Enfrentamientos
Llegamos a casa en absoluto silencio, no me siento mal porque me hayan pillado, díganme mala hija, pero es que ellos nunca están pendiente de mi, solo viven ignorándome.
Ya mi madre está en casa, me piden que me siente, para darme el sermón de la noche, lo hago a regañadientes, solo quiero irme a mi habitación.
— Ya sospechábamos que te escapabas—dice mi padre— solo que no nos pasaba por la cabeza que era a ver un chico, creíamos que lo hacías para ir a fiestas, no sabes la vergüenza que sentí cuando pase y te vi.
— Y según me dice tu padre ¡Se estaban besando! ¡Esa es la educación que te hemos dado! —estallo, ya no puedo aguantarlo más.
— Estoy cansada de sentirme sola en esta casa, ustedes se quejan de mi, pero no son un ejemplo—se me rompe la voz— en estos tres últimos años, ustedes ni lo buenos días me dan, es mas ni me preguntan ¿estás bien? ¿estás enferma? ¿te ha ido bien en la escuela? ¿te sucede algo? ¡NADA! Solo Carlos es su único hijo, por el que se preocupan, por el que llaman, yo también lo quiero demasiado, pero ustedes me dejaron sola cuando él se fue—sollozo—deje de existir, no entiendo, éramos muy felices, Charlie es mi novio, es muy bueno, respetuoso y lo seguiré viendo.
Ya me desahogué.
Después de vomitar todo lo que he sentido, estoy llorando a mares, salgo corriendo a mi habitación, dejo a mis padres en shock, cuando llego me tiro a la cama y lloro como nunca lo he hecho.
Deje salir todo, era momento de que ellos supieran mi sufrimiento.
Cuando ya mis lágrimas no dan más y el sueño casi me está venciendo, escucho que la puerta se abre, se que son ellos y me hago la dormida.
— Sé que no duermes pequeña— tenían mucho que no me decían así— lo sentimos, de verdad.
— Si mi pequeña, no sabíamos que te hacíamos daño.
— Prometemos que de ahora en adelante seremos diferentes contigo, se que nos necesitas y estaremos ahí.
— Perdónanos, por favor—dice mi padre—caímos en una rutina, te veíamos bien, ya que tenias a tus amigos y estabas bien en tus estudios, aunque no lo sepas siempre estamos pendiente de ti, queríamos darte espacio, estas creciendo y no queríamos incomodarte—volteo a verlos.
— Yo… solo quería que me felicitaran por todos mis logros, que tuviéramos fines de semana en familia, que nada cambiara, creí que… no me querían.
— ¡Dios! No digas eso mi pequeña—me calma mi madre— ya no va a pasar, todo desde ahora será diferente— me asegura— ¿nos perdonas?
— ¡Claro que los perdono! —digo con una risita a pesar de mis lágrimas— los amo.
— Y… a tu “amigo” quiero que lo invites a cenar, conocemos a su familia, sabemos que es un buen chico— no quepo en mi alegría.
— ¡Gracias! ¡Gracias! —los besos a los dos— le diré, él estará muy contento, ya quería conocerlos, él es…muy formal— me sonrojo.
— Pues perfecto—me dan un beso cada uno— ahora a dormir pequeña, mañana queremos que demos un paseo.
— Está bien, estoy muy feliz—sonrío.
— Gracias Karlie, por decirnos cómo te sentías.
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Editado: 11.09.2022