Nuestra caminata fue breve pero a la vez eterna, el lugar a donde desayunaríamos no estaba muy lejos, pero aquel silencio entre nosotros lo hacía eterno, yo me preguntaba qué pensaría aquel silencioso joven mientras lo veía por la comisura de mis ojos, tratando al parecer que Él no lo notará, pero chocaban nuestras miradas y era imposible negar que ambos estábamos intrigados de con quién caminábamos aquel día de Abril ¿porque un total extraño nos era tan familiar y de confianza?; Aunque no puedo negar que el parecía estar más tranquilo que yo, algunos dirían: "claro es hombre no debe preocuparse"; pero su mirada tenía una luz tan intensa y brillante que hacía borrar toda duda y temor, sabía en mi corazón que en Él no había maldad, podía confiar.
Al llegar a aquella cafetería note que era un lugar costoso, para lo cual yo no podría costear ni un vaso de agua, por ello reí ingenuamente, y aquel joven lo noto, pero era tanta su modestia y su buena educación que ignoró mi actitud, y susurro a mi oído:
-Tranquila yo invito, no tienes de que preocuparte.
Plenamente apenada, solo enmudecí y caminé en dirección a donde el mesero nos indicaba. Era algo extraño, pues aquel joven parecía ser muy conocido en aquel lugar, todos le llamaban señor, y atendían la mesa como si fuera el jefe de ese lugar, pero a pesar de eso el los trataba a todos con tanta amabilidad y respeto que hasta yo quería servir su mesa. ¿Quien era el? me preguntaba en silencio mientras lo observaba, pero aquel debate interno fue interrumpido por su tierna voz.
-Bueno, creo que ya hemos guardado suficiente silencio por hoy. Vinimos a compartir un delicioso desayuno, no te sientas abrumada por el lugar, ni por la atención de mis amigos. Permíteles servirte con excelencia, ese es su trabajo.
Pero vamos, cuéntame de ti cabeza dura. - Río al culminar aquella frase, mientras señalaba con mucha sutileza un enorme chichón que había nacido en el lado derecho de mi frente, este infiltrado en forma de montaña, yacía en mi frente y no lo había notado.
Que era aquel desastre en mi cabeza me preguntaba, mientras el pedía al mesero una compresa fría y la caja de primeros auxilios para limpiar la rotura de la cual ni yo, habría notado de no ser por Él.
-Parece que el golpe te dejo algo callada - dijo con ironía.
-No fue el golpe, en realidad fuisteis tú.
Me miró con dulzura, achicando su ojos negros y dijo: - Que privilegio haber sido el motivo de su silencio, a pesar de haber causado su dolor, pero prefiero que pueda hablar, pues el silencio da oportunidad a pensar muchas cosas, y la verdad es que no sabré que piensa, dando pie a dudar si sus pensamientos hacia mí son buenos o malos.
Sus palabras me intrigaron mucho más, solo podía pensar ¿quién era Él?
Pero cuando estaba a punto de romper el silencioso, llegó nuestro mesero con todo el equipo que él había pedido, su hermosa libreta con encuadernado de cuero marrón y su hermoso lapicero, me hacían olvidar por un momento que el servía las mesas.
-¿Que desean Ordenar?
Había olvidado mirar el menú para ordenar algo, pero apenas baje mi mirada para observar su variedad, al verlo, mi rostro no pudo disimular mi ignorancia, era Italiano ¿que podía ordenar? Mi rostro palideció de vergüenza, aunque tratara de disimular aquel alboroto dentro de mi cabeza con una pequeña sonrisa sonrojada.
-Tranquila - me interrumpió - Yo ordenaré por ti.
Aunque quería interrumpir su tierna acción, y decirle que me dijera que pediría para estar segura de poder comerlo, nuevamente esa confianza inexplicable me invadió y calle.
Aún cuando había vivido tantas cosas en mi vida, nada podía compararse a aquel momento tan especial e inigualable.
- Ahora - interrumpió mi viaje mental - quiero saber de ti ¿quién eres? ¿Porque nos encontramos así?
Su pregunta era tan ilógica como intrigante, pensé": eh amigo fuisteis tú quien me golpeó en mi paseo matutino, y casi me dejas inconsciente" pero a la vez me preguntaba lo mismo ¿porque había ido a aquel lugar? Hasta antes del golpe pensé estar segura de saber la respuesta de esas preguntas, pero justo ahora algo dentro de mi, negaba esa realidad que aseguraba tener en mis manos.
Mi repuesta fue una mirada confundida, ¿quién es Él? Pues sin conocerme parecía saber más de mí que yo misma, ¿donde lo había visto antes? ¿Por que confío tanto en Él? ¿Que ocurre?
- No te angusties, tenemos toda la vida para salir de dudas, solo que soy un caballero, como me enseño mi Padre, así que dame el privilegio de oírte primero.
Pensé ¿toda la vida? pero el volvió a mirarme en busca de una respuesta, así que respondí: - Realmente de mí, no hallarás mucho que saber, no soy nadie interesante, no tengo grandes aspiraciones en la vida, tampoco soy adinerada, ni una científica secreta, esas vidas extravagantes para mi no existen, solo soy una transeúnte mas de la vida, sin grandes esperanzas.
- Afirmas no ser alguien importante, ni tener una vida extraordinaria, eres un corazón falto de esperanzas, sin nada altamente interesante, esto afirmas. - asintió con un gesto de desacuerdo. - ¿Estas segura? - achinando sus hermosos ojos sobre mí.
Asentí sin dudar, sentía que estaba segura de saber quien era, aunque aquel joven me hacia dudar cuando hablaba, lo veía tan seguro de mi error, que comenzaba a pensar que estaba errada, aun cuando el orgullo no me permitía reconocer que aquel joven tenia una claridad mas alta y amplia de la vida que yo.
- Pienso en desacuerdo a ti - Refuto - La vida en si misma, no se compone de lo que tenemos, si no de lo que verdaderamente somos. los hombres dan tanto valor a lo temporal, que pierden el verdadero objetivo de la vida, aseguran vivir sufriendo, abatidos y tristes, cuando todo es cuestión de óptica, la perspectiva con que veamos la vida será nuestro timón para nuestras acciones. El punto es que todavía no sabes quien eres, y vas por allí tratando de convencer al mundo de tu gran error, sin saber, que todo lo que necesitas, esta dentro de ti, esperando salir a la luz y mostrarte lo valiosa que eres.
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conoceras el verdadero amor., porque el amor jamas te dejara.
Editado: 08.10.2021