Hola!!! Espero que tengan linda semana aaaa les dejo el capitulo de hoy 😘😘😘
La espera dentro de la sala de emergencia se estaba haciendo eterna. Recostada sobre el mármol blanco y una silla, que estaba matando mi espalda, mi angustia y la presión en mi pecho se iban incrementando con el paso del tiempo. No tener noticias desde que ingresamos me estaba matando.
— Ten — Emi me entregó un vaso con café, le sonreí en respuesta — Ey, tranquila saldrá todo bien — trató de consolarme, pero ambas sabíamos que eso era casi imposible, así que solo me tomó de las manos.
— ¿Sabes algo al respecto? — indagué hacia Matt que estaba de pie a mi lado. Su altura se hacía muy imponente desde la silla cosa que me obligaba a elevar la cabeza.
— Claro que sabe, él siempre tiene algo que ver — farfulló James frente a nosotros. Sus ojos azules, fijos en Matt, destacan bastante en contraste con lo blanco de las paredes y se intensificaban por el azul de su playera.
El nombrado solo mantuvo silencio a lo que James, suspiró y desvió la mirada demostrando que tenía razón en lo que decía.
— No es el momento Jimmy — se burló este. Ese apodo le quedará para toda la vida. Nat había usado aquel momento para llamarlo y correr a sus brazos. Suspiré ante aquel recuerdo de ellos juntos.
Por extraño que parezca, me había dolido eso. Me sentí muy fuera de lugar, vacía. Anhelaba algo que no podía tener. Pero allí estaba Matt para tomarme de la mano y atraerme a su lado mientras evitaba que me derrumbara cuando subían a mi hermano a la ambulancia.
Creo que fue lo peor de ver. Él, sobre la camilla, envuelto en sangre y con un torniquete en su brazo. Si bien estaba consciente, el sentimiento de que quizás era la última vez que lo vería me comía por dentro. Me daba miedo perderlo. Si eso pasaba, ya no tendría fuerzas para levantarme, no tendría sentido seguir viviendo si él ya no estaba. Perder a Laura me obligó a atesorar cada momento que pasaba al lado de Lucas. Él lo es todo para mí.
— Ahora regreso — solté de prisa sintiendo que se me cerraba la garganta y me costaba respirar. Me detuve un segundo antes de llegar a la salida, tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. El aire parecía insuficiente cuando pasaba por mis fosas nasales, mis pulmones necesitaban más y no era capaz de hacer que mi cerebro envíe la información.
El temblor de mis piernas me obligó a sostenerme sobre la pared del hospital. Nuevamente la ansiedad se estaba haciendo dueño de mi cuerpo. Cerré los ojos esperando calmarme, pero recordar la imagen de Laura sobre el suelo y a Lucas en la misma situación, me trajo miedo a mí. No quiero perderlo, no quiero que la vida sea tan injusta y me haga pagar ese maldito precio de nuevo. Sentí mis ojos aguarse. El hormigueo en las manos y en el pecho me mataba.
— ¿Es horrible el ataque de pánico verdad? — una voz cerca de mí, me obligó a prestar atención. Al fijarme quien era el remitente pareció congelarse el tiempo.
— ¿Otra vez tú? — sentí mi boca pastosa, seca.
— Supongo que ya supiste que siempre obtengo lo que quiero — se puso a mí lado lo cual me asustó.
— Por favor, Tyler, no lo mates. Es lo único que me queda…— dije en un suspiro que era una súplica.
— ¿Matarlo? No, claro que no. No podría arrebatarte al último hermano que te queda, no soy tan cruel — se tomó la molestia de correr un mechón de cabello que estaba sobre mi rostro — Pero supongo que, con hostigarlo, sería más que suficiente.
— ¿Si vuelvo a las calles, lo dejarás en paz? — sabía que eso era lo que quería y yo sería capaz de cruzar el infierno ida y vuelta por mi hermano.
— Sí ganas, lo dejaré por un tiempo — sonrió con malicia. No sabía lo que estaba haciendo, pero haría lo que fuera con tal de no perder aquello que me une a la Tierra — Sino, ambos sabemos quién pagará el precio y además, no quiero que papi te castigue.
— Lo haré — suspiré y me tembló el cuerpo. Otra vez la adrenalina corría por mis venas, eso que antes me mantenía “libre” ahora me encierra y me pone contra la pared con una afilada daga sobre mi cuello, lista para deslizarse y hacerme sangrar.
— Bien, me estaré comunicando en breve contigo, ya tengo tu número — se fue triunfante mientras me dejaba allí con mi corazón a mil, sintiendo como la sangre pasaba por mis vasos sanguíneos a una velocidad que me mareaba. ¿Qué hice?
Me quedé esperando que un milagro llegara a mí, que me salvara, que mi ángel guardián me dijera que todo iba a estar bien. Pero solo la desesperación estaba allí. El miedo, la impotencia. No quería dejarme vencer, pero había cosas que escapaban de mi control y eso me mataba por dentro.
— ¿Ese era Tyler? — la voz preocupada de James me trajo a la realidad. Al observar, su atención estaba puesta en el demonio que se escapaba por la puerta.
Al volver su mirada sobre mí sus ojos me atraparon mirándolo, solo afirmé levemente con la cabeza mientras deseaba que me abrazara. Por alguna razón, lo necesitaba, mi cuerpo necesitaba su calor.
— ¿Qué te dijo? — expuso preocupado mientras se ponía a mi lado. Manteniendo una distancia “prudente”. Desde que pasa más tiempo con Nat, me había estado evitando y hablando muy poco, es como si no le importara en absoluto. Como si no existiera. Como si ese “eres lo más cercano a una amiga que tengo” haya desaparecido por completo.
— Nada… — suspiré cansada y con un hormigueo en las manos. Al final del pasillo noté que Matt venía hacia nosotros. Mi compañero pareció notarlo y volteó los ojos con fastidio.
— ¿No tienes suficiente con ser el culpable de sus problemas que encima la vienes a molestar? — soltó con acidez el recién llegado a lo que lo asesine con la mirada. Le gustaba fastidiar y en estos momentos no estaba con todos mis patos alineados como para aguantar sus estupideces.
— Ambos sabemos que el que Lucas esté aquí, es culpa de tu padre — le respondí de la misma forma. Sentí mi sangre correr con adrenalina por mi sistema.
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Editado: 07.12.2024