Aitana
Me sentía como cuando era pequeña, cuando no sabía cómo aparecí en mi cuarto en la mañana sabiendo que no dormí ahí. Cuando me levanté, lo primero que hice fue bostezar para darme vuelta y agarrar mi celular de la mesa, donde había una nota pegada:
"Te dormiste, se que estabas muy cansada. Estoy muy feliz por haber sido el primero en felicitarte, nerd, ¡no quieras llegar tarde a clases! ¡Levántate ! :D
Solo negué con la cabeza y vi el reloj, tenía tiempo para arreglarme y todo eso. Me fui de traspié, estaba medio dormida y no me di cuenta que si tenía un desastre en el cuarto. Cuando mis ojos se fijaron en la gaveta de ropa interior abierta, mi corazón se paró abruptamente.
No, no no no, por favor, ¡que no lo haya visto!
Nueva meta para mi vida, no ser un cerdo con su cuarto hecho un chiquero. Mis mejillas se sentían calientes, pero trate de sacudir mi cabeza. Tal vez ni lo había visto y ya me estaba muriendo viva, fue noche, no lo ha de haber visto...¿no? Fui corriendo hacia el baño, para hacer todo lo que se tiene que hacer ahí, aunque no se que hacen los demás ahí. Mi rostro se miraba inflamado, habían unas ojeras muy llamativas abajo de mis ojos. Hice la prueba de aliento, ya que no se porque, siempre cuando me levanto mi aliento y saliva saben mal — puede ser normal— no lo sé.
Para tapar toda la situación asentada debajo de mis ojos, use un corrector de ojos. Me palmeó mi rostro para ya salir en chinga. Solo me puse mis zapatos y salí, no sabía si Arlette seguía en casa o ya se había ido. No sabía ni si iba a la escuela, ella es algo un tanto especial. No le habla a cualquiera, pero no es huraña, solo que supongo que es ese estereotipo que cree que debe de lucir oscuro y tipo romper reglas para ser cool. No se, no me importa, me cae bien, pero no me voy a meter en su vida.
Estaba en la parada de autobuses, no tenía carro puesto a que estaba ahorrando dinero para ello.
Me puse mis auriculares y empecé a escuchar música, era esa típica escena de una chica aesthetic en una parada de buses. Los rayos del sol de filtraban por las bayas de los asientos. Empecé a ver mi celular, quería encontrar algo bueno para mirar en él mientras que no había nada.
Cuando el autobús pasó, enfrente del parabrisas decía "fuera de servicio", nunca me había levantado tan rápido para irme a quejar. Esa fue mi primera vez, el conductor se bajó dejando el autobús ahí.
—Umm, señor, ¿no va a manejar?—pregunté acercándome cautelosamente, sentía que ese dia iba a empezar mal.
—Ocupa el cambio de aceite, pero a una milla de aquí hay otra parada; tal vez sirva. Ten un lindo dia- replicó, y sentí como mis piernas me empezaban a cansar al pensar que iba a tener que caminar.
—Entonces,;¿no va a trabajar?—pregunte, el paro y en su mismo eje se giro.
—Niña, ¿sabes desde que hora estoy despierto? Trabajo en el turno de noche, no tengo paciencia para responderte eso. Dile cualquier queja de mantenimiento de transporte público al alcalde o organizadores , no a un simple trabajador. Como lo dije antes, ten un buen día — y esa vez, sí se fue el mal humorado.
Bufe como una niña pequeña, no es que estaba tan lejos la universidad pero ya era tarde para llegar a la escuela.
Empecé a correr como una loca, había llovido esos días ya que era invierno, y eso provocó un montón de charcos en el camino. Con el aspecto horrible, y todo el mundo en contra de mi, un carro casi me deja como un sticker pegado en el piso.
—EY, cuidado, ¿que no miras el camino?— espete, y un lindo chico que ya conocía bajo los espejos de un elegante auto.
Oliver.
—Perdón, ya estoy llegando tarde—y se le reinicio el windows cuando vio quien era— Oh, dios mío, ¡Aitana! Perdón , no era mi intención... te miras... ¿vas algún lado?- tal vez es que estaba nervioso porque ya iba a matar a alguien, y no podía negar que tenía un aspecto horrible y que eso podía dejarlo sin palabras.
—Si, tengo que llegar a la universidad—dije avergonzada.
—Súbete, yo te llevo—ofreció , y sabía que todo el camino iba a ser algo incómodo porque: Uno, era un horror; Dos, él era guapo y aunque no me gustara me ponía nerviosa.
—No quiero ser una molestia.
—Sube—dijo ignorando lo anterior, y por alguna razón me daba comodidad, aunque no lo conociera.
Movía mi rodilla de arriba para abajo, hasta que llegamos al centro de la ciudad donde todos los trabajos y escuelas estaban. Lo miré de reojo, cuando vi que aparco enfrente de mi universidad.
—Gracias, hoy ha sido un dia...interesante—confesé .
—No hay ningún problema, cuando quieras, puedo venir a dejarte— sugirió, solo le di una sonrisa de boca cerrada para cerrar la puerta. Me despedí con la mano y entre a la escuela.
Cuando entre me sentía rara, en mi ciudad anterior, todo era "diferente". Si era tu cumpleaños, todos te felicitaban porque el supuesto 'pajarito' les decía a todos, aun si éramos ya grandes, siempre pasaba. Al menos alguien me felicitó, y esa noche no la olvidaré.
Choque con unos cuantos hombros para llegar a mi casillero, todos los pasillos estaban llenos de caras que poco a poco iba a irme familiarizando con. Había una chica a la par mi, se miraba muy amigable, pero me mantengo alejada de los casilleros cuando miro a alguien a la par. Soy muy asocial. Pero tenía que apurarme, entonces no tenía más que hacer que ir y acercarme.
—Hola— salude, tímidamente.
—Aitana, ¿no? —sentía por alguna razón, que esa era su manera de saludar. Con una pregunta.
—Eh, si. Esa soy yo— respondí, mientra rebuscaba entre los libros, el libro que ocupaba.
—¿Segundo nombre? No me gusta llamarle a la gente como todos le llaman— replicó, se estaba retocando el labial en un espejo que creía, estaba pegado en la puerta del casillero.
—Solo si me quieres llamar Claire— replique, no me gustaba mucho ese nombre porque era básicamente el de mi madre, y la mayoría de las personas le llamaban así. Entonces, eso hacía que no me apeteciera usarlo como mi nombre.