Incapaz de escapar♡

Capítulo 12.

"Pon tu vida en manos de Dios y todo saldrá bien."

Capítulo 12: ¡¿ACASO ESA MALDITA VOZ NO TE RESULTA FAMILIAR, KELSEY?!

—Lo sé, pero necesitaba salir de aquí.—Dije mirando el suelo.

—En serio no te entiendo... —Dijo empezando a exaltarse—¿Acaso crees que no sé lo que te hacen tus falsos padres?

—¿A que te refieres? —Dije con un hilo de voz.

—Pues a esto.

Levantó mi mentón y tocó la parte en donde tenía un hematoma. El color y dolor eran casi inexistentes, pero aún se veía una marca si te acercabas lo suficiente.

—En serio a veces me enoja mucho cuando veo tus marcas. —Volvió a acariciar el mismo lugar—.¿Por qué quieres escapar de aquí? ¿Qué harás cuando regreses? ¿Dejar que te golpeen otra vez? Porque para defenderte eres una mierda. —Dijo burlándose al final.

—¿Por qué demonios te importa? —Pregunté entrecerrando mis ojos.

Después de decir eso, su expresión cambio. Creo que soné un poco dura, pero de igual forma lo último que él dijo no fue muy agradable.

—Tienes razón. Es tu vida, no debería de entrometerme. —Habló fríamente.

—Lo...

—No importa. Ahora quiero hablar de otra cosa. —Dijo interrumpiéndome y dándome la espalda.

Observo su espalda perfectamente marcada, mientras sigo sentada en su cama.

—¿Crees que no me di cuenta de lo que hiciste?

—¿A qué te refieres?

—Sabes a lo que me refiero, Kelsey.

Claro que lo sé.

Frunzo mi ceño y niego con mi cabeza fingiendo que no sé absolutamente nada.

—¿Ah, no? Pues permíteme recordarte. —Dijo volviéndome a ver y acercándose a mí—. En esta casa hay cámaras, pero no te preocupes pequeña Kelsey, aún no las he visto.

¿Y eso que tiene que ver?

<<Pues que se está burlando de ti.>>

—¿Sabes a lo que me refiero?

Niego y él se acerca hasta estar a unos centímetros de que nuestras narices se toquen.

—Que así como hay cámaras, hay pequeños micrófonos que me permiten escuchar a cualquier persona que se encuentre en esta casa e inclusive si yo lo deseo, puedo grabar lo que en ese momento se está escuchando.

Shit...

—Tal vez esta grabación te parezca familiar. —Dice tomando el control que se encuentra a la par mía y dándole play, lo cual causa que la grabación se escuche por toda la habitación.

Como dije, yo dejaré entrar a los ladrones, mientras ustedes vigilan que Daven no salga de su habitación. Durante todo el despelote que harán, yo me escaparé y ustedes fingirán que nada ha pasado.

Siento como mi cara palidece al escuchar esa grabación.

—Dime, Kelsey, ¿Acaso esa voz no te resulta familiar?

Bajé mi mirada.

—¡¿ACASO ESA MALDITA VOZ NO TE RESULTA FAMILIAR, KELSEY?! —Gritó.

Yo me sobresalté, mientras volvía una mirada furiosa hacia él.

—No te atrevas a volver a gritarme. —Dije palabra por palabra mientras me acercaba más a su cara si es que eso era posible.

De un pronto a otro, agarra mis muñecas y me tira a la cama subiéndose él encima de mí.

—No me digas que hacer, Williams. —Frunce el ceño.

—Suéltame... —Murmuro.

—No, hasta que me digas que planeaste todo esto y asumas las consecuencias de tus actos. —Dijo toman aun más fuerte mis muñecas.

—Me estás... —Me muevo para intentar soltarme.

—¿Te estoy qué, Kelsey? —Dice apoyando sus rodillas más arriba de mis caderas para que no pueda movilizarme.

Intento moverme bajo sus brazos, pero lo único que provoca es más dolor en mis muñecas. Él al ver que intento soltarme, jala mis muñecas hacia arriba y se sienta en mi estómago mientras se inclina para quedar más cerca de mí.

Demonios, ¿Qué está haciendo? ¿Acaso cree que su peso o su fuerza no causa nada?

—¿Vas a aceptar lo que hiciste? —Volvió a jalar mis muñecas, pero esta vez las puso sobre mi cabeza.

—¿Para que quieres que acepte algo que ya sabes? —Lo miré de mala gana.

—Porque si aceptas lo que hiciste es como si destruyeras tu maldito ego al ser llamada ladrona.

—¿Ladrona? —Digo furiosa.

—¿Crees que no lo eres al no haber hecho un robo directamente? —Pone más peso sobre mí.

Me remuevo y él toma aún más fuerte mis muñecas.

—Daven, suéltame. —Repito.

—No.

—Me quedarán marcas si no lo haces. —Me remuevo todavía más.

—Eres tan exagerada. —Vuelve sus ojos.

—Me estás lastimando. —Gimo de dolor.

Al decir esto, él me suelta y se incorpora estando aún sobre mí.



#45793 en Novela romántica
#12421 en Joven Adulto

En el texto hay: secuestro, amor, odio

Editado: 06.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.