-Urrutia, soy yo. Pablo.
Sostengo el teléfono con la mano izquierda. Debo haberme roto una costilla porque cuando levanto la derecha siento un dolor punzante en la zona.
-Pibe. Estas vivo.-su voz sigue siendo rasposa pero no está tan apática como siempre, parece preocupado.
-Casi. Algo magullado nomás.
-Tendrías que haberme hecho caso. Ahora la cosa está más complicada.
-¿Qué pasó?
-La policía te está buscando. Un informante anónimo llamó diciendo que vos eras el asesino de la piba. Dio detalles muy concretos.
Aldana. Seguro fue ella. Como la descubrí quiere sacarme del medio. Aún no estoy del todo seguro si puedo confiar en Urrutia así que prefiero no decirle lo que se.
-En el caso que cayera en cana, ¿qué pasaría con el caso?
-Olvidate del caso nene. Ahora tenes que preocuparte por vos.
-Dígame, ¿qué pasaría con el seguro?
-Te sacarían del caso. Yo propondría reanudar la investigación, pero seguramente la cerrarían ahí y se pagaría al beneficiario. Si la investigación cuesta más que la cobertura ya no es negocio.
-Eso es lo que quieren hacer. Están demorando la investigación para cobrar.
-¿Quienes?¿Qué averiguaste?
-Todavía no le puedo decir, estoy investigando.
-No te hagas el Jumpy Bogar, boludo. Dejame ayudarte.
Tardé un momento, pero me di cuenta que se refería a Humphrey Bogart. Casi me dio gracia.
-Si quiere ayudarme, dígame, ¿quién le pidió que la investigación la hiciera yo?
-Un boga. Un tal Ramirez. Dijo que te conocía de otro caso.
-¿Se acuerda de él de otro caso?
-No, pero yo habló con mucha gente. No sos mi único investigador. ¿Vos no te acordas de él?
-No. Estoy seguro. -respondí rápidamente. Había pasado la última hora pensando cómo habían dado conmigo. El encuentro con la pendeja en el bar no había sido casual. Estaba marcado.
-Tengo dos preguntas más y ya lo dejo tranquilo. ¿Qué sabe del boliche Kaos en Mar del Plata?
-Nunca fui, pero lo conozco por su reputación. Es un tugurio. No te metas ahí.
-Es el lugar donde trabajaba Sergio. Ya estuve.
-Hay sospechas que es una tapadera del narcotráfico. Es gente jodida. Si al flaco lo mataron, seguro tiene que ver con lo que hacía ahí.
Sus palabras se sincronizan con el momento justo en que llego a la cuadra de enfrente del boliche. Vine caminando despacio, porque me dolía la pierna, mientras hablaba con él.
-Entiendo. Y una pregunta más. ¿Tiene algo que ver con todo esto?
-¿Con qué?¿A qué te referis?
-Este caso es una estafa. Hay mucha gente metida. Solamente quiero saber en quien puedo confiar. Necesito que me diga si tiene algo que ver en este embrollo.
-Haces bien en desconfiar, te enseñé bien, pero te garanto que no tengo nada que ver. Podes confiar en mí.
-Entonces le voy a pedir un favor.
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Editado: 13.01.2020