Cincuenta y uno

Fabricio

Todo estaba dicho, las decisiones estaban tomadas; era la única forma de hacerlos pagar por el daño que han hecho. Contaba con el apoyo de Octavio y su familia; ya tenía a la persona que íbamos a infiltrar, todo era cuestión de días.

Al salir del despacho me encuentro con una Julia relajada conversando con kailam y la loca de Sofía, reían y reían, faltaba Alice y esto sería una bomba atómica.

Al llegar al hotel se va para la terraza a ver a Londres en su inmensidad

- La esposa de tu amigo me cae bien – me sonrió y me acerco hacia donde esta –

- Kailam es una excelente persona y ha hecho que Octavio también lo sea

- Me encanta su familia - la abrazó y le beso el cuello-

- Hmm... si

- ¿Ya sabes quién es el candidato para infiltrar? – la suelto y la observó detenidamente –

- Si y se va con nosotros para Milán – frunce el ceño-

- ¿Quién es? – me tomó del brazo-

- ¿Vistes al chico flaco en la casa de Octavio? – se ríe y su cara de incredulidad es épica-

- En serio, cuando Kailam me lo presentó estaba cocinando, mejor dicho, horneando panecillos

- Bueno es él, tiene las capacidades y los estudios para hacerlo bien, además tu lo vas a entrenar – esta pensativa –

- Bueno....

- ¿No te parece? – se sonríe –

- No es eso... ¿tú crees que es el indicado?

- Si Julia, conversé con él y como te dije tiene los estudios, además no va a estar solo – se me acerca, me abraza y su rostro descansa en mi pecho-

- Entonces Ian es el infiltrado inglés, ¿cómo así que no va a estar solo?

- Te acuerdas de Fabio Greco, él va a ser nuestro apoyo en Florencia

- Claro que sé quién es Fabio; me parece perfecto – no miramos y le doy un beso en la nariz-

Nos quedamos un largo rato abrazados, ella era un vicio para mí. Dormí cómodamente, a la mañana siguiente me sorprendo porque despierto con Julia mirándome dormir

- ¿Qué pasó? – me sobresalto y ella solo se burla de mi-

- Nada, te observo

- Aja así de esa forma – frunce el ceño y me vuelve a mirar-

- Pues... gracias a ti no he tenido más pesadillas, por eso te observo – la jalo una pierna –

- De nada señorita

Nos alistamos para irnos para donde los Almoraz, hoy teníamos planes separados; Julia se iba con las chicas, los niños y Alaska a recorrer todo Londres y nosotros teníamos una cita en el estadio Wembley hoy juega Inglaterra vs Italia por la Eurocopa.

Al llegar ya estaban todos listos, los niños eran los más eufóricos, las chicas se fueron antes de nosotros. Éramos 4 hombres haciendo cuanta pendejada se nos ocurría, ahora entendía lo que dice Adriano, cuando me junto con Octavio algo pasa, me sorprendía ver a Gael tan diferente yo si decía que haberse casado con la loca de Sofía algo le había afectado.

Al llegar a el estadio fue una euforia, estaba haciendo cosas que normalmente en Milán no hacía, tengo tantas responsabilidades que estos simples planes los había olvidado disfrutar

- Oigan esto no es justo, ustedes tres están con Inglaterra y yo solo con Italia – se voltean y sueltan la risa, Ian se me acerca-

- Yo no soy de Inglaterra, por hoy seré italiano, ahora si estamos a mano – dice Ian y Octavio bufa –

- Dos contra dos, esta bien; entremos para buscar lugares – dice Gael –

El partido termino empatado, con decepción salimos del estadio ha saber ninguno vencedor, nos fuimos por unas cervezas y unos hot dogs, al regresar a la casa de Octavio las chicas ya estaban ahí, me sorprendió que Julia estaba con Ivana en sus brazos, algo interesante hablaban y se reían fuerte; esa imagen me encanto y me hizo imaginar muchas posibilidades.

El último día en Londres decidimos pasarlo juntos y solos; cada día amaba más esta mujer, que me atrapó con su valentía, entereza, resiliencia y no menos importante su belleza. Verla dormir era un privilegio, hoy decretaba que Julia sería la madre de mis hijos, me acerqué y hundí mi nariz en su cuello y caí rendido en su sueño placentero.

Al llegar al aeropuerto de Londres nos esperaban todos los Almoraz, con un Ian entusiasmado con lo que se venía; me gustaba de sobremanera que Kailam y Sofia hayan acogido a Julia como una hermana y amiga, noté que había nacido una conexión entre Ivana y Julia, verlas sonreír me hacía sentir anhelante.

Dejamos a un Londres magnífico

Paolo Damiani

Para ser alguien en la vida, hay que hacer sacrificios; me case sin amor y mas de 30 años después y sigo sin amor hacia Lía, ella es y será mi boleto a ser alguien, aunque me dio a mis hijos mayores que son hoy en día mi orgullo, aunque no se los diga ni demuestre.

La empresa lleva mi apellido por mis hijos, Lia se las ingenio para dejarme fuera de juego con respecto a la empresa, manejo la escuela porque estratégicamente me sirve para efectuar mis planes, esta fuera de Milán y lejos del lente de mi querida esposa.

El hecho que la chica colombiana se declara inocente del robo me fue un estorbo porque estuvieron a punto de echar abajo todo lo que he logrado, desangrar el conglomerado desde adentro, además mi hijo menor esta enamorado de ella y eso lo mantiene ocupado, ni que decir de Franco su madre lo echó como un perro, eso me deja en una posición de privilegio.

La última conversación con Fabricio me dejó tranquilo; era la primera vez en años que hablamos calmadamente, eso quiere decir que la marea bajó, pero debo estar alerta y hacer mis movimientos con más cautela.

Mi hijo me dio una grata noticia volverán los becados, esa es mi oportunidad de desangrar más la escuela he irme con una gruesa suma de dinero, toda irá a parar en las cuentas ocultas en suiza. No me duele hacerlo eso a Lia, tiene suficiente dinero con que recuperarse, en vez de darlo a obras benéficas, me los quedo yo.

Llegar a una casa que no anhelo ni percibo como mía, ya que es resultado de la costumbre, estoy consiente que Lia me ama y con tal que me quede con ella seguirá haciéndose la ciega de lo que está pasando, me preocupa que Fabricio ya sabe de mi familia paralela, aunque me ha dicho que espera que yo lo haga y si lo voy a hacer, pero cuando el botín más grande este de mi lado.