije a mal, solo lo dije sin pensar..
— Sili li diji sin pinsir — volvió a imitarme Gabriel, haciéndome enojar más — Oh Jared, sé el padre de mis hijos. Fóllame
Subí las manos a mi rostro y me acaricie la sien, frustrada. Este niño estaba acabando con toda mi paciencia y me estaba dejando mal delante del amor de mi vida.
Del padre de mis hijos.
Pero para mi sorpresa, Jaden soltó una carcajada.
— No sabia que me querías tanto, Gabri — comentó con la sonrisa aún en su cara — No te pongas celoso, amigo mío. Serás el padrino de bodas, te lo prometo.
Abrí mi boca sorprendida. ¿A que viene esto?
Respira Tessa. Respira Tessa. Respira que parece que tienes una polla metida en la garganta.
Respira
Respira.
Se supone que los tíos son los que huyen de los compromisos. No les gusta comprometerse.
Bueno, al menos es lo que pasaba en las novelas mexicanas que me tenia mi abuela viendo casi todas las tardes.
¿Que significa todo esto?
Había notado que Jaden era un chico especial. Un chico tierno y cariñoso. Pero ¡joder! No pensé que lo fuera tanto.
— Si te casas con esta ratona de alcantarilla no pisaré ni tu casa, amigo — escupió este levantándose del sofá — Me voy, tengo mejores cosas que hacer.
Pues vete y no vuelvas nunca más, quise decir.
Pero no me dio tiempo
Ya que este emprendió camino sin decirle nada mas a nadie. Sin mirar atrás.
Ignorando a todos a su alrededor.
•••
Me di cuenta de que hay poquísimos votos. ¿Os está gustando?
Si no es así, todavía esta la oportunidad de dejar esta historia y hacer otra.
No se...
En fin, las leo!



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En el texto hay: peligro, universidad

Editado: 13.06.2018

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