Julia (enlazados2)

Ocho

Fabricio

Estoy en un callejón sin salida estoy seguro de que tuvieron que dejar un cabo suelto; la chica es otro cuento, me desespera que no tenga datos de ella simplemente su nombre, no dejaría a una persona inocente pagando algo que no hizo, hago un esquema mental de lo que le preguntare cuando la vea.

En el silencio de mi apartamento pienso en todos los posibles motivos que alguien tiene en robar de una forma tan descarada, pero no llego a nada concreto, y más sabiendo que hay una chica encarcelada, me froto la cara con vehemencia porque siempre llego a lo mismo, la chica, Julia.

Despierto en el sofá con un fuerte dolor de espalda, se me está volviendo costumbre quedarme en la sala del apartamento, me demoro más de lo usual en baño, necesito serenarme para no dar una mala impresión en la cárcel, volver ahí me perturba, pero si quiero saber en realidad que paso tengo que empezar por ahí.

Me encuentro en la entrada de aquel lugar sombrío, gris, un guardia me hace señas que siga y como la última vez que entre aquí me recibe un olor desagradable a humedad, caminar por esos pasillos no es agradable. El director del penal me recibe  

- Buenas tardes señor Damiani

- Buenas tardes señor Russo

- Espero que su visita se ha de beneficio para la reclusa, le presento al psicólogo del penal Alessandro Festa, los dejo conversar - se va dejándome con el psicólogo -

- Un gusto señor Damiani – nos damos las manos- tiene máximo 30 minutos con la reclusa Araujo, por favor no la exaspere y trátela con respeto- asiento –

- ¿Hay algún problema con ella?

- Pues al llegar aquí ella fue maltratada en muchos sentidos, por lo tanto, fue aislada del resto, el único contacto que tenía era conmigo ya que soy su médico, hace unas semanas tiene compañía en su celda, ha mejorado, pero no está de más que lo sepa

- Lo entiendo doctor

- Entonces acompáñeme, voy a estar presente a modo observador – asiento y lo sigo –

Caminar por todos esos pasillos no me gusta para nada, es inhumano tener chicas recluidas bajo estas condiciones, llegamos a un cuarto de visitas igual de oscuro que le resto del penal; el doctor me deja solo y me enfoco en la chica, nos separa un enorme cristal, esta con la cabeza agacha

- Hola – no levanta la mirada, recuerdo que no habla mi idioma – hola

- ¿Qué quiere?

- Mírame por favor – me mira y no doy crédito a lo que veo, una chiquilla asustadiza con unos ojos negros como la noche, unos espejos que reflejan con exactitud lo que está sintiendo –

- Vuelvo y le repito que quiere de mí

- Tu… nombre – me mira como buscando algo-

- No soy tonta señor Damiani, usted sabe perfectamente quien soy

- Chica lista, si se tu nombre nada mas

- Mire ya me condenaron de manera injusta no me dejaron defenderme y no quiero; más bien, no necesito más problemas, por favor váyase por donde vino – se levanta de la silla y me da la espalda-

- Julia …  en la investigación hay vacíos, yo … estoy casi seguro de que no tuviste nada que ver, y no sé por dónde empezar a buscar, son profesionales en lo que hacen – se voltea y se sienta otra vez-

- Que garantía tengo

- Volveré abrir tu caso, tendrás un abogado diferente, yo te ayudo y tú me ayudas – niega con la cabeza una y otra vez –

- No, ¿de qué te sirve mi ayuda?  

- Estuviste en la escuela 5 meses, ibas todos los días, algo raro tuviste que ver

- Tienes razón, pero necesito garantías que nada va a pasarme señor Damiani,

-Fabricio, me llamo Fabricio, aquí detrás de mi esta tu médico, esta escuchado todo y no va a pasarte nada, eso te lo aseguro- se levanta y se cerciora que el doctor está detrás de mí, me descoloco la forma en la que le sonrió al doctor -  

- Está bien señor- la interrumpo –

- Fabricio, por favor – asiente –

- Fabricio, investigue al profesor de modelado y a su novia – no me da la cara en este momento-

- Ok julia – me indican que se acabó el tiempo- vuelvo en unos días con el abogado, hoy mismo reabriré tu caso, saldrás de aquí

- Eso espero

Dejarla en ese lugar me molesta, quería llevarla conmigo, verla con el semblante tan demacrado como sin esperanzas me mato; estoy casi seguro de que no tuvo nada que ver

Al llegar a la oficina me encierro, al cerrar los ojos viene a mi mente la chica de tez morena cabello ondulado muy largo y ojos excesivamente hermosos, no sé qué me pasa con ella

- Como te fue Fabricio

- Que tal Adriano, me fue bien, hable con la chica – me alienta a seguir hablando - ello no lo hizo

- Como estas tan seguro de eso

- No habla italiano, es pequeña de estatura

- Mmm… algo falta cuenta

- Es muy linda Adriano, que, no es linda, es exótica, es hermosa

- Te gusta, entonces - ruedo los ojos-

- Me dio un dato que investiguemos al profesor de modelado y a la novia de este

- Mmm… a Alonzo, te acuerdas el que se cree dueño de la escuela

- Ya sé de quién me estás hablando, la mano derecha de papa, no me extraña que por ahí sea

- Sabes el juicio quedo grabado, tengo un contacto que me va a pasar los duplicados

- Perfecto; ya sabes enfócate en Alonzo

Todo estaba tomando forma, ahora tenía un norte, Julia saldría de ese lugar tan feo.

 

 

 

 



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En el texto hay: robo, italia, joyeria

Editado: 27.12.2019

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