Itzitery (borrador)

Capítulo veintisiete: No es posible

 

Emily

 

La alarma de mi reloj comenzó a sonar sin cesar y nos separamos lentamente, ya pronto serían las tres de la mañana y estábamos demasiado lejos. Miré sus hermosos ojos con una pequeña sonrisa en mi rostro, no quería irme, no quería que todo esto terminara y mucho menos cuando ni siquiera había comenzado.

 

Él sabía muchas más cosas de las que salían de sus labios y por eso me daba miedo de que las cosas cambiaran muy rápido, no estaba lista para morir y por lo que él me había dicho eso podría suceder cuando me encomiende en la búsqueda de la libertad.

 

—Tengo que irme… debo irme y debo encontrar la manera correcta de aceptar lo que soy —Tomo su rostro entre mis manos, sus ojos estaban clavados en los míos y no podía dejar de observarlos—. Todo estará bien, lo sé… tú me los has dicho, me has dado la oportunidad de aceptar todo esto, créeme volveré —Lo suelto con cuidado.

 

—Emily, por favor… no tienes que ir allí. Quédate aquí, estarás bien… yo te cuidare —Dijo con una sonrisa débil en su rostro. No quería dejarme ir, pero tenía que hacerlo… debía irme de aquí—. No, Emily.

 

—Tengo que ir, es por el bien común… sé que allí debo estar, tengo que acepar toda esta locura tal y como es —Lo miro a los ojos y me separo lentamente para comenzar a caminar.

 

—No…

 

Sonrío levemente y continuo caminando sin mirar hacia atrás en ningún momento, sabía que si me daba la vuelta ya no habría vuelta atrás, sabía que él no me dejaría ir. Él jamás me dejaría ir, jamás y por eso me daba miedo girar, no podía hacerlo.

 

Fruncí el ceño al sentir como mi corazón se caía en mil pedazos directamente al suelo, continúe caminando lentamente hasta que ya no lo soporte más y me di la vuelta, lágrimas caían de mis ojos y comencé a correr hacia él.

 

—Quiero quedarme contigo, no me quiero ir… —Susurro mirando sus ojos al llegar a él.

 

—Tienes que ir… debes ir —Dijo él con el ceño fruncido, sabía que había cosas que no me había contado.

 

—Yo… no, no quiero dejarte —Niego rotundamente.

 

—Debes correr, debes irte. ¡Ahora! —Al oír como me grita asiento separándome de él.

 

Sinceramente ya no sabía que hacer, pero debía aceptar que tenía que hacer aquello. No hay manera de no hacer las cosas bien, si hacía una tontería no podría volver a ver a mis seres queridos. Sabía que estaba sola, sabía que mis seres queridos ya no me querían a su lado, pero aún así no podía negar que yo lo querré hasta el final.

 




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