Emma.
Nunca había visto esa mirada en el rostro de mi padre. Lucía derrotado, verdaderamente decepcionado y un tanto molesto. Todo se mezclaba en su rostro, dejando ver una persona que desconocía frente a mis ojos.
Por primera vez en todos los años que llevaba en este mundo, lo había visto flaquear, observando con miedo y sorpresa las facciones enfurecidas de mi hermano mayor. Era de esperarse porque Edward de no ser por la furia y la fiereza corriendo por su sistema, también estaría demasiado sorprendido de sí mismo. Su serenidad se fue a la mierda junto con su autocontrol, al tiempo que lo había remplazado una dosis completa de rabia e ira.
Había temido toda mi vida un momento como este, y jamás pensé que fuese yo la que en parte lo causara. Elijah era una bomba de tiempo a punto de estallar y cada persona en nuestro círculo social lo sabía. Si algo no le gustaba o se metían con él, tenía dos formas de solucionarlo, respondiendo ágilmente por medio de palabras o poniendo su puño en cada parte del cuerpo de su contraparte hasta que pidiera perdón. Por lo general siempre era la primera.
Pero con Ed, siempre se iba a la segura, la lógica y la estrategia regían su vida, su mundo envuelto en paciencia y determinación. Por lo general no daba un paso dejándose guiar por un torrente de emociones como Elijah o incluso yo. Pero ahora, el hermano que durante toda mi vida había conocido se había ido, siendo reemplazado por el hombre que ahora mismo tenía a su padre en sus manos con ganas de golpearlo.
Sabía que esto iba más allá de cualquier movimiento que papá había hecho en mi dirección o en la de cualquiera de nosotros, no, esto no era por nada como eso. Era por la falta de control que había tenido sobre ello. Se sentía vacío, inútil y la mirada en sus ojos que ahora transmitían fuego me lo decía, él estaba más que enojado con papá, estaba furioso y lleno de impotencia por no haber hecho nada al respecto, por no enterarse en cinco meses de lo que estaba pasando. Sus ojos dejaron los de nuestro padre y pasaron al grupo tras de mí sin detener su mirada en Elijah o en mi.
— Fuera. Todos —los muchachos ni siquiera se quejaron, el entrenador incluso les pidió que colaborarán por no ser esto su asunto. Todos salieron del lugar a pasos rápidos a medida que mi hermano, el calmado de la familia, esperaba a que lo hicieran. Nicholas se quedó inmóvil a mí lado sosteniéndome, sin el mínimo ápice de duda en su cuerpo. —Dije todos, Emma. Tú estás incluida —su voz fue dura y sabía que luego de que terminara con papá, seguía yo. Sus ojos no me observaron, se posaron en Elijah en su lugar, cuya sonrisa desapareció mientras sacudía la cabeza, sus ojos brillando con comprensión mientras miraba a Ed.
— Alguien tiene que evitar que lo mates, Ed. —mis dos hermanos se miraron con rudeza buscando la forma de que uno de los dos cediera. —Emma, fuera. Tú también grandulón. —los ojos de mí hermano ni siquiera dudaron en dirección a Ed.
—Yo no saldré de aquí —sentencié. Mi voz salió de mi boca rápidamente plenamente consciente de que no me iban a excluir de loque se venía—. Tendrán que sacarme a rastas para que eso suceda, tengo igual o más derecho que ustedes para quedarme así que si no les gusta lo siento mucho, pero me quedo —exclamé con determinación.
Ambos me miraron con sorpresa ante mi respuesta. Bien. Había ganado...esta vez.
Ed apartó su mirada de mí dirigiéndose a Nicholas y sabía que esto no estaba en la negociación, para mis hermanos esto era un asunto de familia y no iban a ceder, ni siquiera por mí, demasiado hacían dejándome quedar, sobre todo, porque, aunque ellos no lo admitieran, tampoco querían un escándalo en sus cabezas, y la mirada en sus ojos me decía, que ellos no confiaban en Nick.
—Nicholas. —A mí lado, Nick se tensó sabiendo lo que estaba a punto de decirle, aunque lo quería aquí junto a mí, también necesitaba hacer esto por mí cuenta. Sus ojos vacilaron de la escena frente a él para pasar a los míos, pidiéndome con ellos que no pronunciara las palabras—. Por favor.
Sacudió la cabeza mientras ahuecaba mis manos en su rostro. El gruñido de Ed llegó a mis oídos acompañado de la risa de Elijah. Lidiaría con eso más tarde.
—Tengo que hacer esto por mí cuenta, y sé que tú estarás esperando por mí sin importar lo que suceda.
Dejé un suave beso en sus labios escuchando el jadeo de mi padre por mí osadía frente a él.
—Estará bien, Stevens —la voz de Elijah no inmutó a Nicholas—. Es mi hermana, no dejaré que nada le suceda mientras la estoy cuidando.
A regañadientes Nick tomó mi rostro en sus manos y poniendo un beso en mi frente se dio la vuelta y salió. Un suspiro de alivio salió de la boca de papá. Sabía que más que a mis hermanos, le tenía miedo a lo que Nick podía llegar a hacerle, al final del día, mañana tendría un ojo morado principalmente por él.
— Ya hablaremos tú y yo, Emma —masculló Ed con fuerza mientras sus manos dejaban la chaqueta del traje de papá y lo dejaba en el suelo, sus ojos aún furiosos pasando de mí a él. —Comienza.
— Eres un desagradecido, todo lo que he hecho por ti y así me pagas. Todos ustedes —bramó al final mirándonos a los tres. Mi cuerpo buscó refugio en los brazos de Elijah al verlo detenerse en mi.
—No me quedé para escuchar tus lamentos de cómo tus hijos son una desgracia para ti, papá. ¿Sabes cómo se llama eso? —Elijah sonrió y dando un paso hacia él se detuvo a escasos centímetros de su cuerpo—. Usa condón.
Papá levantó su mano a punto de golpearlo cuando mi hermano aprovechó la oportunidad y lo golpeó en el mismo lugar que Nicholas, esta vez, de alguna manera el hombre manteniendo el equilibrio y quedándose en pie.
—El punto es, qué tú tienes que darnos muchas explicaciones a Edward y a mí por hacer lo que hiciste con Emma, a menos claro está, qué desees que lo resolvamos sin tanta palabrería. Dios sabe que siempre amo un buen par de puños en el aire. —Sonrió con suficiencia—. Y sabes que Ed también.
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Editado: 02.04.2024