- Bueno...¿Qué te parece si nos conocemos un poco más, Sakiiro? - Preguntó aquel rubio, en lo que seguía caminando junto al mencionado.
- Sería buena idea, King. - Mencionó el de cabello violeta con una alegre sonrisa.
- Genial. Porque tengo algo que preguntarte y no quiero que te ofendas. - Mencionó el de orbes azules, mirando al contrario con una suave sonrisa.
- Vamos, pregúntame sin miedo. - Comentó Sakiiro, tratando de darle seguridad al joven.
- ¿Te has teñido el cabello?, Es demasiado raro ver a un chico de cabello violeta después de todo. - Preguntó y explicó el mismo, esperando una respuesta.
La pregunta del rubio le sorprendió, aunque le contestó con sinceridad.
- No, no me he teñido. Sé que es raro que tenga el cabello de ese color pero supongo que fue la genética. - Respondió, viendo sonriente a su reciente amigo.
Tal vez para los humanos era extraño, pero en el planeta Terra las cosas eran totalmente diferentes.
Les explico; digamos que en el planeta Terra, los terranos tienen el cabello de diferentes colores, toda una paleta de colores, lo mismo pasa con el color de ojos.
Allá, el color menos común que se encuentra de cabello o ojos es el negro, así como el castaño y rubio, si, es como al contrario de la tierra.
Ya que en la tierra, estos colores son totalmente comunes mientras que un violeta como el mio, no lo es.
Quitando ese hecho, sigamos.
- Entiendo, aunque no sé cómo es que puedes tener el cabello violeta y esos ojos color vino. ¿Son lentes de contacto? - Preguntó nuevamente el rubio, aún con la duda.
- No, mis ojos también son asi por naturaleza. - Respondió nuevamente, viendo a su reciénte amigo con una sonrisa.
- Es extraño. - Comentó el de orbes azules, quedando aún con la duda.
- Cambiando un poco el tema. ¿Qué es lo que te gusta hacer? - Preguntó esta vez Sakiiro, mirando con curiosidad al contrario.
- Pues, suelo salir con amigos, gastar 10 millones de dólares en cada salida.- Comentó con total confianza, siendo muy egocéntrico al decirlo.
- Además de que me gusta mucho ver películas de superhéroes y crear algunas cosas, aunque siempre salgan defectuosas. -
- Vaya, es algo curioso. - Dijo el de orbes vino.
- ¿Y tú? ¿Qué es lo que te gusta? - Preguntó con curiosidad el rubio.
- Pues, así como tú, me gusta hacer inventos y ver películas de superhéroes. - Comentó el de orbes vino, con una suave sonrisa pintada en sus labios.
- ¿En serio? , Espero seas fan de Marvel, yo lo soy. - Mencionó el rubio.
Los ojos color vino de aquel joven brillaron como si de un personaje de anime se tratara. - ¿¡En serio!? ¡Yo también lo soy! - Gritó emocionado, correspondiendo a los gustos de su amigo.
- Eso es increíble. ¿Ya has visto la nueva película de los vengadores? La de Avengers: Infinity war - Preguntó el rubio, con una sonrisa totalmente alegre.
Los ojos vino de aquel chico dejaron de brillar ante la pregunta de su compañero, bajando la mirada. - No, hasta ahora no la he visto y ya han pasado dos semanas desde su estreno, tal vez ya no este en cartelera. - Soltó un suspiro, totalmente arrepentido. - Soy una vergüenza para el maestro Stan Lee. -
Había olvidado mencionarlo, debido a mi gran desánimo por lo de Esmerald Kori, decidí dejar de ver películas de superhéroes, y eso significaba nunca ver Avengers: Infinity war. Tal vez es algo difícil de entender pero hombre, me sentía mal y cuando alguien está desanimado, hace y dice cosas sin pensar, desconociendo las consecuencias o el dolor que eso causará hacía su persona u otros.
El rubio le dió suaves palmadas al de cabello violeta en modo de consuelo.
- Calma, calma. Stan Lee debe estar muy orgulloso de ti, después de todo, has recreado un invento de su súper héroe favorito. - Explicó, consolando al de orbes vino. - Además, la película aún sigue en cartelera, yo la he visto pero me gustaría verla otra vez. - Mencionó, viendo a Sakiiro.
- Venga, vayamos al cine, yo te invito. -
Los ojos vino del joven volvieron a brillar con esperanza, dejando de agachar la cabeza. - ¿Seguro que aún esta en cartelera? - Preguntó, esperándo que la respuesta sea afirmativa.
- Sí, hombre, calma. - Dijo King, asegurando que la película aún estaba en cartelera.
- ¡Genial! - Gritó suavemente el chico de orbes vino, quedando muy emocionado. - Sé que nos conocimos hace unos momentos pero. ¿Creés que podemos ir? - Preguntó, con algo de nerviosismo.
- Oye, creo que no me escuchaste. - Dijo con despreocupación, solo sonriendo alegremente. - Claro que sí, vayamos, yo invito. -
- ¿Seguro?, Sinceramente no quisiera que gastes dinero en mí. - Mencionó el de Orbes vino, con cierta preocupación por ese hecho.
- Sakiiro, soy millonario. - Informó el rubio en lo que soltaba una suave risa. - Venga hombre, vamos. -
- Supongo que está bien, vamos. - Comentó el de cabello violeta, sacando su teléfono. - Le avisaré a mi madre, espero no te moleste. - Dijo, en lo que llamaba a su madre.
- Claro, no te preocupes. - Mencionó el rubio, volviendo a caminar.
Sakiiro le siguió, esperando que su madre contestará. - Vamos, contesta. -
- Hola, Sakii. ¿Qué sucedió? - Preguntó Violeta directamente con el celular en una de sus manos, mientras que con la otra cocinaba.
- Hola, mamá. Solo quería avisarte que voy a llegar tarde, voy a estar con un amigo e iremos al cine. No te molesta, ¿Verdad? - Preguntó con nerviosismo, en lo que pensaba:
- ( Creo que esta es la primera vez que le pregunto algo así. ) -
- Claro, Sakii. Mientras llegues temprano y sin haber tenido ningún problema, está bien para mí. - Respondió la mayor.
- Genial. - Susurró suavemente, en lo que seguía hablando por teléfono.
- Muchas gracias, mamá. -
- No te preocupes, cariño, diviértete. - Dijo Violeta, colgando la llamada.
- ¿Y bueno? - Preguntó King, como si no hubiera escuchado nada.