Viendo José que el niño crecía en edad y en inteligencia, y no queriendo que permaneciera iletrado, lo llevó a un maestro.
Yendo JC a clase, el maestro procuró enseñarle el alfabeto, quien viéndolo le dijo:
Tú, que no conoces la naturaleza del Alpha, ¿cómo quieres enseñarme la Beta? Luego se puso a discutir con el maestro sobre las primeras letras y éste no pudo contestarle.
Cuando el maestro oyó al niño exponerse así, quedó perplejo y le pidió a José que se lo llevara.
En otra ocasión, un maestro escuchó hablar a JC y quedó fascinado por su inteligencia. Buscó a José para pedirle que lo llevara a su escuela, pero el primer día cuando intentaba enseñarle las letras, se vio enfrentado con el niño en una discusión. El maestro muy irritado le pegó en la cabeza a JC, quien lo maldijo y cayó exánime al suelo.
Un tiempo más tarde, un pariente de José le dijo que le llevara el niño a su escuela, que trataría de enseñarle por la dulzura.
Entrando a la escuela y viendo sobre un pupitre un libro, JC lo tomó y comenzó a describirlo por inspiración. Juntándose una gran multitud a escucharlo, se admiraban de que un niño como él se expresase de tal manera.
Temiendo José por la salud del maestro, fue a buscarlo y éste le dijo:
JC complacido con lo que escuchaba le dijo:
Puesto que has dado un buen testimonio, será por tu causa curado quien fue herido, curando así al maestro anterior.
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Editado: 19.02.2020