Justifiquemos la diferencia de edad

Capítulo 05: La invitación del inicio de todo

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Agosto del 2018

Nadie me dijo que iba a odiar las conversaciones de madrugada y preferir las noches de besos.


Sonreí al tener la invitación de mi cuñada, Yuli.

El próximo lunes iniciaba mis clases de inglés en una academia, por fin me había decidió por estudiar algo después de casi tres años de no haber pisado escuela desde que me gradué de la preparatoria y no pasé mi examen de admisión a la facultad de criminología y derecho.

Presente tres veces consecutivas y este año fue la tercera vez que me decían no, a pesar de haber andado en Monterrey en escolaridad y archivos, viendo mis puntos para entrar a la facultad. Quien dirá que me faltaron dos puntos para quedar dentro y me dijeron que me faltaba saber más sobre el pasado para pensar en mi futuro.

Estúpido examen. Estúpido futuro.

Actualmente ya contaba con 19 años, y sin éxito en entrar a la carrera que quería ingresar a pesar de haber tomado cursos en línea, presenciales e incluso matandome a estudiar en las madrugadas.

Volviendo a lo que me proponía mi cuñada, no sabía que responder puesto que no tenía mucho tratándola, ni un año la verdad. Y, sin embargo, me había transmitido demasiada confianza, aparte de que es muy buena gente.

Todos decían que era mala persona por el simple hecho de tenerle un altar a la muerte, pero es solo cuestión de tratar a las personas y luego juzgar.

Aun así, no quería y sin embargo, se me hizo algo grosero rechazar su invitación.

—Claro, les diré a mis padres —indico con una sonrisa.

—Bueno, entonces te esperamos aquí, el lunes.

—Está bien.

—Las iría a dejar, pero no traigo gasolina.

Mire a los demás miembros de la familia y solo me sonrieron, después de haber estado una semana en esa casa. No sabía si era buen idea, ya que dormían demasiado tarde. Para la una se andaban acostando y para las diez se iban levantando e incluso más tarde y eso me incomodaba un poco porque mis tripas gruñían de hambre, y no soy una persona que agarre las cosas con mucha confianza.

Prácticamente para tomar algo de la casa, ocupo la aprobación de alguna persona de la casa. Y no solo en casa ajenas, sino también en la de mi hermana mayor que voy y pido permiso para poder tomar algo.

Tomé mi mochila, le hice una señal a mi hermana menor, Erin, que estaba platicando con Yaritza.

—¡Erin! —Grito un poco desesperada, puesto teníamos que llegar con mi papá para podernos ir a nuestra casa. Al momento que volteo mi hermana, le hice una seña con la cabeza.

Loan en ese momento me miró, y sonrió para acercarse antes de irnos.

—Nos vemos el lunes —fue lo único que dijo ese día, yo solo hice una mueca de disgusto.

Soportar que habla toda la noche, ay, Dios. Pero quizás me llegue a acostumbrar.

Nos fuimos a la parada del camión para poder ir a vernos con nuestro papá e ir a la casa.

—Ya me mandaron solicitud—indica Erin, mostrándome en el teléfono que ya estaban en la lista de sus amigos.

Yo nada más tenía a Loan, pero no recordaba quien había sido el que mando la solicitud.

—Yo solo tengo al chico —argumento con media sonrisa.

Mi hermana se había llevado demasiado bien con ambas chicas y yo solo entable conversación con el chico, así también con Yuli.

—¿Cómo tiene el Facebook ellas? —indico, para tenerlos por igual.

No sabía que para los siguientes meses iba a desarrollar sentimientos hacia el hijastro de Eran, quizás me gustó su amabilidad, insistencia, paciencia, respeto y sobre todo el trato que me daba.

 

 




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