¡Mi cabeza duele, los rayos del sol entran por mi pequeña ventana, reviso mi reloj 7:40,- Dios!! Es demasiado tarde- salgo corriendo de la cama al baño.
Mientras tomó mi ducha lo más rápido que pueda, mi cabeza comienza a tener un zumbido de dolor,-Haaa -comienzo a gritar.
Imágenes borrosas de la noche anterior comienzan a aparecer, yo gritando una persona acercándose a mí con su mano tapando mis gritos, una fría corriente comienza a invadir mi cuerpo, lo último que vi fue su ojo rojo, y caí al suelo.
Trato de agarrarme de algún lado para no caer, tomo mucho aire y fuerzas para poder terminar de enguatarse mi cuerpo.
Tomo la bata y me la pongo, me agarro de donde puedo y llegar hasta mi cama, trato de sentarme. Caigo en la cama, y todo se vuelve borroso y oscuro.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que caí en mi cama, tomó mi cabeza con mi mano y comienzo a más masajear mientas poco a poco hablo los ojos.
Mi campo de visón es un poco más borroso y la luz me lastima, me incorporo datándome de parar cuan solo veo.
Un chico, de piel muy blanca casi pálida su cabello es de un café muy claro, lleva solo puesto un pantalón de tela blanca un poco desgarrado, está muy delgado sus costillas casi se marcan, su respiración está muy ajustada por cómo sus hombros suben y bajan; se encuentra recargado por un librero qué hay en mi habitación, con la vista perdida.
Cuando comienzo a tratar de levantarme de mi cama él levanta su mirada, sus ojos encuentran los míos-Dios- susurre al verlo, tiene ojeras por debajo de los ojos, un pequeño golpe en su mejilla, pero lo más sorprendente son sus ojos.
Es como si vieras atreves del dos mundos diferentes, del lado derecho tenía un color rojo, debajo de él sobresale una cicatriz; y del ojo izquierdo un negro muy fuerte que se apodera de su pupila, es excitante y raro.
En esta situación el miedo ya habría invadido cada parte de mi ser, pero no fue así, en cambio la curiosidad comenzó a crecer.
Él continuó mirándome mientras yo me levantaba y me trataba de acercar a él.
-¿Quién eres tú?-susurre mientras trataba de acercarme.
No recibí respuesta alguna del chico misterioso.
Me acercó más a él no dejo de pensar que aún sigo durmiendo, no deja de mirar cada paso o movimiento que hago, cuanto más cerca estoy de él mi piel se eriza.
Cuando estoy a un paso de él, levanto mi mano para tratar de tocar su cara, cuando estoy a unos centímetros de poder tocarlo, detiene mi mano.
-No- habla en un tono tanto ronco como molesto.
Su agarre es tan cálido que mi una corriente de electricidad corre por mi cuerpo. Nos estamos mirando fijo, cuando su agarre se vuelve muy fuerte que comienza a doler.
Él lo nota por mi expresión y suelta mi muñeca deprisa, Ahora no creo estar dormida, pienso.
-¿Quién eres tú?- le vuelvo a preguntar mientras masajeo mi muñeca, la cual duele un poco.
Pero no recibo respuesta.
Me estaba empezando a estresar y asustar, el no saber nada de él y que no contestara es un tanto aterrados y más porque no es una persona común.
-¿Sabes que no puedes estar aquí no?-hable, él no despega su mirada de mí -Tendré que llamar a alguien- se comenzó a poner más tenso y nervioso.
-No- contesto su voz es un tanto fría con un tono ronco, causó un escalofrío en todo mi cuerpo.
-¿No sé quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes?- traté de calmar mi miedo.
Pero no volví a recibir respuesta, no sabrá hablar pensé, pero si entiende lo que digo, o solo no cree necesario hacerlo, traté de buscar respuestas.
Estaba comenzando a desesperarme, solo nos mirábamos, como los desconocidos que éramos, su mirada es muy penetrante y pesada como si pudiera ver cada parte de tu ser.
Duramos así unos minutos que parecieron horas, hasta que se escuchó un golpe en la puerta, eso lo alerta, mientras yo me giro para ir a la puerta y revisar quien es.
A la persona que encuentro es a Malí, lleva puesta el uniforme de Inmsonio está impecable, en la mano derecha lleva un pequeño maletín.
-Hola- saluda
-Hola- respondí y la invito a pasar
-¿Cómo te encuentras? Supe que avisaste que te sentías un poco mal y he venido-
Me quede quieta, porque no recordaba haber avisado a Inmsonia que me sentía mal, ¿habrá sido él?, rápido descarte la posibilidad.
-Ya estoy mejor solo que me molesta un poco el dolor de cabeza.
-No te preocupes he traído esto- señala su maletín y comienza a sacar de él varios sueros y una inyección-Son vitaminas que nos inyectan cuando nos sentimos mal- explica al ver mi cara de confusión.
-¿Puedo saber que es lo que me inyectarás?-
-Sí, es un poco de vitamina A, C, D, E,B2,B6 mezclada con otras sustancias que mejoraran tu sistema.
Descubrir mi brazo, para que me inyectara, pero cuando estaba a punto de hacerlo apareció él y la noqueo de un golpe.
Me quede erizada al ver a Mali como caía al suelo, el como azotaba contra el frío piso de mi pequeño departamento, me quede paralizada en esos momentos, él solo la miraba con enojo y coraje el cual se refleja en como la mira.
Cuando lo mire directo a sus enigmáticos ojos salí de mi trance, me agache para ayudarla y revisar que estuviera bien, el miedo se apoderó de todo mi ser, trate de mover a Mali, pero no respondía se encontraba desmayada.-Mali, Mali- le hablaba desesperada-. Una fina línea de sangre salió de su nariz, producto del golpe.
Editado: 03.10.2021