Aitana
Soy perezosa, ¿okay? Si soy inteligente, pero nunca e dicho que no me costara estar en orden con mis ideas y que a veces la pereza me gana, todo el mundo a veces tiene ese deseo de estar acostado un día completo; sin olvidar la comida grasienta y todas esas cosas. El primer día fue genial... Hurray, aplaude por mi ,conciencia.
¿Quieres que tú conciencia sepa que estoy haciendo algo contra su voluntad porque mi conciencia se puede enojar conmigo? *Aplaude*
Los trabalenguas que dices son estupefacta mente confusos, tú eres conciencia, no tienes una.
Bueno, lo que sea, no llego el tal chico inteligente ese día. Estaba nerviosa porqué ese día iba a llegar el hermano de Arlette. Quería de alguna forma asombrarlo, aunque lo único que lo iba a sorprender era lo fea que me miraba. No era la chica más bonita del mundo, lo único que me hacía mirar bonita eran mis ojos azules. Todos decían piropos sobre ellos, a veces dicen que tus ojos son el espejo de la alma, pero sinceramente no creo eso.
Cuando llegue a casa, apartamento, lo que sea que era ese lugar. Iba a ir al baño, pero me detuve abruptamente cuando escuche alguien llorar, pegue mi oreja en la puerta color blanco... no quería estorbar pero no me gustaba ver a alguien llorar y sin hacer nada. Después escuché algunas tijeras.
¡PERO, CORREEEEEEE!
Toque la puerta suavemente, pero me di cuenta que casi ni sonaba y los sollozos eran más fuerte que el ruido de la puerta. Toque más fuerte, y la chica tomó una respiración sorprendida tratando de no sacar lagrimas.
—Arlette, ¿estas bien?
—No.
—¿Quieres hablarlo con helado? Compre un poco viniendo a cas— abrió la puerta.
Hay, padre de todos los cabellos. Perdona los pecados de los peluqueros falsos y los que cortan el pelo sagrado.
—Pero—
—Solo, no digas nada, no estaba en mis planes que alguna vez me miraras llorar— dijo, y pude sentir su vulnerabilidad.
—No te preguntaré , pero me puedes decir todo lo que quieras.
Nos sentamos en el sillón, esa chica mala se miraba estropeada y golpeada. Mi corazón se hundió.
—Hoy fue el primer día de escuela,¿no?— asentí— Mi novio Raymond, bueno, mi ex novio se estaba besando con mi mejor amiga de años afuera de el campus. En la cafetería donde el y yo nos conocimos— dijo, y se me quebró el corazón cuando la vi así. — Le di todo mi corazón y el lo rompió— dijo, me acerqué a abrazarla— Yo lo amaba termino.
Fue muy estupido, no me critiques, golpes para las tonterías son aceptables.
La cachetada que le di hasta a mi me dolió.
— AMAR ES CUANDO LOS DOS SE AMAN, EL NO TE AMABA. TIENES 18 AÑOS, TE DIGO QUE NI MI PRIMA DE CINCO AÑOS SE CREÍA ESO DE QUE SU NOVIO LA AMABA.— grite, ups, creo que grite mucho. Ella se quedó atónita, vi su mejilla y no le había pegado tan fuerte.
—Das miedo, eres una chica ruda— dijo, y yo solo rodee los ojos.
—Date a desear, hoy vete a dar un baño y quitar esa máscara de pestaña regada— ordene.
—Estoy hecha un desastre.
—Pero, Chica ¿que tienes en tu cabeza? ¿Porque te cortaste el cabello por un patan?— pregunté, era el corte más disparejo que había visto en mi vida. Ni cuando tenía doce, me había hecho un corte de cabello tan feo.
—Siempre hago eso cuando me pasa algo.
—Bueno, ¿te quieres quedar calva? — pregunte, frunciendo el ceño.
—No per...
—Nada de peros. Ahorita cuando salgas del baño, yo te lo cortaré.
—Okay.
Se fue a bañar, yo me quedé en la cocina arreglando una mini tarde para que ella se olvidara de lo que haya pasado. Tenía tareas, pero las podía hacer más tarde. Ella era mi responsabilidad.
Era mi amiga.
Me caía tan bien, y eso que solo pasaron como tres días. Me puse mis gafas, no me gustaba usarlas porque se miraban muy horribles en mi, pero ya no quería andar los lentes contacto ya que sentía que mis ojos eran el desierto de Sahara. Me quede con columna doblada por estar poniendo un poco de galletas y platos en la mesita de café. Gire la cabeza como la niña del exorcista, vi que la puerta se estaba abriendo.
A la madres, OMG, Trágame tierra y todas esa expresiones muy usadas que usaba Natalia se vinieron a mi mente.
—¿Tu?
Es demás hablar sobre quien estaba en la puerta, pero igual lo haré. Liam, el chico de el avión.
—No, soy la Doña Florinda— conteste con sarcasmo, y el solo dio un suave carcajeó.
—¿Que haces aquí?
— Vivo aquí — dije, mientras cruzaba mis brazos.
— Me debes de estar jodiendo— dijo, y yo solo rodee mis ojos.
— Si quieres lo hago de echo— dije, mientras aplaudía con las yemas de mis dedos.
—¿Donde está Scar?— preguntó.
—¿Así como el personaje antagonista de el rey león?— pregunte.
— No te dije que me respondieras eso, pregunté donde esta mi hermana.— volvió a preguntar.
—Está bañándose— repliqué— ¿Porque pareces enojado conmigo?
—No entiendo porque la vida me odia tanto, no debería haberte visto nunca en mi vida otra vez— dijo, y por alguna razón rara me sentí mal.
—Perdón, pero vine primero, y lamentablemente es lo único que voy a pagar y ni me pueden echar ya que tengo contrato; por si quería unirte a que me echaran— dije, y me senté en el sillón.
—Odio cuando las personas tratan de ser más inteligentes que yo, pero contigo me trae otro sentimiento.
—No me respondiste— contra ataque.
—Scar y yo hemos sido muy unidos desde niños , nos gustaba ver películas de cualquier producción. A ella no le gustaba que le dijera Scarlett entonces le empece a decir Scar— respondió, muy simple.
Suspiro y frunció el ceño.
—¿Porque se está bañando a las— revisó un reloj que llevaba en su muñeca—...4?
—No soy nadie para decirte sus problemas, ella te los tiene que decir— dije, si alguien me decía algo según mi mitología era porque me tenía confianza, no quería que Arlett pensara de mi como una chismeadera.