Inseparables

Arquimides un padre de otro mundo

CAPITULO 10  

(al día siguiente 06:00 am.)

Arquimides: hola hija ¿cómo estás?

Hilary: bien padre y ¿usted?

Arquimides: pues aquí respirando por no dejar (en sonrisas)

Matea: hija ve a bañarte, el desayuno ya está (sirviendo el chocolate)

Hilary: voy madre (dando gritos)

Arquimides: uff… este café esta igual que la que lo preparó (colocando el pocillo en la cocina)

Matea: ¿y como está el café? (con la mano en la cadera)

Arquimides: fuerte mujer, muy fuerte y caliente (afincando la voz)

Matea: calle esa boca, no habla nada que sirva (agria)

Arquimides: bueno ya me voy, hija que el Dios del cielo te acompañe hoy en tus clases, adiós mujer (besos en la mejilla)

Matea: olvido su desayuno

Arquimides ¡caramba! (regresando de golpe)

Matea: ¡hombre al fin!

(Arquimides sale a su trabajo y matea se queda sola con hilary en casa)

Hilary: madre ¿se acabó el suero? (revisando el pote)

Matea: si hija, (regresando del patio) espero que me siga en todo lo que le digo, la quiero lejos de ese joven, muy lejos y feliz.

Hilary: si madre (desanimada, revolcando el pan en los huevos tibios)

Matea: ahora no, pero después lo agradecerás, una mujer como tú no puede triunfar al lado de un holgazán

Hilary: ¡madre! Ya está bueno de tratarlo así (dejando caer la cuchara en el plato)

Matea: calle hija, es mejor que escuche y aprenda, que una boca tiene y dos oídos son y es para escuchar dos veces más de las que se habla. Tantos problemas nos evitáramos si esto fuese enseñado en casa; ese chico no le conviene mi viejo corazón de madre está hablando hija (en tono manipulador) ¿lo vas a ignorar? (apretándole ambas manos a Hilary)

Hilary: ¡no madre!  Pero como hago si por casualidades de la vida me lo encuentro, no que yo quiera, pero ya sabe la vida y sus designios

Matea: entonces le dejaras claro con tus propias palabras y acciones que ya no quieres hablar ni saber más nada de él ni de su vida, créeme eso funciona con los de su clase, el rechazo los persigue y les golpea su espíritu

Hilary: ya debo alistarme para ir a la clase mamá (aburrida)

Matea: ok hija, no olvides lo que te habló mi corazón de madre (en tono secreto)

Hilary: bueno madre (envuelta en una tristeza devastadora toma asiento en su cama para esperar el trasporte)

08:30 am.

(Hilary en la clase no puede concentrar su atención como normalmente solía suceder, lo cual fue rápidamente detectado por el profesor, que no dudó un segundo en abordarla en el receso para hablar con ella)

09:00 am.

(finalizado el descanso siguieron las clases, Hilary sintiéndose un poco mejor después de haber conversado con el docente retomo su proceso académico en las aulas)

Alex: ¿Hilary, después de clases podemos hablar?

Hilary: hola Alex, la verdad no lo creo, el transporte sabe la hora exacta en la que termina mi jornada (afinando las cuerdas de la guitarra)

Alex: no será mucho tiempo (en tono intimo)

Hilary: podría ser otro día, yo sé porque lo digo

Alex: prometo no demorar mucho (recordando lo que le dijo su padre)

Hilary: y que podría ser eso que no da espera (extrañada)

Alex: a la salida lo sabrás, ahí viene el profesor (acomodando su silla)

Hilary: bueno




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