Inestable

Capítulo I

Detestaba con toda mi alma el lunes, y lo sé, lo sé no soy la única. Pero en serio lo odiaba, me había sentir como un pobre corderito apunto de ir al matadero. También detestaba el domingo, y creo que es obvio el porqué, amenos que sean lentos como normalmente lo soy, les tengo que decir que el el lunes queda a veinticuatro horas del domingo, o sea cercano a la hora de mi infierno.

Nadie me está preguntando pero igual les diré mi súper elaborada rutina del día.

Comienzo por decirles que no tengo, ni uso ningún tipo de alarma ¿Por qué? Ni idea, solo que no me confío ni de ellas ni de mí, así que duermo con el teléfono al lado, no bajo la almohada, porque como diría mi mamá hay que prevenir. Continuando, no soy de las personas que levantándose una hora antes llega a estar completamente lista, no, no. Debo levantarme mínimo con más de dos horas de anticipación y a veces hasta me retraso. Decir que duro diez minutos en el baño sería mentir demasiado, soy lenta, mamá cree  que me cuento los cabellos en el baño, lo cual sería imposible, amenos que sean otros cabellos, pero en fin  dejémoslo ahí. Mi cabello no están desastroso cundo me levanto porque la mayoría de las noches uso un gorrito para no levantarme con el cabello  como pordiosera, también….

—     ¡¿Que tanto te demoras dentro? Llevas una estúpida hora ahí. Sal ya! . Unos insistentes toques en la puerta interrumpen mi monólogo matutino.

—     ¿otra vez con lo mismo? ¡Entiende que no eres influencer y nadie te está   escuchando. Sal ya!. Nadie me sigue preguntando nada pero esa escandalosa es mi hermana ¿todos tienen en su familia a alguien así? Parece un chihuahua. Me acomodo unos cuantos cabellos del moño mientras agarro aceite de coco y algo de crema y lo voy colocando en mi cabello para que no se levante y no se vea opaco.

 

—     ¿Que hicieron de desayunar? . Pregunto mientras cierro todo y voy metiendo cada cosa en su lugar.

 

—     Baja y averigua. Mi hermana no es de mucha paciencia que digamos yo solo la estoy logrando fastidiar mas.

 

—     Ya voy. Termino de cerrar todo y para fortuna de mi hermana y de media humanidad, abro la puerta.

 

—     Ni Kim kardashian se demora tanto en el baño como tú. Me empuja mientras entra y conecta a una velocidad cien por ciento mutante una plancha que está enredada con un cable más largo que la lengua viperina de la vecina de enfrente. Veo como le da vueltas y vueltas mientras logra desenredar todo. Me mira

 

— ¿no has terminado acaso? Shu shu. Mueve su mano como si estuviera espantando a   un perro de su comida. La miro mal

— Ojalá y te queme el pelo esa cosa. Salgo tirando la puerta y camino hasta llegar hasta la cocina. Eso de preguntar que hicieron de desayunar era una pésima broma para mi alma floja de la mañana.

No hay ni un alma en la cocina, y es que por más amor ¿quien se quiere levantar a las seis de la mañana a andar haciendo desayunos? Nadie sinceramente. Me termino haciendo un elaborado cereal con leche, como mirando la hora y faltando cinco minutos , me levanto, limpio todo y salgo.

Ahí te voy

 

 

 

 

 

 

 



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En el texto hay: pasado, triste, amor celos

Editado: 05.05.2022

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