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Me sentía incómodo al respecto, pensar que este grupo de personas que conocí hace solo dos días ya se estaban instalando en mi vida para largo plazo me descolocaba. Aun asi supongo que todo fue mi culpa por haberme acercado esa noche a ese tacho de basura, y ahora tenía que pagar las consecuencias de mi curiosidad.

A lo largo de las dos horas de clase estuve un poco confundido al aprender conceptos de gramática de una joven profesora ingeniera en astronomía, biotecnología y quien sabe que otras cosas más. Pero dejando ese hecho de lado la verdad que fue una buena clase, a pesar de lo molesto que podían llegar a ser por momentos Emma y Lucas todavía mantenía mis ganas de aprender y disfrutar de mi nueva vida universitaria.

Diferente a la secundaria aquí no había un timbre que indicaba el recreo y el cambio de materia, las clases tenían un horario determinado pero los profesores podían decidir si debía extenderse o terminar antes.

Unos diez minutos antes del horario establecido la profesora Dana decidió terminar la clase y se despidió de sus alumnos, yo guarde mi carpeta con algunos apuntes y lápices en la mochila al igual que Juan, quien parecía ser el único de los tres que si tomó apuntes o prestó atención.

-¿Sabes cuál es la clase que sigue ahora? –se acercó ese chico a mí. Sin duda él parecía alguien muy introvertido aunque se soltaba un poco más con Emma y Lucas, imaginó que ahora conmigo también ya que me volví un Portador de Tecnología Oracle como ellos.

Pensé un segundo la respuesta –No estoy seguro pero creo que era semiótica, igual nos podemos fijar en la tabla de horarios subida en la página web nomas.

-Pensando a largo plazo me parece que será algo agotador tener que salir de una clase para entrar inmediatamente a la otra, en especial tomando en cuenta que algunas materias ocupan hasta tres horas.

-Tampoco creo que los profesores vayan a ser tan puntuales –comente casualmente para mirar a esa supuesta profesora de cabello celeste quien me entregó una sonrisa cuando se percató de que la estaba viendo –Esta clase en teoría acababa a las 10 am y a esa hora comienza la siguiente, pero salimos 10 minutos antes. Ya es algo.

-Disculpen par de distraídos –interrumpió Emma metiéndose en la conversación –Por si no lo notaron creo que la Dra. Dana nos está llamando.

Volví a girar mi cabeza hacia ella y esta vez estaba haciendo un gesto con su mano para que nos acercáramos, me pareció un poco molesto eso pero de todas formas obedecí junto a los demás.

-Fue una excelente primera clase profesora –tiró ese alago el alto joven de cabello rubio oscuro.

La supuesta profesora se acomodó los lentes a la par que intentaba guardar unos gordos libros en su bolso negro –Gracias Lucas, espero haberle dejado una buena impresión a mis alumnos. Pero en realidad los hable por todo tema.

-¿Tiene que ver con O C C I? – quiso saber Emma susurrando esa pregunta después de quedar seguro que todos los demás estudiantes ya habían dejado el salón de clase.

-Asi es- comenzó a susurrar la adulta de igual forma que la chica –Principalmente me dieron este trabajo para supervisarlos a ustedes, pero ahora debo decirles que cuando acaben sus clases de hoy deben ir a las instalaciones –la científica dejó de mirarnos en general para concentrarse en mi –Hoy iniciara tu entrenamiento Mateo, debemos explicarte un par de cosas.

-¿Y dónde quedan las instalaciones?

Dana soltó una carcajada, similar a un madre a la que le dio gracia algo que hizo su hijo bebe –No creas que sabrás esa información al corto plazo, todavía eres un novato.

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En teoría al haberme vuelto un androide hecho con tecnología alienígena como tal mi cuerpo no cumplía necesidades básicas como respirar o parpadear, de todas formas por costumbre mi cerebro todavía le ordenaba al cuerpo realizar esas acciones.

Por ese motivo cuando mis ojos se abrieron después de haber estado inconsciente quien sabe cuánto tiempo lo primero que hice fue tomar grandes bocanadas de aire, intente llevar mis manos al rostro y fue allí que me percaté de que los brazos estaban apoyados en los apoyabrazos de una silla pero con las muñecas atadas.

Mis ojos se movieron de arriba abajo y de derecha a izquierda <Lo último que recuerdo fue estar saliendo de la última clase del día a las 14:00 pm, después de eso todos mis recuerdos se vuelven negro hasta despertarme ahora> el problema es que por lo que veían mis ojos ya no me encontraba en la universidad o en mi casa.

La silla a la cual mi cuerpo estaba atado, otra vez, se encontraba en una habitación esterilizada con la mitad inferior de las paredes cubiertas de baldosas blancas como alguna especie de hospital o manicomio y la mitad superior de un color agua.

Pero lo que más me hacía temblar y desesperar era el hecho de que gruesos cables negros estaban conectados a mis brazos, eran un total de doce divididos seis en cada uno.

-¿Ven? Les dije que era necesario hacer eso porque iba a reaccionar asi –escuchar la voz de Emma provocó que me relajara un poco pero tampoco demasiado. Ella estaba de pie en frente de mí y a su lado estaba Lucas.

-Solo lo dices porque a ti te paso lo mismo –agregó Juan con una risa. Él se encontraba un poco más lejos de mí, ocultando su cabeza detrás del monitor de una computadora cuyo CPU tenia conectado el otro extremo de los cables unidos a mi cuerpo.

-¡¿PERO QUE ES ESTO?! –fue lo primero que salió de mi boca.

-Obvio, como no puedes conocer la ubicación de estas instalaciones cuando salimos de clases te noqueamos para traerte –habló casualmente la chica de rizos que llegaban hasta su pecho. Me preocupaba la normalidad con la que hablaba, no quería saber por lo que tuvo que pasar para que esta sea su normalidad.

-No me gusta estarme acostumbrado a despertar inconsciente en lugares que no conozco –me incomodaba que ya era como la tercera vez que algo asi sucedía en tan solo tres días, espero que dejara de pasar pronto -¡¿Y que son estos cables?! –agregue otra pregunta más intentando moverse y romper los cinturones de cuero que retenían mis brazos y piernas.