Julia (enlazados2)

Sesenta y cinco

Fabricio

La sensación de paz que sentía al tener a Julia a mi lado es indescriptible, verla dormir y dormir es placentero y ver que cada día su panza crece más, los cambios de humor en fin el embarazo le ha sentado muy bien. Ha tomado las riendas de la fundación de forma parcial, con la ayuda de su camarada Alice pues han vuelto al ruedo, también he vuelto al trabajo, en conversaciones con mi madre hemos decidido que Franco vuelve al conglomerado, en mi ausencia tomó el mando y ha aplacado la jauría de periodista que quieren la primicia o simplemente quieren pescar en río revuelto.

El tema de los chicos me tiene preocupado, ya que Idara no da señales, Ian ha estado investigando y los informes no son buenos, los chicos al colegio no han vuelto y la casa esta como si no hubiera nadie, doy vueltas en la oficina buscando opciones

- Vas hacer un hueco en el piso, cuéntale a tu hermano que te preocupa - esta Franco en el marco de la puerta de la oficina –

- Entra y cierra la puerta

- ¿Qué pasa?

- Te acuerdas de los hijos de papá, los que tiene en Florencia

- ¿Aja que paso con ellos?

- No confió en su madre y no quiero que los utilice para sacarnos dinero, si lo confirmo ... se los quitó – veo relajarse en la silla -

- Te entiendo, pero es su madre... la única forma es que ellos dijeran que no quieren estar con la madre y yo la veo difícil – lo observó comer dulces con tanta tranquilidad –

- ¿No te preocupa? - me voltea a mirar -

- Si me preocupa Fabricio ... pero no lo doy a entender; ¿a ver que has sabido de ellos?

- Nada ... no han vuelto a la escuela y la casa está como si estuviera vacía, Ian me dijo que me llamaba hoy

- Es raro ... ¿Cuánto dinero le diste?

- Como sabes eso Franco – se sonríe –

- Soy tu hermano mayor y por ende te conozco y añádele que tienes el instinto paternal a flor de piel ... ahora más que nunca por mis sobrinos – nos sonreímos -

- No le di mucho... como para vivir cómodamente un mes – me interrumpe –

- Ya ha pasado más del mes Fabricio y ella te dijo que a la semana traía a los chicos acá a Milán ... ahora si me preocupaste, cuando se comuniquen contigo me avisas, voy a hacer mis averiguaciones por mi cuenta

- Esta bien

Me enfrasque en el trabajo el resto del día, pero mi mente en todo momento estuvo en Florencia, trate varias veces comunicarme con Ian, pero su teléfono me mandaba al buzón, al final salía que estaba fuera del área de cobertura, más me preocupaba esa situación.

Al final de la tarde me entra un mensaje de Ian, corto, simple y preocupante "vamos llegando", esas dos palabras encerraban algo y las horas acrecentaban más la preocupación.

Nos quedamos en el conglomerado hasta tarde, Franco, Adriano y yo, no sabíamos qué ruta había tomado para llegar a Milán; no quise preocupar a Julia, le dije que llegaba tarde y le mande a mi madre que sabe algo de la situación. Para completar el nerviosismo y preocupación, sobre Milán cae un aguacero torrencial, me decanto por bajar hasta la recepción y esperar ahí, comparto un café con el vigilante del conglomerado, no me quedaba otra que esperar.

Dos horas después ya estamos abajo esperando todos, vemos llegar un carro, noto que es Ian y al bajar veo que trae un bulto en los brazos y empieza a correr hacia la entrada, reaccionó y la tomo en mis brazos, están mojados, Franco trae unas frazadas se las entrega a Ian y yo abrazo a la niña para que entre en calor; todos subimos a la sala de juntas, le indicamos a uno de los guardias de seguridad que ingrese el auto en el que vino Ian.

Mi mente hacía miles de conjeturas, la niña que tenía en los brazos no pasaba de los 4 años

- Cuenta todo Ian, ¿qué ha pasado? – le pregunto bajo la atenta mirada de Franco y Adriano –

- Fabricio esa mujer es un monstruo... no merece ser llamada madre – esta estirando la frazada de forma brusca, miro a Franco y le entregó a la niña –

- ¿Dónde está el chico, Ian?

- No sé ... Fátima – me señala a la niña- estaba sin comer... llegó sola a la escuela, su hermano le dijo que los vendría a buscar a ustedes, Idara se fue y los dejó solos Fabricio – se toma la cara con brusquedad – Fabio esta buscándolo en Florencia, tenemos que empezar a buscarlo acá

- No puede ser... Adriano movilízate ¡ya!

La peor noticia que podríamos recibir esta noche, Franco llevó a Fátima nuestra pequeña hermana donde mamá, que esta con Julia y les explica todo lo que ha pasado, mientras nosotros nos movilizamos hacia los terminales de buses, esa seria la ruta que tomo Franchesco, nos espera una noche larga.

Franchesco

La odio, ella no es mi madre, nos dejó solos y con un poco de comida, Fátima es muy pequeña para entender, pero yo sí, me entregó un papel con un nombre según ella es mi hermano, leo

Fabricio Damiani

Ceo del Conglomerado Damiani

Milán Italia

Tengo que buscarlo, rebusco y rebusco, entre unos libros donde hace tiempo guarde unos billetes, con eso me alcanza para ir hasta Milán

- ¿Qué haces Fran?

- Fati tenemos que buscar a nuestro hermano, mamá se fue

- ¿Qué hermano? – me tomo la cara –

- Ay fati, papá tiene hijos grandes, nosotros no sabíamos de ellos, aquí no podemos quedarnos

- Aja ... y cuando los vamos a buscar

- Voy yo solo fati ... tu te vas a quedar en la escuela de papá, allá te cuidaran, vamos

- Está bien Fran

Caminamos hasta la escuela y en la esquina páramos

- Corre Fati... diles todo lo que paso, cuando lo encuentre te vengo a buscar ... te quiero

- Yo también Fran

La vigilo hasta que llega a la escuela, ahora si me encamino hacia la terminal de buses, miró desconcertado la cantidad de gente que va de un lado a otro, le preguntó a una chica y me señala hacia donde puedo comprar el pasaje, con el dinero que me quedo compro algo de comer.



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En el texto hay: robo, italia, joyeria

Editado: 27.12.2019

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