Sebastián se había preparado para pasar un fin de semana de descanso y relax, sus días últimamente habían estado atareados por motivo de las elecciones escolares y no quería saber nada de debates, discursos ni de cosas que tuvieran que ver con el colegio, ese sábado dormiría a pierna suelta hasta que su estomago protestara por comida y eso iba a ser posible si el estúpido que estaba tocando la puerta de su casa se iba de una vez por todos, pero esto no paso, el que llamaba insistía fuertemente, Sebastián no lo soporto mas y decidió ir a ver quien era el que perturbaba su sueño, aun somnoliento abrió la puerta y oh sorpresa, Adriana entro como una tromba sin detenerse a mirarlo siquiera
Le hizo caso sin muchos ánimos de discutir, la situación con Adriana cada vez se esta tornando mas difícil, ella no aceptaba un no como respuesta y el ya no sabia como actuar con ella sin ser grosero, se tiro a la cama tratando de dormir y olvidarse de el problema que tenia en la cocina pero esto fue físicamente imposible, el ruido que ella hacia era infernal, con el ruido de las ollas podía despertar a un batallón, trato de mitigar el ruido con la almohada pero nada amortiguarlo, finalmente se levanto enojado, llego a la cocina donde Adriana tenia un desorden épico, por lo que alcanzo a ver había utilizado todos y cada uno de los utensilios de cocina que tenia Sebastián, si no hubiese sido por la ira que el llevaba, la escena podía ser hasta cómica
Sebastián la tomo por el brazo y la arrastro hasta la puerta de salida
Adriana golpeo la puerta muy fuerte con los puños con los pies, grito a todo pulmón pero él no le volvió a abrir, ella se retiro totalmente afectada y jurando vengarse por la humillación.
Lo mismo iba pensando Karla con respecto a Diego, el día anterior el muy imbécil se había atrevido a besarla y para colmo se había burlado diciéndole que había sido una broma como si ella fuera alguien de quien burlarse, nunca antes se había sentido tan humillada, tenia que aclarar esto de una vez la ultima palabra en todo tenia que darla ella y esta situación no iba a ser la excepción. Llego a su casa y toco la puerta, el objeto de sus pensamientos abrió casi que de inmediato
Diego la beso nuevamente y Karla no pudo resistirse, sus labios eran exigentes como si le urgiera besarla, ella solo se dejaba llevar era como arcilla en su manos y por dentro su cuerpo era lava ardiente, quería que la siguiera besando eternamente, pero justo en ese momento él se alejó de ella
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Editado: 13.08.2020