Sesenta y Ocho

Julia

Tener niños en la casa es una experiencia única, Fátima es un poco más dada hacia nosotros y es normal porque está todavía pequeña para entender ciertas cosas, aun así, son chicos de buen corazón; a pesar de lo que han vivido y les ha faltado se nota que con la guía correcta serán chicos jóvenes de bien.

Saber que Franchesco esta bien y ante el primer problema busco a sus hermanos, me tranquiliza. Mi mono ya se le ve otro semblante, más tranquilo, aunque ha tomado medidas legales contra esa mujer, que para mi parecer es lo más sensato.

Los días van tomando un rumbo un tanto vertiginoso, pero a la vez emocionante para mí, el embarazo se está haciendo notar, la ropa no me queda de ha mucho y Fabricio más sobreprotector, solamente doy clases en el penal, me alegra ver a las chicas diferentes, mas empeñadas en todas las áreas de la fundación, apoyándonos y eso me genera paz.

Alice ha tomado el mando de la fundación con la ayuda de su mamá y la señora Lia, me alegra lo compenetradas que están, que me dan hasta celos porque algunas veces me dejan de lado, yo estoy manejando la casa de diseño con la ayuda de Fabricio; hoy me escapé y me fui para donde Alice, al llegar veo a Brina y su amiga Valerie jugar en la calle, la puerta está sin seguro muy normal acá, así que me encamino hacia el estudio que nos arreglo el papá de Alice, la veo despelucada como tratando de entender algo en el computador

- Hey ... ¿Qué te tiene así? – se sobresalta y me viene a recibir –

- Ohhhh resorticos ... que agradable visita ... ¿te dejaron salir?

- Me escape ... - me siento al frente de ella y bufo –

- Fabricio va a enloquecer ... ¿porque lo hiciste?

- Necesito aire ... no estoy discapacitada, puedo hacer muchas cosas y Fabricio abruma – se sonríe –

- Ojalá a mí en mi momento me hubieran abrumado así – se queda pensando – aunque antes no te molestaba yo creo que el embarazo te tiene así

- También lo creo, estoy hormonalmente inestable – me llega un olor a albóndigas guisadas y simplemente me saboreo – huele delicioso

- Umm ... si, mami está haciendo albóndigas – me queda mirando- ¿te quedas a comer con nosotros?

- Claro que sí, no me perdería esa delicia y aja ¿Qué te tiene preocupada? – se intenta jalar el cabello –

- Tengo una clase de calculo o algo así, pero me siento en un bosque a mitad de la noche

- ¿Cómo así? – la señora Annette nos trae un pedazo de torta con té y lo atacó con ansias –

- Estoy ... perdía Julia, porque nadie me dijo que esto sería así, tan ...

- Estresante

- Si Julia ... ¿me ayudarías? – nos quedamos viendo y me empiezo a reír –

- Si tu no lo entiendes, pues yo no te serviría de ayuda, sé lo básico, pero – me quedo pensando –

- Aja di algo no te quedes viendo la telaraña del techo – nos reímos -

- Tu si inventas, sabes te equivocaste de carrera debiste ser, humorista... pero estoy pensando que necesitas un profesor para que logres pasar la materia

- Tan chistosa, pero sabes que sí ... el problema es que los nerds del salón están saturados, no se quién más podría echarme la mano

- Encontraremos a ese profesor; ah se me olvidaba necesito comentarte algo serio – cierra abruptamente el computador-

- Te escucho ... ¿qué pasó? – tiene lo ojos muy abiertos-

- Bueno ... como sabes yo me case con Fabricio – me interrumpe –

- Aja cuento viejo, no lo menciones que me da algo

- En fin, Alice, no quiero tener malentendidos... nosotras quedamos en que Mulata design es de las dos por partes iguales, al momento de casarme, nuestra empresa empezó hacer parte del conglomerado Damiani, bueno mi parte

- Te entiendo Julia, ¿Qué recomiendas? – la veo comerse el pedazo de torta y lo quiero –

- Pues ... hablemos con leone y dejamos por escrito todo, después hacemos de forma oficial tu entrada al conglomerado – me entrega lo que le queda del pedazo de torta –

- Ok ... por mí no hay problemas – pone cara de malicia –

- En qué estás pensando ...

- En qué voy a hacer una ejecutiva con poca clase, pero ejecutiva al fin de cuentas – nos carcajeamos -

- Ay, Alice ... nunca cambies mis muñecos deben tener una tía loca – se señala-

- ¡Obvio! aquí me tienen a mí los polizones esos – se levanta, se me acerca me levanta la blusa y me da besos en la poca barriga que tengo –

Pasé una tarde espléndida, comí de todo y por montones, es que en casa de la señora Annette se come delicioso y pues mis antojos se resumen a comida y por lo que veo a su comida. Converse de todo con Alice, mi amiga, hermana, una partecita de mi que me hacía tanta falta, estaba segura de que sería la mejor tía del mundo, como ella se autoproclamo. Se me había olvidado el teléfono por completo y ya entrada la noche llega a la casa un Fabricio todo despelucado, con cara de pocos amigos y con el teléfono en la mano, al verme con otro plato de albóndigas simplemente suspira y se lleva el teléfono al oído conversa con alguien; al terminar me enfoca y como por arte de magia me dejan sola con él

- No me des estos sustos Julia – se toma la cara y me dio se peina –

- Lo prometo – levantó la mano en señal de promesa – pero estaba muy aburrida y en mi defensa te llamé y tu teléfono me mandaba al buzón, intuí que estabas muy ocupado

- Que no vuelva a pasar – asiento, me mira el plato de albóndigas con arroz - ¿Qué comes?

- Albóndigas con arroz y están deliciosas... he pasado todo el día comiendo esto – se sonríe y me quita el tazón y lo empieza a atacar -

- Esta delicioso ... con razón llevas todo el día comiendo – sale Alice de donde esta escondida y trae más comida e intuyo que es para Fabricio –

- Deja comer a la embarazada, aquí está el tuyo –  le dice , me entrega mi tazón y él agarra el que le está dando Alice, se me dio se sonríe –

- Gracias loca

Verlos conversar, discutir, reírse y el ciclo vuelve a empezar es placentero, lo que nunca tuve está aquí al frente de mi... una Familia; y faltaban personas importantes, pero ahí entendí que todo esta tomado forma y rumbo, hacia la felicidad y tranquilidad.