Julia (enlazados2)

Treinta y dos

Fabricio

Mi mente esta jugando conmigo, quiero salir corriendo para donde Julia, pero mi mente me dice que parecería un loco, mas bien debo actuar con mesura, así que llamo a Alice para saber qué oportunidad tengo de llegar casualmente; me da luz verde y así hago. Al llegar me topo con una Brina con mala cara, oficialmente a esta niña no le caigo bien, están sentadas en el piso haciendo dibujos, me enfoco en Julia y entablo una conversación casual, me arriesgo y la invitó a tomar café y una niña muy linda de gafas me interrumpe

- Pero deja que tu novia termine los dibujos, son para mañana y después se van por el café ¿sí? – miró a Julia, tiene las mejillas rojas, la niña me puso en apuros yo simplemente le sonrió cómplice –

- Está bien preciosa, pero ¿porque dices que es mi novia? – le pregunto, Julia esta callada y visiblemente nerviosa -

- Se miran como novios y hacen bonita pareja – exclama la niña -

- Pues preciosa no somos novios – por ahora no lo somos, pienso -

- Ahh ... - se queda pensando la niña – entonces deberían serlo

- Me agrada tu idea preciosa choca los 5 – sonreímos, aparece Brina volteando los ojos y se lleva a mi amiga, no sin antes plantándome un beso en la mejilla, de reojo veo a Julia más roja de lo habitual –

En este momento me doy cuenta de que no le soy indiferente, así que utilizo eso a mi favor si más reparos le pregunto si acepta mi invitación y con una sencillez única acepta; claro no sin antes haber terminado los dibujos.

Esperar a una mujer que se arregle siempre ha sido un reto, pero con Julia no fue así, ya que conversar con la señora Anette es bastante entretenido, y salió casi al instante, de camino al carro nos topamos con Brina y su amiga jugando, les sonrió a ambas, como siempre Brina bufa y voltea los ojos la amiguita sonríe. Nos tornamos en un silencio agradable de camino a la cafetería

- ¿Volverás a tu país? – le pregunto –

- No puedo hasta que todo quede resuelto, ¿no escuchaste la sentencia del juez?

- La verdad deje de escuchar cuando dijo "fallo absolutorio y te declaraba inocente"

- En serio, bueno no puedo salir de Italia hasta que todo se resuelva – frunzo el ceño –

- ¿Entonces después te vas o te deportaran? – captó su atención y me voltea a mirar, paramos en un semáforo-

- No me quiero ir Fabricio; en Colombia no tengo nada - al escucharla me da un respiro, nos quedamos mirando hasta que los pitos de los carros de atrás nos sacan de la burbuja donde estábamos –

Volvemos a quedar en silencio, Julia esta embelesada viendo por la ventanilla del auto las calles de Milán, cada cierto tiempo la observó; al llegar la a cafetería me animo a preguntarle

- ¿Entonces te quedas en Italia?, llegamos vamos – como buen caballero le abro la puerta -

- Si – nos adentramos y ella escoge la mesa más cerca a la ventana –

- ¿Acabo de notar que te gustan las ventanas? – me sonríe y se tapa la cara con sus manos –

- A través de ellas ves a la gente en su mundo, ajenos a todo; juguemos, mira aquella chica muy arreglada, en tacones casi corriendo ¿Qué pasará en su mundo? - veo a la chica verdad casi corriendo –

- Pues por la hora irá para una cita y por el afán va tarde

- Exacto, si los observas a todos puedes crearles mundos en tu mente, por eso me gustan las ventanas

- Entiendo, te gusta observar a la gente – asiente - ¿Qué ves en mí?

- Pues a simple vista un chico con dinero ... – nos interrumpe el mesero y mentalmente maldigo-

- ¿Desean algo? – pregunta el chico –

- Un café cargado para mi y ¿Julia que quieres tomar?

- Umm... cualquier cosa menos café - la miró como buscando un atisbo de burla –

- Le parece un jugo natural señorita – contestó el joven y ella asiente –

- No me mires así Fabricio, el café no me gusta

- ¿Porque aceptaste la invitación?

- Porque ... no quería hacerte el desaire y porque quise

- Buen punto mujer, te voy conociendo, el café no te gusta, algo mas

- Me encanta el helado

- ¿Uno en particular? – vuelve y aparece el chico con el pedido, pero esta vez no dice nada y se va –

- No, todos me gustan – me sonríe y se lleva el vaso de jugo a los labios – y a ti

- ¿A mi qué? - por instante me desconecte de la conversación -

- ¿Qué gustos tienes?

- Ah, bueno según nos vayamos conociendo te vas dando cuenta, pero te adelanto me gusta mucho el dulce

- Ah ya, tengo que observarte bien

- Exacto

Nos quedamos en la cafetería un rato más, hasta después hablar de cuanta cosa se nos ocurrió, me di cuenta de que somos muy afines; hablamos de la deportación ella pido quedarse en Italia y no volver a su país a no ser de visita, me quedó satisfecho con esa respuesta

- Te acuerdas de que cuando nos conocimos me dijiste "yo te ayudo tú me ayudas" – me dice mientras vamos saliendo de la cafetería -

- Si lo recuerdo, pero ¿a qué viene eso?

- A que quiero estar al tanto de todo Fabricio y hasta ayudar si así se requiere; intentaron destrozar mi vida culpándome de algo que no hice y lo mínimo que quiero es que los verdaderos culpables paguen

- Entiendo, pero puede ser peligroso Julia, no te expondría

- Pero ... - hace cara de puchero -

- Nada mujer, si hay alguna oportunidad que intervengas de manera segura te lo diré de lo contrario... no

- Esta bien, como van con la ejecución de los diseños

- ¿Caminamos? – frunce el ceño-

- Si vamos, ¿qué pasa?

- Bueno me molestó que mi madre se haya involucrado, el trato era distinto ahora Alice tiene los contactos de otras casas joyeras

- Ustedes tienen la primera opción de compra, eso no va a cambiar Fabricio, a mí me tomó por sorpresa ese detalle, pero tu madre se ve que es buena persona y sabe lo que hace – volteo a mirarla y noto que mi madre se metió en el bolsillo a Julia –

- Si, lo entendí de esa forma, esto es negocios; Julia supe que mi madre fue al penal ¿qué tanto hablaron?



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En el texto hay: robo, italia, joyeria

Editado: 27.12.2019

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