Capítulo 5: Dolor y tristeza.
—Ahora entiendo porque no era buena idea venir—le digo al oído a Nohe.
Al principio me parecía extraño que el señor Morphe y Nohe estuvieran muy reacios a que viniera con los chicos a festejar la victoria, ahora me doy cuenta del porqué.
Nohemy decidió acompañarme ya que según sus palabras “La manada hará sus típicas cosas que se olvidarán de ti”. Por el loco fanático de Logan sé que la manada además de tener fama por el fútbol y sus romances perdidos (a pesar de que todos fueran adonis), también son conocidos por las locuras que hacen a causa del alcohol en su cuerpo.
Farid y Adriano, llevan más de dos horas perdidos. Nadie sabe nada de ellos, nadie los ha visto, nadie nada.
Uriel al principio estaba al pendiente de mí, según él, cuidaría de los imbéciles que quieren sobrepasarse conmigo. Hace menos de una hora fue a buscar bebidas para ambos. Ahora se encuentra dormido entre los pechos de una pelinegra.
Asher, Wyatt y Milo están que botan la cerveza por los oídos. Cuando veníamos en la camioneta hicieron una apuesta de cuantos litros podrían beber cada uno sin ir al baño, ahora están sentados con las piernas cruzadas y labios apretados haciéndose los machotes pechos peludos aguatando las ganas de orinar.
Sergio, el que yo pensaba era el más serio del grupo, después de Uriel, se encuentra bailando con solo una tanga (que le dio una chica de aquí) bailando la macarena.
Liam y Dante, a pesar de ser los más buscadores de problemas solo se han dedicado en fastidiar y perseguir a los camareros para que les den de los pocos bocadillos que reparten.
Adam al principio decidió quedarse en la mesa junto a mí, luego de que una chica muy voluptuosa lo sacara bailar, se le volvió a ver subiendo las escaleras junto a la misma chica.
Etiennen a pesar de que debería de prestarle la misma atención que a los demás, se hace difícil. Cuando llegó tomo dos cervezas con nosotras. Luego me sacó a la pista de baile en donde solo bailamos una canción, no hubo roces, ni siquiera estábamos muy cerca el uno del otro pero si hubo mucha conexión, se podía sentir. Al terminar la canción Nohe me pidió que la acompañara al baño, cuando salimos Etiennen estaba besándose con una pelirroja. Yo, obviamente enojada fui a la mesa y comencé a tomar al sentir la ansiedad que hace tiempo no sentía.
Ahora Nohemy y yo solo estamos petrificadas por las actuaciones de los demás (más yo que ella) Aunque si hemos bebido algunas copas y cervezas, ninguna está cerca de la embriaguez.
—Cada vez que deciden festejar es un dolor de cabezas para el departamento de publicidad—A pesar de que la música se encuentra a alto volumen, en la mesa donde nos encontramos no hay necesidad de gritarnos—. Siempre. Siempre, al final de la noche de una forma u otra alguno de ellos hace alguna locura que hace que las redes sociales exploten. Todos son un caso especial—rueda los ojos y toma de su tequila.
—He escuchado algunas cosas de ellos en estos casos, pero imaginaba que era cuestión de publicidad para las revistas.
— ¿Milo desnudo en una estación de policías? cierto. ¿Adriano durmiendo como bebé en la orilla de la playa? Cierto. ¿Etiennen discutiendo con las palmeras por robarle las llaves del auto? Cierto. ¿Wyatt haciendo huelga por la libertad de Barnie frente a los tribunales? Cierto y fue el más escandaloso por los millones de memes que rodaron por toda la red.
— ¿Barnie? ¿El dinosaurio morado del programa para niños?
—Ese mismo—apunta—. Según él, Barnie era un animal en peligro de extinción y pedía su libertad para que pudiera reproducirse y que la raza no se extinguiera. Además de acusar a la ley de california por “secuestrarlo”—hace comillas con sus dedos—porque según él, a causa de eso dejó de salir ese programa en la televisión.
Sin poder evitarlo me carcajeo por unos buenos minutos.
Internamente le agradecía que me estuviera distrayendo. Todavía tengo grabado en mi mente a Etiennen y esa pelirroja y no entiendo el porque me perturba.
Llevo ocho cervezas y cuatro vasos de tequila cuando Etiennen regresa a la mesa con los labios hinchados y manchados de labial rojo, su cabello y camisa están totalmente desordenados y revueltos, por su aspecto se nota que sea lo que sea que hicieron no fue nada suave y delicado, al contrario, pareciera que un huracán pasó por su lado dejándolo en ese estado. Bebo de mi vaso de tequila intentando disminuir ese amargo sabor que hay en mi garganta.
—Vaya primito, te ves algo desaliñado. Pero tranquilo solo un poquito—con su dedo pulgar e índice le hace una señal.
—No empieces Nohemy—se sienta y llama a una mesera, le pide lo más fuerte que tiene. En menos de un minuto se bebió todo el vaso de un trago— ¿Sabe que señorita? Tráigame la botella, no, mejor dos.
—No te diré nada, estas lo bastante grandecito para saber lo que haces y las consecuencias de tus actos—le riñe Nohe.
—Lo que haga no es tu problema—espeta enojado mientras vierte el licor en su vaso asignado. Su voz suena además de dura un tanto… atormentada.