I'm Better Than You

Capítulo 14

Tessa Pimenova

— ¿Ted? — preguntó aquella voz detrás del teléfono, confundida — ¿Por qué me llamas?

El labio me comenzó a temblar y varias lágrimas acabaron bajando por mis mejillas. Odiaban este sentimiento de abandono que tenía en el fondo de mi corazón. En el fondo sabia que es lo que iba a ocurrir, es lo que siempre ocurría cuando se trataban de mis padres.

Pero quería seguir teniendo los ojos cerrados para no aceptar la triste realidad que conllevaba eso.

— ¿Ted? — volvió a preguntar impaciente — Mi profesor de yoga esta apunto de llegar, me niego a perder una clase por tus caprichos.

— Soy Tessa, abuela — pude hablar por fin. El tono que voz que salió de mis labios no era el usual que siempre utilizaba, esto hizo suspirar a mi abuela  —

— ¿Tessa? — sonó extrañada. Escuché como sus tacones golpeaban el suelo, estaba caminando — ¿Qué ha pasado?

— ¿Dónde están mis padres? — pregunté sin darle muchas vueltas. Esta pregunta hizo que mi abuela dejara de caminar para prestarme atención solamente a mi —

— Están trabajando Tessa, como siempre — respondió extrañada por mi pregunta — ¿Ha pasado algo, necesitas algo?

En el fondo mi abuela me echaba de menos. Estaba segura, ya que estaba muy simpática conmigo cuando eso jamás ocurría. Bueno, se ponía simpática conmigo cuando quería algo o cuando quería robarme la ropa interior nueva.

Sonreí al recordar nuestras peleas.

— Esta bien — solté después de unos segundos que se hicieron interminables — No me cogen el teléfono

— Acabo de hablar con ellos Tessa — aviso mi abuela — Te estarán ignorando.

— Gracias por la sinceridad, abuela — agradecí, mientras más lágrimas bajaban hasta llegar a mi cuello — ¿Te han contado lo que ha pasado?

— Nada que no fuera importante, supongo — bramó volviendo a caminar — Solamente los llamé para decirles que no vendría a cenar, y tu madre me explicó que tenían un negocio importante y que no vendrían tampoco a cenar — chasqueó la lengua, seguramente pensando — Les pregunté si había pasado algo y me respondieron que no. Tessa — me llamó después de terminar su vómito verbal — ¿Ha pasado algo?

— He estado a punto de morir — acepté sentándome en la cama, prestándole máxima atención al teléfono — Estoy en el hospital y están pasando de mi puto culo...

Sabía que estaba siendo exagerada pero no podía evitarlo. Siempre había intentado no decir nada para que nadie se preocupara. ¿Y así me lo habían agradecido?

Quería vengarme por todo lo que me estaban haciendo. Quería que sintieran solo un poco de lo que había sentido yo durante todos estos años. Quería que se dieran cuenta de cuanto había sufrido.

— ¿Y que quieres? — soltó con burla — ¿Que cojan un avión para estar contigo? ¿Cuando te vas a dar cuenta de que jamás seras su prioridad? ¿Cuando te darás cuenta de que para tus padres sus negocios son lo primero, y tu quedas en segundo plano, Tessa? — me estaban haciendo daño sus palabras y ella lo sabia, pero aun así no paró — Te haces daño a ti misma pensando que tus padres se comportarán como tales alguna vez. Cuando sabes en el fondo que jamás será así, Tessa.

Asentí en silencio, aún que mi abuela no pudiera verme. Tenia razón, mis padres jamás me tomarían en cuenta. Jamás sería su prioridad. Jamás.

Tenia que empezar a hacerme la idea de irme muy lejos de ellos. Tenia que hacerme la idea de que estando con ellos solamente me hacia daño a mi misma porque intentaba llegar a sus niveles y me quedaba corta.

Mi abuela tenía razón y lo sabía.

— Abuela, me voy a ir de la universidad — decidí en el acto, haciéndola jadear —

— Sabes que a mi me importa una mierda, pero a tus padres no les gustará un pelo — opinó ella — Sabes que por quedar ellos bien harán lo que sea, ¿que crees que dirán cuando pregunten por ti sus socios? ¿Y esas cenas en las que estas obligada a ir?

— Desapareceré del mapa si es a lo que te refieres, abuela — le aseguré empezando a dar vueltas por la habitación, nerviosa —

— Estas cometiendo una locura, niñata — concordó con mis pensamientos — A mi me importa una mierda lo que hagas, pero tus padres no son iguales de perfectos como yo.

— Tengo que agradecerte que...

— Cállate —gritó sorprendiéndome— no agradezcas nada — hizo una breve pausa, para después seguir hablando — No te vayas de la universidad, pero haz como si lo hicieras.

— ¿Cómo?

— Tus padres pagaron la universidad al completo y ya no le llegan facturas — informó mi abuela chasqueando la lengua — Las únicas facturas que les llegan es de la habitación donde te hospedas.



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En el texto hay: peligro, universidad

Editado: 13.06.2018

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