Indagando su oscuridad

Capítulo 44. Temo de mi amor hacia ti.

Eiren:

Permanecer con Jarel por un largo tiempo luego de la fatídica escena que acaba de trascurrir, me alivió. El ocasionó (como siempre), que mis problemas se despejaran de mi raciocinio y que solo me centrara en él, en nosotros, en la linda burbuja que se forma cuando estamos juntos.

Siento tanta paz en este momento que percibo una pequeña punzada en mi pecho advirtiéndome que luego de esta serenidad habrá una tormenta que no cesará. Pensar aquello me causa miedo y más aún al no escuchar unas palabras de ánimo por parte del menor de los Edín. Lo que se, lo que doy por sentado para no causarme dolores de cabezas es lo siguiente...

Intentaré vivir y no hablo por el hecho de inhalar y expulsar oxígeno, no me refiero a deambular con aquella monotonía que destruye ni mucho menos sonreír cuando lo que siento es opaco... Quiero sentir. Añoro sentirme libre, querida, fuerte, convencida que después de tanto tiempo intentaré con firmeza ser una versión mejorada de mi misma.

¿Para qué querer ser como antes cuando puedo ser mucho mejor?

El pecho del chico de ojos grisáceos, el cual está debajo de mí, se hincha y lo mantiene así por unos segundos antes de dejar salir la respiración. No sé con exactitud cómo llegamos a esta posición pero lo que se con certeza es que es muy cómoda y reconfortante. Mantengo mis brazos cruzados sobre su tórax y mi cabeza apoyada sobre ellos. Sus manos toman algunos mechones de mi cabello y parece entretenerse deslizando sus dedos entre los flequillos.

—Es impresionante —musita luego de dar otro suspiro perezoso.

— ¿a qué te refieres? —pregunto ceñuda.

Alzo el rostro y quedo reposando la barbilla encima de mis manos para divisarlo desde un mejor ángulo. Se haya escudriñando el techo por lo que veo la impresionante magnitud de sus espesas pestañas.

—En este tiempo que he tenido aquí he visto las cosas desde otra perspectiva —comenta con el mismo tono de voz, uno aterciopelado y como si le costara mover la lengua.

—Me imagino... —contesto por el hecho de notar que como él ha dicho, allá no existen los sentimientos positivos y el tacto hacia los demás.

—es sorprendente ver las cosas desde mi punto de vista con esta habilidad que tengo. —Se remueve un poco y muerde disimuladamente su labio inferior —cuando salgo en la madrugada no lo hago solamente para avivarme al causarle pesadillas a las personas —explica —por si no lo sabes, me encanta durar horas examinando hasta la más recóndita cosa. Para muchos les puede parecer normales muchas de las acciones de los demás, pero, para mí, es algo que aprecio.

—no entien...

—por ejemplo, en una de las ocasiones donde deambulaba por el centro de la ciudad, entré a un bar de mala muerte donde había un camarero que se ganaba muchas de las miradas despectivas de las personas, sobretodo del jefe. Por un buen rato oí como le decían lo inútil que era por servir las mesas con nerviosismo. Incluso, el me atendió y se notó lo nervioso que estaba por el simple hecho de pensar que estaba ebrio y lo trataría como el resto.

>> A pesar que me confundía y me costó ver con claridad lo que pensaba, pude dar con sus ensoñaciones ya que eran más significativas que las del resto. Si no mal recuerdo se llama Dylan, y lo sé porque el mismo se daba palabras de ánimo para continuar y ganarse el sueldo que tanto necesita su familia.

—oh...

—al parecer tenía un buen tiempo yendo hacia aquel empleo, recibiendo los mismos tratos despreciables. Ya estaba llegando a un punto que no lo aguantaba. Su frustración era tanta que en una ocasión cuando salió a botar la basura y volvió, sus ojos estaban rojizos a causa del llanto que intentaba retener.

>>a lo que quiero llegar es que lo seguí mientras iba camino a su casa y cuando llegó, me impactó lo mucho que cambiaron sus pensamientos al ver a su esposa y a su hija la cual tiene paraplejia. Su familia lo adora, para ellas él es su mundo y eso lo reconfortó de un modo alucinante. Ambas chicas son el motor que tiene, son su hogar y gracias a ello no le importa tener que luchar para salir adelante con ese trabajo lleno de gente inservible.

—Oh dios... —emito, saliendo del pasmo que me dio al escucharlo.

—todas las personas que ves pueden resultar insignificantes a la vista de los demás, pero, son el mundo para otras.

—Jarel, eso es realmente hermoso.

Baja su mirar, sus ojos dan con los míos y no sé cómo sentirme al notar que su ojear es tan oscuro y friolento que no concuerda con sus palabras.

—Todo eso me recuerda a ti —expresa, dejándome ida por unos segundos.

— ¿ah?

—cuando te conocí, a pesar de entender tu estado porque puedo leer cada uno de tus pensamientos, no entendí completamente que con tan solo ser tú le causas una alegría infinita a diversas personas.

— ¿te refieres a aquella vez en la estación de bus?

Las caricias que deja en mi cabello se detienen y luego continúan con torpeza. Aleja su vista de mi rostro y continúa observando el techo de la habitación.



#148 en Thriller
#67 en Misterio
#319 en Fantasía
#213 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: tristeza, amor, suspenso

Editado: 12.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.