Prólogo

PRÓLOGO

128, FELSENINSEL.

-¿Qué vamos a hacer, Deisor?

-Paciencia señora Murdor -Exclamó el hombre poniendo su mano en el hombro de la mujer.-Por ahora la prioridad es buscar nuevos guerreros.

-¿Cómo vamos a hacerlo?-preguntó estresada la mujer-¿La guerra sigue en pie?

Deisor asintió cansado, paseándose entre los cuerpos heridos de los guerreros. La señora Murdor le siguió parándose a comprobar el estado de algunos de ellos.

-No lo sé señora Murdor. -Deisor se giró de cara a la mujer-Pero por ahora hay que preocuparse de los heridos.

Se inclinó delante de un muchacho con una herida a lo largo de la pierna. Pasó la mano por encima de ella mientras unas hebras de magia azules se deslizaban de entre sus dedos a la pierna del herido haciendo que se curara.

-Pero habría que entrenar un nuevo ejército-murmuró la mujer.

Deisor se giró hacia ella.

-¡Eso es señora Murdor!-Exclamó Deisor-¡Una escuela!

La mujer asintió de acuerdo.

-Reúne al consejo- ordenó Deisor -Ya tenemos solución.