En un anochecer oscura y profunda, repleta de llena de llenas hermosas estrellas deslumbrando el contorno de los cielos oscuros.
Con el acompañar en su centro de una luminosa y esplendida luna llena.
Con fuertes brisas de los vientos soplando del sur a norte.
Llevándose entre el aire pequeños puntos negros, parecidos a residuos cenizales.
Bajo el oscuro cielo que nos cubría, se veía.
Llamas intensas y espeluznantes cubrían el entorno de los suelos
Incendiando un pueblo pequeño, casas quemadas por el fuego, personas incendiadas como lastimadas corriendo del peligro del arder de las llamas.
Ya se ha mujer o hombro, como niño o anciano, se oían pereciendo a gritos sofocadores
Llantos de desesperaciones hacia su familia o sus conocidos
Piletas de cuerpos degollados, masacrados, extirpados, tumbados sobre los suelos. Como otros colgados entre sus casas o estancados por estacas de la madera del hogar mismo.
Un mar de sangre roja pura esparcida sobre el polvo de la tierra. Mientras que las llamas se extendían del lugar.
«JAJAJAJA»
«Que divertido»
«Por favor no lo hagas es mi hijo. ¡Noooooooooooooo!»
Risas sombrías, burlas frívolas, amenazas irracionales.
Se oían y se oían a gritos alrededor de la zona de la tierra.
Personas desconocidas encapuchadas, cubiertas puestas por una capa larga azulada oscura, viéndose, asesinando, masacrando, burlándose, haciendo perecer a la gente herida o viva.
No estando a tan lejos donde el sufrimiento existiese
Una pequeña casa estructurada de madera, se encontrases desplomada por los suelos encima de ello de una joven madre.
Cargándose entre sus hombres enormes bultos de escombro de madera.
Quedándose malherida, lastimada, sus brazos torcidos, sus piernas rotas y atrapadas en los escombros, su rostro llena de sangre nublándole su visión
Pero, sin embargo, aun así, donde se veía un cuerpo destrozado y acabado, se veía abrazado entre brazos como forma de escudo, un pequeño varón de diez años.
Encontrándose debajo del ombligo. Abrazándolo fuertemente se veía aquel fuerte y pequeño varón
«Mamá»
«¿Estas bien Kleiv?»
«Si, pero tu mamá»
«Yo estoy bien mi pequeño»
«Eso es mentira mamá. Tu rostro este cubierto de sangre»
«No te preocupes Kleiv, tu mamá es super, super fuerte»
«No mamá tu…»
«Kleiv» - Viendo directo a los ojos de su pequeño hijo, hace una pequeña mueca de una sonrisa, en consolación a su pequeño y a que a la vez aliviara su preocupación de el por ella.
El pequeño dejo de hablar, abrazado entre los brazos de su madre trato de moverse, y sin ver lo que ocurría, dio un pequeño empujón con su brazo tirando hacia adelante, desatándose de los brazos de su madre, cayendo a los suelos.
Bam
«Ay, ay, ay»
Levanto su cabeza del suelo, mientras que con su mano derecha se sobaba la cabeza.
Al levantarse vio una escena que un pequeño de su edad no debía ver.
En ese momento pasaron entre sus ojos una escena atroz e inolvidable.
Donde el pueblo que había nacido y crecido estaba pareciendo, ardiendo en llamas.
La gente que conocía, amigos con quien se divertía, todos aquellos que eran como familia para él estaba desplomado muertos ensangrentados.
En milésimas de segundos su respiración se empezó agitar, sin poder tratar de controlar su inhalación y exhalación.
Por su rostro caían levemente un sudor frio, que cubría los costados de sus cachetes.
En el profundo de su pecho un hueco profundo como el de un agujero de un pozo sin fin, se formó alrededor de su frágil corazón, y un inmenso miedo aterrador lo consumió lentamente a él.
La expresión en su rostro era dibujada como si alguien viera nacer el infierno mismo.
Las pupilas pequeñas de ojos temblaban, sus pequeñas y frágiles brazos y piernas se agitaban deliberadamente, temblando del terror intenso que sentía.
El pobre pequeño estuvo demasiado aterrado, a punto de reventar a gritos de desesperación estando al filo, escucho unos escombros caerse atrás de él.
El giro su cabeza levemente mirando hacia atrás de su espalda, y vio entre sus ojos aquello más preciado para él y que nunca iba a olvidar en su vida.
A su madre desplomada en los suelos entre los escombros de su hogar
«Ma…mam…maaaaá»
Su labio tembloroso del momento confortante de su madre, provoco que tartamudeara y temblara del temor.
Atorada entre varios escombros de su mismo hogar, ensangrentada en todo su rostro, fracturada de su pierna hasta su espalda. Sus brazos torcidos y alrededor de su cuerpo lleno de enormes y atroces heridas.
El pequeño al ver la sangre de su madre y al ver un infierno de llamas. Su reacción de no poder soportar enormes sentimientos en su corazón, vomito enfrente de su madre, botando un aguaje espeso de color verde oscuro.
«Eso es, bota todo jeje»
La madre estancada entre los escombros vio la reacción de su pequeño y en modo de aliviar la carga emocional de que el llevaba, hizo expresión pequeña de una sonrisa consoladora. Como a la vez levantando con la poca fuerza de sus brazos torcidos dio unas pequeñas suaves palmaditas en sus espaldas con un acompañar de una débil y suave voz.
Botándolo lo consumido que tenía guardado en su estómago levanto su codo derecho y de una sola pasada, paso por su boca limpiándose los pequeños trazos restantes del vomito que había quedado.
Poniéndose derecho después vomitar, dio un paso fuerte en su mismo lugar y de ello tomo una profunda respiración inflando su pecho, y exhalo todo lo contenido, dejando al aire que saliera por tres segundos.
Agito su cabeza de lado a lado, y viendo directamente de frente a los ojos de su madre, con una expresión determinada en su rostro, pero a su vez de un inmenso temor y preocupación empezó a mover los escombros que estaban sobre ella.
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caminos peligrosos, el acenso del ultimo monarca, lleno de dolor e impacto
Editado: 15.05.2021